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Draghi ha alertado sobre la crisis competitividad en Europa: ¿Qué viene después?

Un informe encargado al expresidente del Banco Central Europeo confirma las deficiencias de la economía europea: la creciente brecha de innovación con China y EE UU, el problema del suministro energético y la dependencia de las importaciones en sectores estratégicos

Luis Alberto Peralta
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen y el ex primer ministro italiano, Mario Draghi, asisten a una conferencia de prensa conjunta para presentar el informe final sobre el futuro de la competitividad de la UE en Bruselas
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen y el ex primer ministro italiano, Mario Draghi, asisten a una conferencia de prensa conjunta para presentar el informe final sobre el futuro de la competitividad de la UE en BruselasOLIVIER HOSLET (EFE)

La competitividad del Viejo Continente está agonizando y necesita una reanimación urgente. Así lo considera el expresidente del Banco Central Europeo Mario Draghi, a quien la Comisión Europea le encargó hace un año evaluar los principales obstáculos que lastran el crecimiento económico de la región. El informe, presentado recientemente en Bruselas, condensa varias realidades sectoriales en un diagnóstico que preocupa a políticos, empresarios y analistas: si Europa no se renueva para igualar a sus rivales, caerá en la irrelevancia global. En este contexto, fuentes cercanas a Mario Draghi han asegurado a CincoDías que la Comisión Europea ya está trabajando para implementar algunas de las medidas propuestas, aunque la política nacional en algunos países miembros puede suponer un obstáculo para consolidar las reformas.

El análisis de Draghi identifica tres grandes factores que impactan la competitividad europea: la creciente brecha de innovación con China y Estados Unidos, el problema del suministro energético y la dependencia de las importaciones en sectores estratégicos. En este contexto, el informe resalta que la diferencia entre Europa y EE UU en cuanto al PIB se ha ampliado gradualmente desde poco más del 15% en 2002 al 30% en 2023 (a precios de 2015). Asimismo, se calcula que la proporción de sectores en los que China compite directamente con las empresas de la zona del euro se sitúa ahora en un 40%, frente al 25% en 2002, según el BCE.

“La UE está entrando en el primer periodo de su historia reciente en el que el crecimiento no se verá respaldado por el aumento de la población. Para 2040, se prevé que la fuerza laboral se reducirá en cerca de dos millones de trabajadores cada año. Tendremos que apoyarnos más en productividad para impulsar el crecimiento. Si la UE mantuviera su tasa media de crecimiento de la productividad desde 2015, solo sería suficiente para mantener el PIB constante hasta 2050, en un momento en el que la UE se enfrenta a una serie de nuevas necesidades de inversión que tendrá que financiarse mediante un mayor crecimiento”, explica Draghi en el documento.

Pero, ¿qué viene ahora? Fuentes cercanas a Mario Draghi han explicado a CincoDías que algunas recomendaciones ya han inspirado las directrices políticas de la presidenta Ursula Von der Leyen y que proporcionarán orientación política al trabajo de la próxima Comisión. “La presidenta electa también está considerando cómo reflejar propuestas específicas en las cartas de misión que se enviarán a los comisarios designados designados por los Estados miembros. Para facilitar el diálogo con los colegisladores que deberán tomar decisiones sobre las propuestas, Draghi se dirigirá al Parlamento Europeo el martes 17 de septiembre”, aseguran las fuentes.

Cabe destacar que las recomendaciones de Draghi han sido bien recibidas por los principales grupos parlamentarios Europeos. Tanto los populares europeos (a los que pertenece la presidenta Ursula Von der Leyen) como los socialistas se han mostrado favorables al diagnóstico del expresidente del BCE. No obstante, los analistas consideran que las recientes victorias del populismo euroesceptico en las principales economías de la región pueden suponer un obstáculo.

“Las perspectivas de crecimiento a medio plazo de Europa, estimadas en torno al 1,0-1,5%, están por debajo del 2,0% previsto para Estados Unidos. Las reformas esbozadas por Draghi podrían reducir esta brecha, pero avanzar en la integración de la UE como él propone se encuentra con la oposición de partidos populistas y extremistas con agendas nacionalistas”, apuntan Alvise Lennkh-Yunus y Brian Marly, analistas del sector público y soberano de Scope Ratings en un informe reciente.

