¿Necesita la Unión Europea de bancos más grandes y resilientes?
Los expertos coinciden en que entidades con mayor tamaño serían mejores para afrontar los retos que el Viejo Continente tiene por delante. No obstante, la unión bancaria incompleta, la política nacional y los temores por el posible impacto social dificultan este tipo de operaciones
Diversas entidades del sector bancario, y también las autoridades de la Unión Europea, consideran que el surgimiento de entidades más grandes en el sector financiero puede ser beneficioso para la región. Sin embargo, los expertos consideran que esta situación enfrenta numerosos obstáculos: para que estas entidades puedan trascender las fronteras de los países miembros, es necesario para consolidar la integración de la región y potenciar las economías. No obstante, las autoridades nacionales temen que algunas de estas fusiones o adquisiciones puedan afectar a los usuarios y a la competencia.
El sector bancario en Europa está altamente fragmentado, y un ejemplo de esto es que tiene mayor cantidad de bancos que gestionan una menor cantidad de activos. Se estima que en la Unión Europea existen entre 4.800 y 5.000 bancos (de los cuales unos 2.400 son pequeños o medianos, según las últimas cifras del BCE). En contraste, en EE UU la cifra ronda los 4.000, y en China se sitúa cerca de los 4.500. En esta línea, los bancos de la región gestionan alrededor de unos 40,8 billones de euros, mientras que los chinos gestionan unos 53,2 billones y solo los 50 bancos más grandes de EE UU unos 21 billones.
Entre las entidades europeas, las tres más grandes por volumen de activos son BNP Paribas y Crédit Agricole, de Francia, y el español Santander, con 2.594 millones, 2.473 millones y 1.797 millones de euros en activos en 2024, según cálculos de S&P Global. En comparación el estadounidense JP Morgan cuenta con unos 3.707 millones de euros en activos; Bank of América, con unos 2.915 millones, y Citi ,con unos 2.152 millones.
“Quizás no es una necesidad urgente, pero es razonable pensar que un elemento que agravó la crisis soberana en la UE, limitando aún más el desempeño económico de las economías de países periféricos, fue el que sectores bancarios segmentados y limitados exclusivamente a nivel nacional sufrieron con más fuerza los efectos de la contracción del crédito, limitando incluso a empresas viables, el acceso a recursos financieros para seguir operando”, indica Carola Saldias Castillo, analista de bancos de Scope Ratings.
En este contexto, el Ejecutivo comunitario se ha mostrado favorable a la creación de “campeones europeos” de la banca en numerosas ocasiones, en tanto estas entidades podrían ser más fuertes y contribuir a financiar los objetivos climáticos, de innovación y competitividad. Dicho esto, los expertos coinciden que las fusiones y adquisiciones son las vías más rápidas para consolidar instituciones más grandes.
“Las fusiones podrían hacer que los bancos sean más resistentes a las crisis debido a una mayor diversificación de activos. Y permitirían a los bancos europeos tener modelos de negocio más eficientes, seguir estrategias de crecimiento e invertir en digitalización, de modo que estén mejor equipados para competir con sus homólogos internacionales”, explica una portavoz de la Comisión Europea a CincoDías.
“Los desarrollos recientes en España y Alemania, sobre los casos de BBVA y Sabadell o Deutsche Bank y Commerzbank, son un avance hacia la consolidación bancaria europea. Son ejemplos que permitirían crear bancos más competitivos y robustos a nivel local, que luego podrían expandirse y participar en fusiones transfronterizas. A medida que estos bancos crecen, también pueden mejorar su capacidad para competir con entidades globales, como las de EE UU o Asia, que actualmente dominan ciertos sectores del mercado financiero”, indica Rodrigo Cebrián, director de inversiones para Iberia de Edmond de Rothschild Banca Privada (EdR).
Beneficios
La portavoz de la Comisión Europea resalta que otro beneficio de contar con bancos fuertes que operen a nivel transfronterizo sería una mejora en el acceso de los ciudadanos y las empresas a fuentes de financiación más asequibles. Asimismo, asegura que mejorarían la oferta de servicios bancarios a través de la competencia. “Unos bancos fuertes y resilientes pueden hacer una importante contribución para afrontar los grandes desafíos globales, financiar la transición verde y la transformación digital y ayudar a la UE a seguir siendo competitiva a nivel mundial”, explica una portavoz de la Comisión Europea.
“La creación de grandes grupos bancarios paneuropeos sin duda puede cambiar las condiciones de financiamiento a nivel regional, con ventajas no solo de economías de escala para las operaciones, sino también como proveedores de crédito a mayor escala, ofreciendo condiciones aún más competitivas, por ejemplo, en proyectos que requieren financiación de gran escala”, asegura Saldias Castillo.
