El campo español se lanza a la carretera para reclamar cambios en la política agraria
Las organizaciones demandan la paralización de Mercosur y proyectan un mes de febrero lleno de movilizaciones por todo el país
El incendio provocado por los agricultores europeos se extiende hasta España. UPA, COAG y Asaja, las organizaciones agrarias mayoritarias, han confirmado este martes que saldrán a la calle “en el ámbito regional durante las próximas semanas” para reclamar un plan de choque que recoja medidas tanto a nivel europeo, como por parte del Gobierno de España y de las comunidades autónomas.
Así, se prevé que el mes de febrero se llene de movilizaciones por todo el país. Ya se conocen las primeras fechas: Zamora, el día 9, o León, el día 23. Román Santalla, secretario de ganadería de UPA, afirma que desde su organización se impulsará a que las delegaciones regionales salgan a la calle, aprovechando la inercia que recorre el continente: “Es el momento de mandar un mensaje claro a la Comisión Europea y las administraciones. Nuestro compromiso con el cumplimiento de la regulación medioambiental es claro, pero no se puede dejar a nadie atrás”.
La Política Agraria Común, así como el Pacto Verde Europeo, están entre los principales motivos de hartazgo del sector agropecuario español. El presidente de Asaja, Pedro Barato, se muestra tajante a este respecto: “Nuestro sector vive en un ninguneo constante por parte de la Comisión Europea. Los estados compraron todo lo que el señor Timmermans (el exvicepresidente de la Comisión) les vendió en materia verde, sin contar con el mundo rural y lo que han conseguido es perjudicar los intereses del campo europeo”.
Otra de las reclamaciones que abanderan los agricultores es la de la paralización de las negociaciones del tratado Mercosur y con otros países terceros que no se ven sometidos a la misma regulación sanitaria y fitosanitaria. Una “competencia desleal” que está disminuyendo los ingresos de un sector cuya producción ha registrado en el ejercicio de 2023 un descenso en cantidades respecto al año anterior.
El coordinador estatal de la Unión de Uniones, Luis Cortés, es claro: “En España tenemos muchas más razones que en Alemania o Francia para manifestarnos. Las condiciones climatológicas hacen que las producciones desciendan drásticamente y eso nos deja en una situación peor que al resto de países europeos”.
Su organización fue la primera en convocar una tractorada frente al Ministerio de Agricultura el 21 de febrero. A pesar de la invitación a las otras tres organizaciones agrarias para acompañarles, por el momento y según Santalla, parece que las movilizaciones no saldrán del ámbito regional: “Esperamos que el ministro Planas se siente a negociar y que esas reuniones lleguen a buen puerto, si no, el siguiente paso será la capital”.
Europa marca el camino
A lo largo y ancho del continente se han desarrollado movilizaciones reclamando un cambio de reglas que posibilite la supervivencia de su modo de vida, amenazado a su entender, por la presión del Pacto Verde europeo y la competencia desleal de las importaciones procedentes de terceros países. Los agricultores franceses han sido, por el momento, los más iracundos. Más de 800 tractores continúan bloqueando los ocho accesos principales a París y el Gobierno mantiene blindados los aeropuertos y el mercado internacional de Rungis –el más grande de Europa–, a 16 kilómetros de la capital. La tensión ha crecido indudablemente en Francia tras el intento estéril por parte de Gabriel Attal, primer ministro galo, de disolver las manifestaciones el pasado viernes tras reunirse con los líderes sindicales.
Si en Francia se ha avivado el fuego de las protestas, la llama se prendió en Alemania. 3.000 tractores inundaron las calles de Berlín el pasado 15 de enero y han hecho tambalearse a la coalición del semáforo –por el rojo de los socialdemócratas, el amarillo de los liberales y el verde de los ecologistas– presidida por el canciller Olaf Scholz.
Unas movilizaciones que ya están marcando la agenda política de cara a las elecciones al parlamento europeo que se celebrarán en junio de este año. Al menos, parece tenerlo claro la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que el pasado jueves inauguró en Bruselas la primera reunión del diálogo estratégico sobre el futuro de la agricultura.
Von der Leyen valoró en su discurso la importancia del trabajo de los agricultores gracias a la cual “Europa tiene los alimentos más sanos y de mayor calidad del mundo” y abogó por acabar con la “división y polarización cuando se trata de temas relacionados con la agricultura” a través del diálogo. Por el momento, parece que los ánimos de los agricultores europeos siguen caldeados.
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