Los analistas del think tank inglés Chatham House coinciden con este diagnóstico. “La influencia de Francia en la UE ha disminuido debido a las recientes derrotas políticas de Macron, la inestabilidad del gobierno y las malas finanzas públicas. En Alemania, la autoridad de Olaf Scholz se ha visto socavada por los malos resultados de su coalición en las elecciones europeas y regionales de este año. Así, el motor franco-alemán se para cuando es necesario para darle impulso político a la hoja de ruta de Draghi”, señala el investigador Sébastien Maillard en un análisis reciente.

Crisis de innovación

El diagnóstico advierte que Europa articula objetivos comunes, pero que no los respalda estableciendo “prioridades claras” o dándole seguimiento con acciones políticas conjuntas. En esta línea, Draghi resalta que las inversiones en investigación y desarrollo están mal enfocadas e infrafinanciadas. Un ejemplo de esto sería el programa Horizon Europe, que cuenta con un presupuesto cercano a los 100.000 millones de euros, pero que según el informe se extiende a demasiados campos y es excesivamente complejo y burocrático.

“Afirmamos favorecer la innovación, pero seguimos añadiendo cargas regulatorias a las empresas europeas, que son especialmente costosas para las pymes y contraproducentes para quienes trabajan en los sectores digitales”, acusa el expresidente del BCE. Dicho esto, Draghi añade que más de la mitad de las pymes en Europa consideran los “obstáculos regulatorios y la carga administrativa” como su mayor desafío.

Estas y otras barreras estarían lastrando la innovación en Europa. De hecho, el documento resalta que solo cuatro de las 50 principales empresas tecnológicas del mundo son europeas (ASML es la más grande). Por otra parte, la posición global de la UE en tecnología se está deteriorando: de 2013 a 2023, su participación en los ingresos tecnológicos globales cayó del 22% al 18%, mientras que la participación de Estados Unidos aumentó del 30% al 38% en el mismo periodo.

“La productividad y el crecimiento europeos están por detrás de los de Estados Unidos y China. Además, Europa tiene pocas empresas en los niveles más altos de la industria tecnológica global y depende demasiado de empresas industriales más antiguas para su investigación e innovación. Sin crecimiento y competitividad, a Europa le resultará cada vez más difícil financiar sus programas sociales y garantizar la calidad de vida de sus ciudadanos”, apunta Penny Naas, investigadora del think tank Atlantic Council respecto al informe.

Problema energético

En segundo lugar, Draghi llama la atención hacia la necesidad de reducir los altos precios de la energía y seguir descarbonizando Europa, algo que en su opinión se ha hecho imprescindible tras perder los flujos de gas ruso por la invasión a Ucrania. “Si bien los precios de la energía han caído considerablemente desde sus máximos, las empresas de la UE todavía enfrentan precios de la electricidad que son entre dos y tres veces los de Estados Unidos. Los precios del gas natural pagados son entre cuatro y cinco veces más altos”, indica el informe.

El documento enfatiza que las industrias de la UE que utilizan energía de forma intensiva se enfrentan a costes de inversión más altos que sus competidores para cumplir los objetivos de descarbonización. Asimismo, el análisis de Draghi resalta que la competencia china se está volviendo “particularmente aguda” en sectores clave de la transición verde, impulsada por su “política industrial masiva, innovación rápida, control de materias primas y capacidad de producir a escala continental”.

“El informe Draghi deja claro que se necesitan acciones mucho más enérgicas, tanto en la fabricación con tecnologías limpias como en la descarbonización de industrias establecidas con uso intensivo de energía, incluidas las del acero, el aluminio, el cemento y químicos, todavía son necesarios para garantizar que Europa pueda combinar eficientemente la descarbonización y el liderazgo tecnológico”, indica Simone Tagliapietra, investigador de Bruegel en un documento reciente.