Filippo Alloatti, jefe de crédito en Federated Hermes Limited, considera que la aparición de bancos paneuropeos podría adelantar la creación de una unión bancaria europea. “Sin embargo, esto es algo que la clase política no ha logrado hasta ahora, a pesar del compromiso y las promesas que se remontan a 2014. En esencia, reforzaría la libre circulación de capitales dentro de la zona del euro. Esto, por supuesto, también tiene inconvenientes”, apunta el ejecutivo.
“El beneficio inicial es crear entidades financieras más fuertes y resilientes. De igual forma, en el contexto actual, que es muy diferente a 20 años atrás, un mayor tamaño facilita la inversión en tecnología, como la digitalización, que es clave para adaptarse a las nuevas demandas del mercado y mejorar principalmente la eficiencia operativa. El objetivo final se traduce en una mejor oferta de productos financieros y en una mayor estabilidad en el sistema bancario, especialmente frente a escenarios de crisis. Además, se pretende que con la figura de bancos más grandes se pueda acceder a economías de escala, lo que reduce costes y mejora rentabilidad, lo que debería indirectamente ayudar a las economías europeas”, señala Rodrigo Cebrián.
Fernando Moroy, profesor de Finanzas de EIP, coincide con esta perspectiva. “En el negocio financiero el volumen es importante. El tamaño es un factor para competir con entidades extranjeras. Por otra parte, las inversiones que se van a tener que realizar en cuanto a digitalización en los próximos años tienen sentido en la medida que se repartan en volúmenes superiores. Ganar masa les va a permitir ser competitivos con las entidades estadounidenses, chinas y en el futuro de la India”, explica el experto a CincoDías.
Obstáculos y riesgos
Los expertos, no obstante, también explican que las fusiones no siempre son sencillas. Como se está demostrando actualmente, el factor político es uno de los principales obstáculos. Asimismo, la regulación nacional, los costes iniciales de integración y la falta de uniformidad en el marco legal europeo son otros obstáculos que complican estas operaciones.
“La realidad es que seguimos sin un fondo de garantía de depósitos común (FGD) que desvincularía a los bancos de sus Gobiernos y de la solvencia de los mismos, como podría ser el caso actual sobre Francia, ante la situación del déficit presupuestario, entre otros aspectos. A esto se añade la existencia de regulaciones nacionales en ocasiones muy proteccionistas que limitan la transferencia de capital entre países”, explica Cebrián a CincoDías.
“La regulación todavía es fuerte para este sector en la UE. En el pasado ha habido rotundos fracasos para consolidar fusiones entre entidades de distintos países miembros. La diferencia de los negocios también es un factor que influye. Por ejemplo, en España, la banca comercial tiene mucho peso, mientras que en Alemania el nutriente fundamental en muchos bancos es la intermediación de activos”, señala Moroy.
Asimismo, el posible impacto de las fusiones o adquisiciones en el mercado es otra opción a considerar. “Para el cliente final la consolidación bancaria puede tener efectos mixtos. Por un lado, los clientes podrían beneficiarse de una mayor oferta de productos, servicios innovadores y mejor acceso al crédito e igualmente, disfrutar de mayor seguridad financiera debido a la estabilidad mejorada del sistema bancario; pero, por otro lado, si la consolidación reduce la competencia en ciertos mercados, esto podría traducirse en comisiones y tarifas más altas o en una atención menos personalizada. Un paso hacia un sector monopolístico que podría dar pie a nuevos competidores fuera del circuito, para cubrir las necesidades de los clientes”, asegura Cebrián.
“El riesgo de ejecución en este tipo de operaciones está siempre presente y en primera línea. Sin embargo, desde Santander a BNP Paribas hay ejemplos de buenas fusiones y adquisiciones transfronterizas. Los Gobiernos locales suelen oponerse porque se les puede acusar de vender las joyas de la familia a bajo precio”, asegura Filippo Alloatti a CincoDías.
Unión bancaria
Todos los expertos consultados coinciden en que otro factor que está evitando el surgimiento de más bancos transfronterizos que aún no se ha consolidado la unión bancaria. “Aún no se ha alcanzado el pleno potencial de la unión bancaria para los ciudadanos y las empresas. Faltan elementos importantes: seguir mejorando el marco de gestión de crisis y de garantía de depósitos (CMDI), crear un sistema europeo de garantía de depósitos (EDIS) y profundizar la integración transfronteriza de los mercados de la UE. Estas siguen siendo prioridades políticas clave para la Comisión”, indica la portavoz de Bruselas.
“El paso de la unión bancaria es clave para avanzar hacia una consolidación bancaria más europea y menos fragmentada por fronteras nacionales. Sin un marco común para la regulación y supervisión de los bancos, las entidades se siguen enfrentando a barreras que limitan las fusiones transfronterizas. Además, este avance permite una mayor confianza en la estabilidad de depósitos y en la gestión de crisis financieras, lo que en última instancia beneficia tanto a las empresas como a los consumidores”, afirma Cebrián.