¿Qué retos enfrenta la nueva Comisión Europea?
Los 27 nuevos líderes de la Comisión Europea recibirán una región que necesita recuperar su competitividad de forma urgente. Sin embargo, los expertos coinciden en que las negociaciones para consolidar las políticas se podrían complicar por la mayor presencia de grupos euroescépticos
Tras ser confirmados por el Legislativo comunitario en noviembre, los 27 nuevos líderes de la Comisión Europea (conocidos como comisarios) quedarán al mando de una región que necesita renovarse en profundidad. La crisis económica, producto de la invasión de Ucrania y de la pérdida de competitividad, acecha a muchos de los países miembros (entre ellos a Alemania, la mayor economía de la región). En este contexto, el segundo mandato de la presidenta Ursula von der Leyen tiene como desafío consolidar la integración europea en campos como la banca y los mercados de capitales, pero se tendrá que enfrentar a la creciente presencia de movimientos euroescépticos tanto en el Legislativo europeo como en los países miembros.
Los nuevos comisarios ya están trabajando en “despachos interinos” y, si son confirmados por el Parlamento Europeo en noviembre, ocuparán la plaza en el Colegio de Comisarios de forma permanente. Dicho esto, cabe destacar que cuatro de ellos ya fueron parte del anterior mandato de Von der Leyen. El más antiguo, Valdis Dombrovskis, iniciaría su tercer periodo y pasaría la cartera de Economía y Productividad. Wopke Hoekstra; Maros Sefcovic y Dubravka Suic también permanecerían.
Uno de los nombramientos que más ha llamado la atención es el de la vicepresidenta primera española, Teresa Ribera (del Partido Socialista), para ocupar la vicepresidencia de Transición Limpia, Justa y Competitiva. Ribera también reemplazará a Margrethe Vestager en temas de competencia, una cartera que en los últimos años ha llamado la atención por sus exitosas campañas contra gigantes como Google y Apple, que resultaron en sanciones multimillonarias.
No obstante, fuentes cercanas al Parlamento Europeo han indicado a CincoDías que lograr los objetivos que Europa se ha propuesto para los próximos años puede ser complejo. La presencia de grupos ultranacionalistas, conservadores y euroescépticos, que durante las elecciones parlamentarias europeas ganaron una representación relevante, puede ser un escollo a la hora de negociar la implementación de políticas regionales de integración.
Competitividad
Las fuentes consultadas coinciden en que primer aspecto clave en el que la nueva Comisión Europea tendrá que trabajar es en mejorar la competitividad y la productividad de la región. Los nombramientos han llegado tan solo unos días después de que el informe de Mario Draghi sobre la competitividad europea ponga en discusión el rumbo económico de la Unión. El análisis, que advierte que la UE está quedando rezagada en materia de innovación y productividad frente a China y Estados Unidos, recomienda una serie de medidas en el corto y mediano plazo para que las empresas europeas puedan recuperar terreno (que requieren unos 800.000 millones de euros anuales en inversión). Entre las medidas, destacan la eliminación de barreras burocráticas, la reducción de la dependencia energética, la inversión en innovación, la consolidación de la unión bancaria, concretar la unión de mercados de capitales, y emitir deuda conjunta para financiar proyectos.
Estas propuestas ya están siendo discutidas por los principales grupos parlamentarios, y se perfilan como un punto común para las futuras políticas de la Comisión Europea. De hecho, durante el discurso de presentación de los nuevos comisarios europeos, Von der Leyen expuso que sus principales objetivos se alinean con las sugerencias del informe. Entre otros puntos, destacó que se buscará fortalecer la soberanía tecnológica, construir una economía competitiva, descarbonizada y circular; diseñar una estrategia industrial audaz con la innovación y la inversión en el centro; e impulsar la cohesión.
“Sigue habiendo barreras nacionales que impiden explotar los beneficios del mercado único. La próxima Comisión tiene que hacer un seguimiento de los fondos Next Generation e impulsar un instrumento de inversión comunitario. Por otra parte, se debe consolidar el mercado único, la unión bancaria y la de mercados de capitales”. Jonás Fernández Álvarez, eurodiputado y portavoz económico del Grupo Parlamentario Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D por sus siglas en inglés) a CincoDías. “La política de competencia, que se ha ido adaptando a los mercados digitales y también debe abordar otros aspectos de la autonomía estratégica”, añade Jonás Fernández Álvarez.
Del otro lado, un portavoz del Partido Popular Europeo (familia parlamentaria a la que pertenece Von der Leyen) confirma que estos son temas que preocupan a su grupo. “La cuestión de la competitividad ocupa un lugar destacado en la lista de prioridades del PPE. El reciente informe de Mario Draghi ha demostrado que la UE se encuentra en una situación económica desesperada. Es evidente que debemos actuar si queremos preservar nuestra riqueza a largo plazo”, responde Markus Ferber, miembro del Parlamento Europeo por el PPE.
