La salud empieza en la boca: la mala higiene oral puede afectar al corazón, al embarazo o al pulmón
Las dolencias bucales se asocian a más de medio centenar de enfermedades sistémicas. Entre ellas, los problemas cardiovasculares, la diabetes ‘mellitus’ o las complicaciones en la gestación
En la boca de cada persona habita un complejo microbioma. Algunos estudios apuntan a que hay 100 millones de bacterias por mililitro de saliva, pertenecientes a unas 600 especies que han conseguido adaptarse para sobrevivir en la cavidad bucal de los seres humanos. Esta convivencia es posible gracias a un delicado equilibrio que, si se quiebra, provoca que estos microorganismos crezcan en exceso o sean colonizados por agentes patógenos que pueden ocasionar varias enfermedades bucodentales. El culpable de que esto suceda es, en casi todos los casos, el mismo: la mala higiene bucal.
Según el Informe mundial sobre el estado de la salud bucodental publicado en 2022 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 3.500 millones de personas padecen alguna afección de este tipo en todo el planeta. En España en particular, “más del 30% de los adultos tienen caries sin tratar, y aproximadamente la mitad de la población mayor de 35 años presenta algún grado de enfermedad periodontal, señala Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas, citando datos de la Encuesta de Salud Oral en España de 2020, realizada por esta entidad.
Se estima que cerca de 3.500 millones de personas padecen alguna afección de este tipo en el planeta
Ana Molina, periodoncista y vocal de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), amplía aún más la foto: aproximadamente 1 de cada 3 niños y adolescentes españoles por debajo de los 17 años tiene caries, una cifra que se dispara hasta el 94% en los adultos menores de 45, subraya. Sin embargo, el caso de las enfermedades periodontales, es decir, la gingivitis y la periodontitis (inflamación de las encías en estado leve y avanzado), es aún más preocupante para los especialistas.
La alarma no solo se debe a que estas “son la primera y sexta patología más comunes en el ser humano”, explica Molina, sino que además tienen consecuencias que van más allá de la cavidad bucal. “En concreto, la periodontitis –que tiene una prevalencia de en torno al 50% a partir de los 45 años– ocasiona una inflamación crónica de bajo grado que se ha asociado con la aparición y progresión de más de 57 enfermedades sistémicas”, indica.
Obstrucción sanguínea
Como ejemplo, el responsable de investigación del Dentaid Research Center, Rubén León, señala que las personas con periodontitis tienen niveles más altos de moléculas proinflamatorias y de neutrófilos en su sangre, lo cual ocurre porque las encías inflamadas favorecen que estas moléculas y que ciertas bacterias orales pasen al torrente sanguíneo. Si esto sucede, “puede afectar los vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de hipertensión y otros problemas cardiovasculares”, apunta.
Además, León hace referencia a varios estudios que recogen que algunas de estas bacterias pueden acelerar la formación y el endurecimiento de las placas de ateroma –depósitos de grasa, colesterol y otras sustancias que obstruyen el flujo sanguíneo en las arterias–, contribuyendo así a que se produzcan infartos u otros accidentes cerebrovasculares.
Otras de las patologías sistémicas que se relacionan con la periodontitis son la diabetes mellitus –la inflamación de las encías podría llegar a afectar el control glucémico que realiza el cuerpo–, las complicaciones en el embarazo –por la presencia de bacterias orales en la placenta y el líquido amniótico, y a los efectos de la inflamación sistémica–, la artritis reumatoide, las dolencias respiratorias –EPOC y neumonía– o el síndrome metabólico.
Gastos y prevención
“Aunque no hay un cálculo exacto de los costes que las enfermedades bucales generan para la sanidad pública, se sabe que representan un gasto elevado debido a la necesidad de tratamientos complejos en fases avanzadas y a las complicaciones que pueden derivar en problemas sistémicos más graves”, sostiene Castro Reino, quien también es presidente de la Fundación Dental Española (FDE).
La periodontitis tiene una prevalencia de en torno al 50% en adultos con 45 años o más en España
El especialista asegura que estos costes se podrían reducir considerablemente “si incidimos en la prevención, la higiene oral y las visitas periódicas al dentista”. Molina, de SEPA, coincide: “Tenemos evidencia más que de sobra de que implementar medidas preventivas en salud oral a nivel de la población general de forma temprana tiene una repercusión a largo plazo en la salud sistémica de las poblaciones, lo que redundaría no solo en una población más sana y con mayor calidad de vida, si no en importantes reducciones en el coste sanitario de todo el país”.
Los principales retos: acceso universal, educación y formación
Para Óscar Castro Reino, del Consejo General de Dentistas, uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta España en materia de salud bucal es garantizar el acceso universal a la atención sanitaria. “Actualmente, las prestaciones públicas en este ámbito son limitadas y, en la mayoría de los casos, excluyen tratamientos como la restauración de caries o la atención a enfermedades periodontales. Ampliar esta cobertura es esencial”, afirma.
Ana Molina, de SEPA, coincide al señalar que la cobertura actual varía entre comunidades autónomas, lo que ocasiona “importantes desigualdades en la población española en el acceso a cuidados bucodentales, que actualmente en su inmensa mayoría deben ser costeados de forma privada por los pacientes”. Castro Reino enfatiza la necesidad de diseñar políticas sanitarias que aborden la interrelación entre la salud bucal y las enfermedades sistémicas desde un enfoque más integral y eficiente. “Nos falta también trabajar en educación y concienciación tanto del paciente como de todos los profesionales sanitarios”, añade Molina.