El campo busca rentabilidad y atraer a los jóvenes

Las trabas burocráticas, la presión regulatoria y la competencia desleal hacen que el negocio pierda atractivo. El cambio de modelo productivo obliga a los más pequeños a adaptarse para sobrevivir

Dos agricultores trabajando en un viñedo durante la vendimia.Morsa Images (Getty Images)

Juan Luis Ávila lleva tanto tiempo trabajando en el campo que ya no recuerda cuándo empezó. Heredó el oficio de su padre, y éste, a su vez, del suyo. Ahora, a sus 46 años, es el titular de una explotación familiar de 60 hectáreas y 6.000 olivos en el municipio de Torrequebradilla, en Jaén, la mayor región productora de aceite de oliva de España. Alrededor de su finca se extiende en todas direcciones un mar de olivos, pero aquel inmenso paisaje de hileras verdes ha empezado a teñirse de marrón por los efectos de una prolongada sequía.

“Llevamos ya dos campañas consecutivas con una cosecha muy baja, en torno al 30% de una recolección normal”, dice Ávila, quien además de agricultor es biólogo y funge como secretario general de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en Jaén. “Estamos atravesando un momento muy difícil. La gente aguanta como puede a través de ahorros, solicitando préstamos; muchos están teniendo que hipotecar los bienes que tienen”, se queja.

Los factores coyunturales, como la falta de lluvia que afecta a Andalucía o Cataluña, se suman a una serie de problemas estructurales que vienen lastrando el sector agrícola español desde hace años y que han llevado a los agricultores a tomar las calles en las últimas semanas. Entre las principales causas del descontento se hallan la burocracia excesiva, la falta de cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria o la competencia desleal generada por la ausencia de las cláusulas espejo.

Cosecha de aceitunas.LUNAMARINA (Getty Images)

Todo esto se traduce en menor rentabilidad para los pequeños productores, que son los más afectados. La foto del campo español que ofrece el último censo agrario del INE muestra que, entre 2009 y 2020, las explotaciones agrarias se redujeron un 7,6%, hasta las 914.871. “Cada vez hay menos explotaciones, aunque son algo más grandes”, dice David Erice, técnico y portavoz de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA). Pero el descenso ha sido aún más pronunciado en la ganadería, donde las explotaciones cayeron un 30%, hasta las 169.576.

En Lalín, una pequeña localidad de Pontevedra, en Galicia, Román Santalla dirige la ganadería Agrasilva SC, una granja con 200 vacas. Tiene 65 años, 40 de ellos dedicados al oficio. Es presidente de la cooperativa ganadera Cobideza, que representa a unos 300 productores ganaderos de la zona, y miembro de UPA. “La ganadería en España es normalmente muy complicada porque los precios están siempre muy ajustados, y eso conlleva que muchas familias no sean capaces de resistir”, afirma.

Todo el negocio agrario se está transformando a gran velocidad

José Luis Miguel, director de COAG

Eso, sumado al incremento de los precios de las materias primas y a la cantidad ingente de normativas y procesos burocráticos, hace que muchos agricultores “simplemente optan por irse”, sobre todo los jóvenes, señala. De hecho, el éxodo de jóvenes a las ciudades –o hacia otras profesiones–ha dejado al sector prácticamente sin relevo generacional. “La edad media de los titulares de las explotaciones está en torno de los 60 años. Es una población muy envejecida”, apunta Erice. Según el censo del INE, menos de un 5% de los jefes de explotación agrícola en el país tiene menos de 35 años.

En el municipio toledano de Villanueva de Bogas, en Castilla-La Mancha, Eva Marín cultiva cereal y olivo en la explotación de su familia, una finca de 270 hectáreas de la que se hizo cargo hace una década, cuando tenía sólo 23 años. Desde 2020 es también presidenta de la sección joven de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja). “En diez años no habrá nadie que trabaje en el campo ni que cuide de los animales porque nadie quiere dedicarse a esto. Es una cosa muy preocupante”, advierte.

Transformación

El suelo se mueve bajo los pies de los agricultores, quienes miran al futuro con inquietud mientras buscan un poste fijo o un mástil al que sujetarse. “Estamos en un cruce de camino; todo el negocio agrario se está transformando a gran velocidad”, sostiene José Luis Miguel, director técnico de COAG. Cita, como ejemplo de esa transformación, la transición tecnológica y una mayor implantación de las economías de escala.