Sin embargo, Ferber sugiere que se necesita un cambio hacia una economía del lado de la oferta. “Reducir la burocracia, reducir las cargas burocráticas, racionalizar la presentación de informes, reducir los costos de la energía, facilitar las inversiones e impulsar una mejor integración del mercado único. Esas deberían ser las cuestiones que la nueva Comisión debería impulsar”, indica Ferber a CincoDías.
El eurodiputado del PPE coincide en que se necesitan mercados de capital europeos más fuertes y mejor integrados que permitan a las empresas acceder a reservas de capital más profundas con mayor facilidad. “En este momento, nos encontramos en una situación en la que las empresas europeas innovadoras a menudo se reubican porque el acceso a la financiación es mucho más fácil en otras jurisdicciones como Estados Unidos. Eso tiene que cambiar si queremos mantener la creación de valor a largo plazo dentro de la Unión Europea”, añade el eurodiputado del PPE.
Por su parte, el eurodiputado João Cotrim de Figuereido, vicepresidente de Renew Europe, ha llegado a asegurar que las recomendaciones de Mario Draghi tienen que convertirse en “la biblia” de los nuevos comisarios: “Nuestras empresas e inversores están siendo arrastrados por una marea de burocracia y, a menudo, por regulaciones europeas restrictivas o inconsistentes. Es esencial que la nueva Comisión Europea haga del crecimiento la piedra angular de sus acciones. Europa no necesita elaborar nueva legislación todos los días”, ha indicado el miembro de los liberales. Cotrim coincide con Ferber, el Ejecutivo comunitario necesita simplificar los procesos y reducir la burocracia tanto como sea posible. “Esta es la única manera de jugar en la liga de los grandes jugadores globales. Y, como deja claro Draghi, no tenemos tiempo que perder”, añade en un comunicado reciente.
Sin embargo, los expertos consideran que la consolidación de estos proyectos no será sencilla. “La fragmentación y la falta de coordinación entre los Estados miembros son importantes impedimentos para mejorar la competitividad de la UE y la implementación de respuestas políticas específicas con este fin”, han indicado fuentes cercanas a Mario Draghi a este periódico.
Negociaciones
Las negociaciones con las fuerzas ultraconservadoras o antieuropeas podrían ser otro de los grandes obstáculos a superar para la próxima comisión. Un ejemplo de esto podría ser Raffaele Fitto, miembro del partido ultranacionalista Fratelli de Italia (al que pertenece la presidenta Georgia Meloni), que ha sido propuesto como vicepresidente ejecutivo de Cohesión y Reformas y que ha sido cuestionado por las familias políticas a la izquierda del Partido Popular Europeo. Esta vicepresidencia es crítica para la economía de la región, pues está enfocada en las políticas de cohesión, inversión y crecimiento.
De la misma forma, Olivér Várhelyi, que ha sido propuesto para Sanidad y Bienestar Animal, puede presentarse como un elemento incómodo por su vinculación al presidente húngaro Viktor Orbán, de corte ultraconservador y cercano de Vladimir Putin. A pesar de que esta segunda cartera no es tan estratégica, las fuentes consultadas consideran que ambos nombramientos podrían ser cuestionados por el Parlamento, obligando a Von der Leyen a encontrar sustitutos.
“La ultraderecha es un problema tanto en la Comisión como en el Legislativo. Sin embargo, no podemos decir que las posiciones estén cerradas. Estos partidos tienen una posición que no se puede considerar menor. Sin embargo, es habitual que el Parlamento no apruebe el nombramiento de algún candidato. Todavía no se puede saber, pero es previsible que en algunos casos haya problemas”, aseguran las fuentes del Parlamento Europeo.
Dicho esto, los expertos coinciden en que la dificultad trascenderá a la votación de noviembre. La mayor presencia de grupos euroescépticos como AfD en Alemania o Agrupación Nacional en Francia es otro factor que puede traer dificultades para negociar puntos como la transición ecológica, la política energética y otros elementos clave dentro de los planes de la nueva Comisión Europea.
“Es poco probable que el próximo Gobierno de Francia, que dependerá principalmente de la extrema derecha, abogue por políticas que profundicen la integración europea antes de las elecciones presidenciales previstas para 2027. Del mismo modo, en Alemania, el reciente éxito de los partidos populistas de extrema derecha y extrema izquierda en Turingia y Sajonia pone de manifiesto la fragmentación del panorama político alemán. A medida que los partidos mayoritarios pierden terreno, el actual Gobierno de coalición semáforo se debilita, reduciendo la probabilidad de nuevos estímulos económicos y reformas”, advierten desde la calificadora Scope Ratings.
