La volatilidad del cacao transforma al chocolate europeo: más prémium, más caro o menos puro
Los expertos alertan de problemas estructurales en la industria europea del cacao, que depende mucho de ciertos proveedores. Grandes empresas de este sector ya están subiendo sus precios, modificando sus productos o adaptando sus modelos de negocio para poder blindarse ante la volatilidad y posibles problemas de cadena de suministro


La volatilidad de los precios podría transformar a uno de los sectores más emblemáticos de la Unión Europea. Se trata de la industria del chocolate, que a lo largo de los últimos años ha sufrido turbulencias en la cadena de suministros de su principal materia prima, el cacao y sus derivados. En esta línea, los expertos alertan que la geopolítica y el cambio climático están impactando en los fabricantes comunitarios, que están optando por elevar sus precios, transformar sus fórmulas o adaptar sus negocios.
“Los precios del cacao han bajado considerablemente, cayendo aproximadamente un 50% desde diciembre de 2024. En estos días este fruto se cotiza en torno a unos 5.800 dólares por tonelada métrica en el mercado de Nueva York. Sin embargo, a pesar de esta corrección, los precios siguen siendo casi tres veces superiores a los niveles registrados a finales de 2022, lo que refleja el impacto duradero de las anteriores restricciones de suministro”, señala Lauriane Kraskowski, analista de crédito y ESG de Crédit Mutuel Asset Management.
Así, los expertos coinciden en que este mercado atraviesa una posible transformación. “Las perturbaciones climáticas en los países de origen y los cuellos de botella en las exportaciones, sumados a una demanda global en crecimiento, están generando una fuerte presión sobre la cadena de suministro”, explica a CincoDías Rubén Moreno Pardo, secretario general de la patronal Produlce.
Los expertos de GSI concuerdan con este diagnóstico, y subrayan la importancia de dos variables en particular. “El clima es ya un factor estructural. Su inestabilidad va en aumento y todo apunta a que así seguirá a largo plazo. Esta imprevisibilidad erosiona la capacidad de anticipar cosechas y, por tanto, introduce un componente de riesgo permanente en el precio. La geopolítica, por su parte, está en máximos de convulsión en los últimos años: tensiones regionales, cambios de alianzas comerciales y aranceles que distorsionan flujos. La diferencia es que este segundo factor, aunque hoy es muy intenso, probablemente se moderará con el tiempo. Mientras tanto, cualquier shock climático se amplificará”, advierte Arturo García Alonso, CIO y socio fundador de GSI.
Problema estructural
El mercado del cacao ha vivido unos años bastante difíciles. “La temporada anterior [2023-2024] registró un importante déficit mundial de 489.000 toneladas métricas, debido en gran medida a la caída de la producción en Costa de Marfil y Ghana, que juntas representan dos tercios de la producción mundial. Estas caídas se debieron en su mayor parte a las condiciones meteorológicas adversas asociadas al fenómeno de El Niño; que alteró los ciclos de precipitaciones y temperaturas fundamentales para el cultivo del cacao, junto con la propagación del virus del brote hinchado, una enfermedad que daña gravemente los árboles de cacao al reducir su rendimiento y acortar su vida productiva”, subraya Kraskowski.
Ahora, tras varios años consecutivos de déficit global, los expertos pronostican que el mercado del cacao vuelva a un superávit. De acuerdo a la Organización Internacional del Cacao (ICCO), la temporada 2024-2025 debería registrar un superávit mundial de aproximadamente 49.000 toneladas métricas, según corroboran los analistas de Crédit Mutuel.
A pesar de esto, algunos especialistas consideran que el problema de fondo es estructural, ya que más del 70% de la producción global se concentra en África Occidental, con plantaciones envejecidas, bajo nivel de inversión y muy expuestas al clima y a enfermedades del cultivo. “La combinación de episodios climáticos extremos, plagas y especulación financiera explica la volatilidad tan fuerte de los últimos dos años”, indica Antonio Castelo, analista de iBroker, a este diario.
Por estos motivos, las fuentes consultadas concuerdan en que, a largo plazo, el sector del cacao se enfrenta a la necesidad de reformas para reducir la volatilidad de los precios. Medidas como legislación para replantar árboles viejos, la adopción de variedades de cacao más resistentes y la expansión de la producción en regiones alternativas son esenciales para garantizar una producción sostenible y mitigar futuras crisis de suministro.
En Europa, además del cacao caro y volátil, la regulación comunitaria también es uno de los factores que actualmente está afectando al sector a nivel regional. En concreto, el reglamento europeo contra la deforestación, que obliga a trazar el origen de las habas, puede limitar la oferta disponible si parte de las plantaciones no cumple los requisitos justo en los mismos países donde la producción ya está cayendo. Esto supone costes adicionales de cumplimiento para las empresas, según los expertos.
“La nueva normativa europea de deforestación y trazabilidad añade complejidad y coste administrativo que muchos competidores de otras regiones todavía no tienen. Esto puede restar competitividad a corto plazo frente a productores de América o Asia que venden en mercados menos exigentes y con menos costes regulatorios”, dice el analista de iBroker.
Así, los fabricantes europeos de chocolate y productos con cacao sufren una doble presión de costes: cacao muy caro y volátil y, además, costes elevados de energía, salarios y regulación en Europa. Eso estrecha márgenes y obliga a subir precios, reducir gramajes o ajustar recetas. “Las grandes multinacionales con marcas fuertes y capacidad de cobertura en mercados de futuros lo están gestionando razonablemente bien; las empresas medianas y pequeñas, bastante peor”, alerta Castelo.
