Los precios en la zona euro se moderan en julio al 5,3%, en nivel más bajo desde el inicio de la guerra de Ucrania

Pese a que el indicador general de los precios se modera, la alerta se mantiene con la tasa subyacente que no cede y se mantiene en el 5,5% interanual

Carlos Cortinas Cano

El inicio de la guerra de Ucrania supuso un serio golpe para las economías europeas que apenas empezaban a recuperarse de los efectos de la pandemia de Covid. El conflicto bélico supuso una nueva apertura del grifo del gasto público para intentar hacer frente a la crisis inflacionista, volviendo a dejar en stand by las reglas fiscales europeas. Han tenido que pasar 20 meses para volver a registrarse cifras vistas antes del conflicto bélico.

Tras este periodo en el que los precios en Europa se dispararon hasta niveles históricamente elevados, superando los dos dígitos, los datos difundidos este viernes por Eurostat, suponen un bálsamo, al que también ha contribuido la férrea política monetaria aplicada por el Banco Central Europeo (BCE) que ha fijado los tipos de interés en el 4,25%.

Todo parece indicar que la inflación interanual en la eurozona tiende a moderarse, al tiempo que mejora la economía y se situó en julio en el 5,3%, dos décimas por debajo de la tasa de junio, y en el 6,1% en el conjunto de la Unión Europea, tres décimas menos a la del mes anterior, por lo que vuelven a situarse en el nivel más bajo desde el inicio de la agresión rusa de febrero de 2022.

Riesgo subyacente

Sin embargo, aunque se trata de un dato optimista, no es todo lo contundente como para lanzar las campanas al vuelo, ya que la tasa de inflación subyacente en la eurozona, que excluye el efecto de energía, alimentos, alcohol y tabaco, por ser los más volátiles y que además, sirve como referencia para el Banco Central Europeo a la hora de fijar su política monetaria, se mantuvo estable en julio respecto al mes anterior en un 5,5% interanual.

No obstante, según los expertos consultados, normalmente el traslado de la moderación del índice general a la tasa subyacente se produce con unos meses de diferencia, si bien advierten que habrá que estar atentos a como puede evolucionar el conflicto bélico, al tiempo que esta evolución será decisiva en el comportamiento de los precios del componente energético y los alimentos.

En julio, el principal factor detrás de la evolución de los precios en la eurozona, fueron los servicios, seguido de los alimentos, alcohol y tabaco y en menor medida los precios de los bienes energéticos no industriales. Los precios de la energía contribuyeron ligeramente a mitigar la tasa de inflación en la eurozona restándole 0,57 puntos porcentuales gracias a un retroceso del 6,1% en su inflación.

La inflación en España

Lo que si vienen a confirmar los datos de la oficina estadística europea es la buena evolución de los precios en España en su indicador armonizado. Según los datos revisados, España se sitúa entre los países con la inflación interanual más baja de la Unión Europea con un 2,1% y sólo por detrás de Bélgica (1,7%) y Luxemburgo (2%), aunque su tasa ha aumentado en cinco décimas respecto a la registrada en junio, del 1,6%. En julio de 2022, la inflación era del 8,9% en la eurozona, del 9,8% en los Veintisiete, y del 10,7% en España.

El aumento de precios se moderó en todas las grandes economías del euro: en Alemania bajó tres décimas hasta el 6,5%, en Francia cayó dos décimas al 5,1%, en Italia descendió cuatro décimas hasta el 6,3% y en Países Bajos bajó 1,1 puntos porcentuales hasta el 5,3%.

Volviendo a la inflación española, tras conocerse la semana pasada el dato de julio del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que avanzó el 2,3%, volvió a ponerse de manifiesto como los alimentos (10,8%) siguen aportando tensiones inflacionistas a la cesta de la compra de los españoles, con especial incidencia del aceite de oliva. A ello se suma la subida estacional de los carburantes y los paquetes turísticos, que en este caso se encarecen cerca del 18%, como consecuencia del periodo vacacional.

El riesgo sigue en la evolución de la tasa subyacente, que en el caso español aumentó tres décimas hasta el 6,2% interanual.

El precio del aceite seguirá al alza y puede llegar a superar los 10 euros

Los precios de los alimentos de la cesta de la compra española se ha erigido a lo largo de los últimos meses en el principal motivo de preocupación para la evolución de la inflación. Tras registrar en su conjunto, el precio de los alimentos, máximos del 16,7% en febrero y moderarse hasta el 10,8% actual, el precio del azúcar se había convertido, con incrementos superiores al 50%, en el alimento más inflacionario. Sin embargo, desde hace unas semanas a esta parte, el precio del aceite de oliva ha tomado el relevo. Una pésima cosecha en cantidad y calidad de la aceituna, como consecuencia de la sequía ha puesto en jaque el precio el oro líquido de la dieta mediterránea. Todo ello se ha traducido en que el precio de venta del litro en las estanterías de los supermercados se haya situado en torno a los 9 euros y sin visos moderación en el corto plazo, por lo que en breve podría alcanzar e incluso superar los 10 euros.
Las cifras del INE vienen arrojando este tensionamiento de los precios del aceite desde octubre pasado, que es el periodo en el que se inicia la cosecha de la aceituna, y ya se estimaba que iba a ser reducida. Esto se reflejó en un aumento del 15,7% interanual en los precios, que se dispararon al 25,9% en apenas un mes. Desde entonces la escalada ha sido incesante hasta fijarse en el 38,8% en julio pasado y todo apunta que en agosto superará el 40%, a la vista del precio que viene registrando en los últimos días en su origen, las almazaras. 
Desde el sector tampoco se muestran optimistas de cara a la próxima cosecha que seguirá afectada por los mismos parámetros. Ante ello se prevé una caída del consumo, mientras que podría faltar producto en otras zonas de elevada demanda.

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