La deuda comercial de las pymes se duplica hasta los 2.400 millones, máximo desde 2009
Cepyme asegura que el incremento de tipos triplicó el esfuerzo financiero de las empresas
La morosidad sigue provocando un elevado coste a las empresas, especialmente a las pymes. En el segundo trimestre del año, el encarecimiento del crédito derivó en que el coste financiero para las empresas de la deuda comercial en su conjunto -la que está pendiente de pago y la que se considera morosa- ascendiera a casi 2.400 millones de euros, prácticamente el doble que en el mismo periodo del año anterior y la cifra más elevada desde septiembre de 2009, según expone el último Observatorio de la Morosidad de Cepyme. El esfuerzo financiero de las empresas para asumir este coste, consecuencia del súbito aumento de los tipos de interés, se triplicó. Y ello pese a la ligera reducción en el periodo medio de pago que, no obstante, superó en más de 21 días el plazo máximo legal establecido (60 días), expone la confederación.
La deuda comercial tiene dos componentes: la que no está en mora y la morosa. El coste de la deuda comercial ordinaria, es decir, las que sí se cobran en el tiempo acordado, ascendió a 1.291 millones de euros en el segundo trimestre en cómputo anualizado y el de la morosa, a 1.075 millones. Por lo tanto, las pymes han hecho frente a un coste financiero total anualizado de 2.366 millones de euros en el segundo trimestre, un 98,5% más que un año antes (1.192 millones de euros).
A este incremento del coste de la morosidad para las pymes se suman la subida de otros costes, principalmente energéticos, aunque también en el apartado de los suministros y de los costes laborales. Del mismo modo, el aumento de la inflación ha mermado la rentabilidad y la capacidad de las empresas negociación para acceder a la financiación necesaria en un contexto de subida de tipos de interés y endurecimiento de los precios financieros.
Periodo medio de pago
El boletín de Cepyme también señalan la continuidad de la tendencia descendente del Período Medio de Pago (PMP), que se redujo hasta 81,3 días; 0,5 días menos que un año antes. Sin embargo, ese descenso interanual es más suave que los registrados en los tres periodos anteriores. La patronal de las pequeñas y medianas empresas expone que la tendencia descendente está perdiendo fuerza, aunque el último dato de PMP registrado en el segundo trimestre es el más corto desde 2017.
Cepyme apunta a que los motivos de esta reducción del PMP sería una reacción al entorno de alta inflación, especialmente desde finales de 2021 cuando el IPC comenzó a repuntar. Por un lado, acortar los plazos de cobro evita la reducción del valor real de los cobros pendientes de las empresas en un contexto en el que el dinero pierde poder adquisitivo; por otro, es una forma de sortear el aumento del coste financiero que provoca el incremento de los tipos de interés sobre la deuda comercial, concluyen.
Morosidad
El índice de morosidad en las facturas de ventas a plazo (IMFVP) tuvo su quinto incremento interanual consecutivo y se elevó hasta los 53,6 puntos, advierte el informe de Cepyme. Aunque el nivel del IMFVP es el más alto desde diciembre de 2020, el indicador sigue casi a la mitad del valor de referencia (la media de los seis años que van de 2014 a 2019).
Por sectores, el nivel de morosidad en las ventas a plazo del segundo trimestre de 2023 ha crecido en términos interanuales en el de los servicios (17% hasta los 59,6 puntos), la industria (35% hasta los 39 puntos) y el sector agroalimentario (17,5% hasta los 48,3 puntos). En la construcción, en cambio, el IMFVP, aunque es mayor en términos interanuales, ha retrocedido un cinco puntos desde el máximo alcanzado al final de 2022, cuando se colocó en los 61 puntos.
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