Impacto
Los efectos de estos problemas ya se perciben en el mercado comunitario. De hecho, la demanda de chocolate se ha debilitado tras el fuerte aumento de los precios al por menor de las tabletas. De acuerdo a Crédit Mutuel, la molienda de cacao disminuyó un 4,8% interanual en Europa, lo que supone el nivel más bajo del tercer trimestre en una década.
Desde iBroker, destacan que en varios mercados clave europeos las ventas en volumen de chocolate han caído desde 2023, con descensos cercanos al 4% en volumen de consumo en categorías de chocolate, mientras el valor de ventas sigue subiendo por los fuertes incrementos de precio.
”Los grandes fabricantes confirman este patrón. Mondelez, por ejemplo, ha registrado en Europa bajas de volumen de entre el 3% y el 7,5% en 2024-2025, compensadas por subidas de precio de doble dígito. Lindt también reconoce que las fuertes subidas de precio han presionado las unidades vendidas, pese a que la facturación crece. Y en el segmento industrial, Barry Callebaut reporta caída de volúmenes de cacao de alrededor del 1,5% en un entorno de precios muy altos”, avisa Castelo.
El experto también opina que esta situación no se debe únicamente al precio de las materias primas. “El shock del cacao ha obligado a aplicar subidas de precio muy agresivas; las propias multinacionales admiten que la elasticidad de la demanda en Europa se ha elevado. Es decir, el consumidor reacciona más recortando compras o pasando a opciones más baratas. Pero esa reacción viene amplificada por el contexto: varios años de inflación alimentaria alta, pérdida de poder adquisitivo y, además, tendencias de salud que empujan a consumir menos azúcar y caprichos diarios”, asegura Castelo.
En esta situación, son las compañías las que están asumiendo la mayor parte de la carga. “Debido a las limitaciones logísticas y de existencias, suele haber un desfase entre las fluctuaciones de los precios del cacao y su impacto en los costes de los fabricantes. Igualmente, la anterior subida de los precios del cacao solo repercutió parcialmente en los consumidores, lo que significa que el reciente aumento de los precios del chocolate sigue pesando en los resultados financieros de los productores”, deduce Kraskowski.
A este respecto, las fuentes consultadas concuerdan en que el impacto es generalizado y afecta por igual a los actores estadounidenses (como Hershey o Mondelez) y europeos (como Barry Callebaut o Nestlé). “La actual inestabilidad en el mercado del cacao está obligando incluso a las empresas alimentarias más consolidadas a replantearse sus modelos de negocio tradicionales. Según los rumores del mercado, Barry Callebaut, líder mundial en chocolate, estaría considerando escindir su división de procesamiento de cacao. Esta medida ayudaría a la empresa a mitigar la volatilidad de las materias primas y a centrar sus recursos en su negocio de chocolate, que ofrece mayores márgenes y que incluye la fabricación por contrato para las principales empresas del sector alimentario”, comenta la analista de Crédit Mutuel.
Adaptación
En 2025, según estimaciones recientes, los expertos apuntan a que el chocolate en la Unión Europea es de media más de un 20% más caro que un año antes. En España, el INE recoge alzas de doble dígito tanto en chocolate como en cacao en polvo en lo que va de 2025. Sin embargo, el impacto no es solo mayor en precio: también se paga más por menos producto. “La combinación de cacao caro y costes elevados ha generalizado la shrinkflation: Tabletas algo más pequeñas, cajas de bombones con menos unidades y de tamaño más pequeño, manteniendo el mismo PVP o subiéndolo ligeramente”, afirma Castelo.
Además, empiezan a verse cambios de receta. Según las fuentes consultadas, algunas marcas han reducido el contenido de cacao o han pasado a “coberturas sabor chocolate” con más grasas vegetales, hasta el punto de que ciertos productos han dejado legalmente de poder llamarse “chocolate” en algunos mercados europeos. “En términos de comportamiento, el resultado es claro: parte de los consumidores migran hacia marcas blancas o formatos más sencillos, ajustan la frecuencia de compra de chocolates prémium y comparan más precios”, apuntan desde iBroker.
Alternativas
Los expertos concuerdan en que existen oportunidades para reforzar el posicionamiento de la UE. A nivel agregado, el sector europeo del chocolate opera en un entorno de gran exigencia. Sin embargo, el impacto no es homogéneo y depende del perfil de cada empresa, su estructura de costes, su grado de integración y su estrategia de cobertura y aprovisionamiento. “En conjunto, nuestra industria sigue demostrando resiliencia, apoyándose en una gestión activa del riesgo, en la fortaleza de sus marcas y en una apuesta clara por la sostenibilidad y la innovación como palancas de competitividad a medio y largo plazo”, declaran desde Produlce.
En específico, las fuentes consultadas dicen que, posiblemente, los fabricantes europeos sigan apostando por el chocolate prémium, por lo sostenible y por diversificar. “El mercado del cacao ha pasado de ser una commodity barata y abundante a un factor estratégico de primer orden. Para la industria alimentaria europea, el entorno de los próximos años será de márgenes más ajustados para quien no tenga escala ni marca, y de oportunidad para los que consigan combinar seguridad de suministro, sostenibilidad y capacidad de fijar precios”, sentencia Antonio Castelo.