Dependencia

En tercer lugar, el análisis de Draghi asegura que el Viejo Continente debe reac­cionar ante un mundo con una geopolítica “menos estable”, donde todas las principales economías están tratando activamente de reducir sus dependencias (que se están convirtiendo en vulnerabilidades). “Si bien todavía hay poca evidencia de que estas medidas estén conduciendo a la desglobalización, las intervenciones de política comercial están aumentando”, apunta el informe.

En este contexto, resalta que la región todavía depende mucho de las importaciones en sectores como los minerales estratégicos y semiconductores (sobre todo desde China), y que tiene que potenciar el desarrollo de los sectores aeroespacial y defensa a nivel europeo. “Para lograr una independencia estratégica genuina y aumentar su influencia geopolítica global, Europa necesita un plan para gestionar estas dependencias y fortalecer la inversión en defensa”, expresa el informe.

La propuesta

Para alcanzar los objetivos planteados, el informe sugiere que se aprovechen todas las posibilidades que ofrecen los Tratados de la UE para acelerar la integración y mejorar la competitividad de la UE. No obstante, las fuentes cercanas a Draghi sugieren que si la acción a nivel de la UE se ve “obstaculizada o bloqueada” por los procedimientos institucionales existentes, un enfoque diferenciado de la integración debería basarse en el “uso inteligente” de instrumentos como la “cooperación mejorada” entre coaliciones de Estados miembros dispuestos; o incluso “como último recurso”, la cooperación intergubernamental. En este contexto, el informe de Draghi plantea una estrategia compleja a corto y mediano plazo para poder actuar en todos los frentes a través de “pequeños pasos” que permitan salir del estancamiento actual a su mercado de 440 millones de consumidores y 23 millones empresas, que representan alrededor del 17% del PIB mundial.

“La fragmentación y la falta de coordinación entre los Estados miembros son importantes impedimentos para mejorar la competitividad de la UE y la implementación de respuestas políticas específicas, como se destaca en el informe. Para promover un mayor grado de coordinación entre las políticas nacionales y de la UE, el informe propone un nuevo Marco de Coordinación de la Competitividad, que sustituirá varias herramientas de coordinación no fiscal de la UE. Si se implementa con éxito, esta herramienta fomentará la traducción de los objetivos de competitividad a nivel en políticas nacionales, promoverá una mayor coordinación entre los Estados miembros y ayudará a garantizar la financiación de cada prioridad estratégica a través de un cambio profundo en la estructura y la implementación del presupuesto de la UE”,, han indicado las fuentes cercanas a Mario Draghi a este periódico.

Para combatir el déficit de innovación, se recomienda mejorar la coordinación entre Estados miembros en los programas comunes de investigación y reformar su asignación presupuestaria, su gobernanza y su capacidad financiera. De manera similar, se sugiere una serie de medidas para “apoyar la transición de la invención a la comercialización en Europa”: eliminación de la burocracia, armonización de la regulación y agilización de los trámites de propiedad intelectual y patentes.

En cuanto al sector energético, el principal objetivo es reducir el coste de la energía para los usuarios finales transfiriendo los beneficios de la descarbonización. Para esto, el informe sugiere que es necesario reducir la volatilidad de los precios del gas natural a través de la adquisición conjunta. Asimismo, se deben impulsar otras fuentes, como la solar, eólica o nuclear, y desacoplar al gas de la formación de precios para evitar que encarezca las subastas energéticas. El documento también recomienda reorientar el apoyo a la fabricación de tecnologías limpias para “capitalizar el impulso de la descarbonización”, centrándose en tecnologías en las que la región tiene ventaja.

Finalmente, para reducir sus vulnerabilidades, Draghi considera que la UE necesita desarrollar una auténtica “política económica exterior” basada en asegurar recursos críticos. “A corto plazo, la UE necesita implementar rápida y plenamente la Ley de Materias Primas Críticas. El informe recomienda complementar esta ley con una estrategia integral que cubra todas las etapas de la cadena de suministro de minerales críticos, desde la extracción hasta el procesamiento y el reciclaje”, expresa. Como acción complementaria, se sugiere que la UE también aproveche el potencial de sus recursos internos a través de la minería, el reciclaje y la innovación en materiales alternativos.

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