La tendencia a producir cada vez más y a menor coste obliga a los pequeños y medianos agricultores y ganaderos, muchos de ellos agrupados en torno a una explotación familiar, que es el modelo más extendido en España (representa en torno a un 87% de todas las explotaciones agrarias del país, según el censo del INE), a apostar por fórmulas colaborativas que les permitan sobrevivir frente a los grandes terratenientes y las corporaciones agrarias.

Es el caso de las cooperativas, formadas por la agregación de muchas micropymes y pequeños productores, y que aportan ya “el 60% del valor de la producción final agraria” del país (lo que equivale a unos 38.428 millones de euros), afirma Gabriel Trenzano Falcón, director general de Cooperativas Agro-alimentarias de España. “El cooperativismo va a desempeñar un papel fundamental porque en un futuro va a ser muy difícil adaptarse por sí solo a un mercado de cambio de modelo productivo y donde la digitalización va a entrar tarde temprano”, señala.

La edad media de los titulares de las explotaciones está en torno a los 60 años

David Erice, técnico de UPA

Pero la incertidumbre de los agricultores ante un escenario ya de por sí complejo también se ha visto acentuada por la nueva Política Agraria Común (PAC) aprobada en 2023, que vincula parte de las ayudas que el sector recibe de la UE al cumplimiento de una serie de normativas medioambientales llamadas ecoesquemas. “Tenemos retos como sociedad que afrontar de cara al futuro, y nosotros no nos escapamos de ello. Pero precisamos tiempo para adaptarnos”, reclama Santalla, de Agrasilva.

En un intento de calmar las aguas, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, anunció el pasado 15 de febrero un paquete de dieciocho medidas, que incluye, entre otros puntos clave, el compromiso del Gobierno de solicitar a la Comisión Europea la simplificación y flexibilización de la normativa medioambiental de la PAC, así como la creación de una agencia estatal para garantizar el cumplimiento de la Ley de Cadena Alimentaria, una de las demandas prioritarias de los pequeños agricultores.

Las principales organizaciones agrarias vieron con buenos ojos el anuncio, aunque no se fían. “De palabras no vivimos, necesitamos que esté implementado todo”, dice Marín, de Asaja Joven. Tras hacer una breve pausa reflexiva, añade que, por otro lado, en el mes de julio habrá elecciones al Parlamento Europeo, y que “habrá que ver cómo cambian las cosas ahí”, consciente de que ahora el futuro de los agricultores españoles se decide, también, en Bruselas.

El sector agrario en cifras

Relevancia. En España, la agricultura contribuye con aproximadamente el 2,3% del Producto Interno Bruto (PIB), según datos de Eurostat. En la UE en conjunto, representa alrededor del 1,7% del PIB. De acuerdo con el último censo agrario del INE, casi la mitad de la superficie del territorio español (23,9 millones de hectáreas) se dedica a la explotación agraria. La superficie media por explotación ronda las 26,37 hectáreas.
 
Pymes. Según el informe Cifras Pyme correspondiente al mes de enero de 2024, que publica el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo (MAPA), las pequeñas y medianas compañías generan el 89,8% del empleo agrario. El desglose de esta cifra muestra que las micropymes contribuyen con el 34,8% de los puestos, las pequeñas con el 19,4% y las medianas con el 11,2%. Además, las microempresas (con entre uno y nueve empleados) constituyen el segmento más amplio del sector (34%). 

Panorama. A nivel nacional, el principal subsector es el de frutas y hortalizas (y el más innovador también, junto con la ganadería). De hecho, según el MAPA, España es el primer productor de la UE de estos cultivos con más del 25% de la producción europea. Del suelo español sale también la mitad del aceite de oliva que se consume en el planeta. A su vez, España es el tercer fabricante de vino, por detrás de Italia y Francia. En la ganadería, el subsector porcino es el más pujante. 

Barreras. A pesar de las ayudas públicas, los jóvenes que quieren incorporarse a la agricultura se enfrentan a numerosos obstáculos. Uno de ellos es que, para hacerse con la tierra, cada vez más tienen que competir por éstas con actores con mayor capacidad económica como los fondos de inversión o los nuevos proyectos de instalaciones fotovoltaicas. 


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