Las verduras congeladas, frescas y envasadas, principal empleador de las fábricas de Navarra
El sector está muy distribuido en todo el territorio y destaca por fijar población. Los desafíos más importantes son el incremento de aranceles y los problemas geopolíticos


La agroindustria de Navarra llega a lo más alto de la palestra. El sector, que ha cimentado la base de la posterior industrialización foral, muestra fortalezas históricas con empresas que son líderes nacionales en conservas, vegetales congelados y ensaladas frescas. Pese a afrontar el alza de costes derivado de la invasión rusa en Ucrania (en 2022), su capacidad de exportación y la estabilidad de su demanda (para cubrir necesidades esenciales) le permitieron capear bien la crisis. Hoy la industria, al menos en términos de personas ocupadas y de valor añadido bruto (VAB), juega un rol fundamental, aunque con matices frente a otros grandes subsectores como la automoción.
“La agroalimentación es un sector de especialización tradicional en Navarra”, afirma Juan Carlos Longas, profesor de Economía en la Universidad Pública de Navarra. Esto, según el experto, le ha permitido desarrollar empresas líderes a lo largo de las últimas décadas. A pesar de los vaivenes económicos, ha mantenido una demanda sólida y ha incrementado las exportaciones. “Lo ha capeado bastante bien”, agrega Longas. “Para la Administración es un sector atractivo porque está muy distribuido territorialmente, sobre todo en el sur, en zonas agrarias”, apunta. “Es cierto que venía de unos años con bastante dinamismo, especialmente en 2023, cuando dio un salto”, añade.
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La agroindustria navarra ya se erige como el máximo empleador fabril, superando a la automoción gracias a sus ramas productivas, entre ellas las hortalizas y el diverso subsector que abarca la producción industrial de alimentos transformados como bollería, platos preparados, pastas y confitería, que complementan a las grandes categorías de carne, lácteos y vegetales. Aunque el ensamblaje de vehículos acapara una porción importante de los trabajadores, la industria agroalimentaria lo supera. “El que mejor comportamiento ha tenido [en los últimos años] es el agroalimentario, que en la cadena de valor agregada ha logrado consolidar crecimientos en empleo, PIB y exportaciones”, defiende Ana Ursúa, directora general de la Asociación de la Industria Navarra (AIN).
Digitalización
En el ámbito del valor añadido bruto, tras un incremento marcado en 2022 y 2023, el resultado económico agregado de la agroindustria en ese periodo (últimos datos disponibles) rebasa el del ramo automotor. Este cambio, impulsado por hortalizas y afines, ratifica al sector como fuente de riqueza productiva en la comunidad, evidenciando su progreso sostenido en los puestos de trabajo y en su impacto económico. Para la Administración, agrega Longas, la agroalimentación es un sector muy atractivo porque mantiene una estrecha relación con el sector primario. Sin embargo, todavía tiene retos por delante, como el desarrollo de servicios y la incorporación de tecnologías, especialmente las vinculadas a la digitalización y a la industria 4.0.
“En ese sentido, está por detrás de otros sectores, como el de la automoción. La especialización, si no va acompañada de transformaciones profundas, puede resultar negativa a medio plazo”, subrayó. Pero más allá de poner a competir sectores, los expertos coinciden en que la industria navarra, en general, tiene una musculatura que ya quisieran muchas comunidades, con el sector aportando casi el 30% del VAB. Esa cifra dobla la media nacional. Su secreto no es la dependencia de un solo titán. Pese a que la automoción y la agroindustria acaparan los titulares de la prensa, la contribución individual de cada uno de estos gigantes apenas roza el 6% del valor añadido bruto total de la región.
Este bajo coeficiente de concentración empresarial es la auténtica carta de presentación de la diversificación. La fortaleza no reside en dos únicas cimas, sino en una sólida cordillera que da forma al sector industrial. “El liderazgo del crecimiento [de la industria] quizás se lo podemos atribuir al sector agroalimentario y al buen comportamiento de nuestras cadenas tractoras”, agrega Ursúa. “La economía es dinámica: unos sectores avanzan y otros retroceden. Ahora mismo la automoción vive un periodo de transición. Mientras que la agroalimentación ha recuperado el primer puesto que ocupó hace años. En Navarra no hay un único sector tirando del carro. Hay varios con peso”, concluye Longas.
El motor de la economía
- Cierre de ciclo. El Plan de Industria 2021-2025, impulsado por el Gobierno y destinado a apuntalar al sector, está llegando a su fin en un momento de transición. “Ha sido un periodo convulso, por ejemplo, con la guerra de Ucrania, que ha sometido al sector industrial a tensiones vinculadas a alteraciones en los mercados, en las cadenas de suministro y cambios drásticos en los costes energéticos”, resalta Ursúa.
- Empleo. Las cifras globales de empleo en el sector industrial han mantenido un crecimiento sostenido. Es la rama de actividad que, según cifras oficiales de ocupación, más crece a nivel económico.
- Nuevas actividades. La región también quiere destacar en nuevos sectores como el aeroespacial, la biología sintética, la mecatrónica y la construcción industrializada. Estas actividades registran cifras de crecimiento en empresas, actividad y empleo.
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