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El otro lado de la inmigración: trabajadores sobrecualificados y con sueldos un 24% más bajos

Seis de cada diez trabajadores extranjeros en España tienen capacidades por encima de sus empleos, en su mayoría en ocupaciones elementales. La burocracia, una de las principales barreras que impiden su progreso

Los migrantes están más sobrecualificados que los nacionales
Carlos Cortinas Cano
Leandro Hernández

¿Está vivo o muerto el gato de Schrödinger? ¿O ambas cosas a la vez? Un debate similar parece repetirse en torno a la participación de los migrantes en el mercado laboral español. Mientras las voces de un lado destacan con preocupación que los extranjeros copan la mayor parte de los nuevos empleos creados en España, para los extranjeros insertarse de manera exitosa en el mundo del trabajo dista de ser un camino fácil. Seis de cada diez trabajadores no comunitarios están sobrecualificados para el trabajo que realizan, mientras que el sueldo medio de los foráneos es casi 7.000 euros menos que el de los nacionales, según datos de Eurostat y el INE.

“Se trata de aceptar lo que hay o quedarse en casa en el paro”, resume G. F., una inmigrante cubana que trabaja en Madrid. Con un grado y un máster en diseño, trabaja haciendo tareas administrativas para una empresa, labor que “se le queda pequeña”, señala, para las habilidades que ha adquirido en la universidad y durante su trayectoria laboral.

La sobrecualificación es, claramente, un fenómeno generalizado que no distingue de nacionalidades. El 34,5% de los trabajadores españoles tiene un nivel de formación superior a la requerida para su actual empleo. Es la cifra más alta de toda la Unión Europea, que desde 2013 mantiene este indicador apenas por encima de los 20 puntos porcentuales, según la agencia comunitaria Eurostat.

“Tenemos un fenómeno en general en los países desarrollados en el que el nuevo empleo que se genera es cada vez más especializado, lo que generaría de manera natural una reducción en la sobrecualificación a largo plazo. Sin embargo, los trabajadores extranjeros parecen no beneficiarse de esto por las restricciones enormes que aún persisten”, resalta Valentín Bote, director de Randstad Research. En particular, este experto señala el tortuoso proceso burocrático de validación de los títulos extranjeros, esenciales en el caso de las profesiones reguladas, como las sanitarias.

El tapón en las tramitaciones se ha ido agravando durante la última década, según reconoce el Ministerio de Universidades, que ha puesto en marcha un plan de choque para solventar el descomunal atasco que afecta a más de 40.000 profesionales formados en el extranjero. “Se da la paradoja de que carecemos de talento en ciertas profesiones, como Medicina, mientras que tenemos médicos formados en otros países que tienen que abocarse a otras tareas para pagar las facturas durante los años que esperan la validación de su expediente”, asegura Bote.

Los expertos apuntan que, frente a los bulos frecuentes, la población migrante que llega a España está cada vez más formada. Un análisis de CaixaBank Research recoge que los extranjeros con educación secundaria son los que más han crecido en los últimos años, hasta representar el 58,1% del total, superior a la cifra de 2015 (56,8%) y casi diez puntos por encima de los españoles (49,7%).

Alternativas

Los trabajadores de origen extranjero, con o sin nacionalidad española, representaban el 14,4% de la fuerza laboral activa de España en julio de 2023, según los datos de la encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2023. Sin embargo, su representación no es igual en los diferentes sectores.

Los extranjeros representan el 25% de los ocupados en la hostelería y el 18% en la construcción, cuando en 2015 ambos porcentajes eran el 19,5% y 10,6%, de acuerdo a los datos de los afiliados a la Seguridad Social. Nuria Bustamante y Sergio Díaz, economistas de CaixaBank Research, inciden en que la presencia de trabajadores extranjeros con formación superior en ocupaciones elementales es casi siete veces superior a la de los españoles (12% vs. 1,8% los españoles).

Existen dos extremos para las personas migrantes, analiza Andreu Cruañas, presidente de la patronal de las agencias de colocación Asempleo. “Por un lado, los que vienen a atender unas demandas que el mercado español no es capaz de cubrir, como el segmento tecnológico y, por otro lado, los que llegan incluso con alta cualificación pero que tienen que comenzar trabajando en sectores por debajo de sus habilidades, como la hostelería, el ocio, el turismo, la agricultura o el comercio”, analiza Cruañas.

La sobreparticipación de los trabajadores extranjeros en ocupaciones elementales lastra, sin dudas, los salarios medios que reciben. Mientras que el salario mensual promedio de un empleado español a tiempo completo alcanzó los 2.396 euros en 2021, la retribución media de los trabajadores de origen extranjero es un 24% menor y solo alcanza los 1.821, según datos del INE. Al año, la diferencia alcanza los 6.900 euros, un monto nada menor.

La situación se combina con el desconocimiento sobre las costumbres locales, apunta G.F., que lleva casi tres años en España concatenando trabajos temporales. “¿Cuál es el balance entre negociar y aceptar lo primero que me ofrecen?”, se pregunta esta joven. En sus planes está continuar formándose, pese a que reconoce que eso “no es lo que me falta”. “Pero bueno, siempre está bien aprender algo nuevo”, agrega.

Claro que hay quienes deciden esperar hasta encontrar una posición acorde a su formación. Este es solo uno de los motivos por los que la tasa de paro de la población extranjera en julio de este año alcanzó el 17,25%, frente a un 10,64% de los nacionales.

No se trata solo de salarios más bajos y mayor desempleo, sino también de ser uno de los más afectados por otra de las características del tejido productivo español: la estacionalidad y la marcada volatilidad. Aunque los migrantes lo tengan más fácil encontrar empleo en sectores relacionados al ocio, entretenimiento y hostelería, comenta Cruañas, también son los primeros en sufrir contratos cortos y temporales. El mejor ejemplo pueden ser la vendimia o las tareas de recogida de frutas y verduras

Los diferentes expertos consultados coinciden en la importancia de encontrar una correlación adecuada entre la formación recibida y el menú de trabajos existentes en España. Para eso, señalan, la clave es la orientación y la reorientación durante los diferentes tramos de la vida profesional. Una cifra se repite: 47 años es la expectativa de vida profesional de un trabajador que se incorpora al mercado laboral.

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Sobre la firma

Leandro Hernández
Periodista económico. Interesado en entender más de criptoactivos, transformación digital y energía. Se incorporó a este periódico en 2022 después de haber trabajado en diferentes países de América Latina y en Estados Unidos. Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Torcuato Di Tella (Argentina), y el Máster de Periodismo UAM-El País.

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