El IPC sube tres décimas en agosto hasta el 2,6% por el incremento de los carburantes
La tasa subyacente sin embargo se modera en una décima hasta el 6,1%
El Índice de Precios de Consumo (IPC) anual se situó en el 2,6% en agosto, lo que supone una subida de tres décimas con respecto a julio, mientras que la subyacente -que no contabiliza ni alimentos no elaborados ni productos energéticos- cayó en una décima, hasta el 6,1%, según los datos avanzados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
La subida de la inflación general es debida, principalmente, a la subida de los precios de los carburantes y, en menor medida, de los combustibles líquidos, frente a las bajadas registradas en agosto de 2022. En cambio, el INE destacó el comportamiento de los precios de la electricidad, que este mes aumentan, pero menos que en agosto de 2022.
Pese a la subida, la inflación registrada en agosto es la tercera más baja desde marzo de 2022, cuando se situó en el 3,4%, por lo que ya ha retornado a los niveles previos a la guerra de Ucrania. No sucede lo mismo con la subyacente, que se mantiene elevada y en cifras similares a las de hace justo un año, cuando se situó en el 6,4%.
Los precios registran en agosto una tasa del 0,5% frente a julio. Se conocerán los detalles del dato conocido hoy cuando el INE publique el dato definitivo el próximo 12 de septiembre.
El Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA) situó su tasa interanual en el 2,4%, tres décimas por encima de la tasa registrada el mes anterior.
El Ministerio de Asuntos Económicos ha destacado en un comunicado que el dato adelantado del IPC “consolida” a España “como uno de los países de la zona euro con una menor inflación”, tras bajarla cerca de 8 puntos en el último año. “Esto favorece la competitividad de las empresas españolas, la ganancia de cuota de mercado y el aumento del poder adquisitivo de los salarios”, ha subrayado el Departamento que dirige, en funciones, Nadia Calviño.
Según Economía, las medidas de política económica aplicadas en España hacen que el país tenga “uno de los mayores niveles de crecimiento económico con menores niveles de inflación” dentro de la Unión Europea.
También el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, valoró el dato al afirmar que no le preocupaba el repunte de la inflación de agosto, porque coincide con las previsiones realizadas por la entidad y es “compatible” con la reducción que se irá produciendo de “manera progresiva hacia tasas cercanas al 2% para el conjunto de la zona euro”.
Añadió que los datos mensuales se encuentran muy afectados por el denominado efecto base, por el repunte del componente energético y elementos más volátiles.
A nivel europeo, todo parece indicar que la inflación interanual en la eurozona tiende a moderarse, al tiempo que mejora la economía. El último dato de julio se situó en el 5,3%, dos décimas por debajo de la tasa de junio, y en el 6,1% en el conjunto de la Unión Europea, tres décimas menos a la del mes anterior, por lo que vuelven a situarse en el nivel más bajo desde el inicio de la agresión rusa de febrero de 2022.
Sin embargo, aunque se trata de un dato optimista, no es todo lo contundente como para lanzar las campanas al vuelo, ya que la tasa de inflación subyacente en la eurozona, que excluye el efecto de energía, alimentos, alcohol y tabaco, por ser los más volátiles se mantuvo estable en julio respecto al mes anterior en un 5,5% interanual.
La causa que principalmente explicaría este incremento de la inflación general en agosto, se encuentra en la carrera alcista de precios que viene registrando en las últimas semanas el precio de los carburantes. El precio medio de los carburantes lleva encadenando siete semanas consecutivas de subidas, lo que ha llevado al litro de gasolina a superarla cota de los 1,7 euros y al del gasóleo a rebasar los 1,6 euros. Se trata de los precios más elevados desde finales de noviembre, aunque entonces estaba vigente la subvención de 20 céntimos por litro implantada por el Gobierno por la crisis por la guerra en Ucrania.
La evolución de los alimentos es otro motivo de preocupación en la evolución de la cesta de la compra que se refleja en el IPC. Todo parece indicar que aún se está lejos de una moderación de los mismos. Las subidas de más del 44% del azúcar, el 38% del aceite de oliva, el 23% de las patatas o el 22% del arroz son guarismos que seguirán manteniéndose de aquí a final de año, lo que cada vez más está lastrando las finanzas de aquellas familias con menor nivel de renta.
La sequía, así como las sucesivas olas de calor que se han padecido en los meses de julio y agosto han provocado un descenso en la producción agrícola. Falta producto en el mercado y el que hay no es de calidad. Según las asociaciones agrarias consultadas por Cinco Días, la producción de aceitunas, la materia prima para la elaboración del aceite de oliva, prácticamente se ha reducido a la mitad, al tiempo que ha bajado la calidad del producto, lo que puede provocar nuevas subidas en el aceite de oliva que podría alcanzar los 10 euros por litro.
El cereal de invierno ha tenido pérdidas entre el 70% y el 80% en gran parte de las regiones cerealísticas. La campaña de frutas tropicales, que habían arraigado muy fructíferamente en determinadas áreas, como es el caso del mango o el aguacate, han tenido pérdidas del 85% y 60% respectivamente por falta de agua, junto al deterioro de la viña son solo unos ejemplos de como esta evolución poco a poco se va a ir traduciendo en incrementos de precios de los alimentos básicos de la cesta de la compra.
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