Stiglitz critica el rol de los bancos centrales y los acusa de empeorar la inflación
El veterano premio Nobel afirma que los problemas inflacionarios son sectoriales y temporales
Rodeado de expertos con los ojos bien abiertos de la OCDE y del TUAC, el comité sindical de la organización. Así explicó ayer el veterano profesor de la Universidad de Columbia y ganador del Nobel, Joseph Stiglitz, que el papel de las subidas de tipos de interés en vertical por parte de los principales bancos centrales ha sido “contraproducente” para frenar la inflación.
Stiglitz afirmó que el problema inflacionista, aunque haya provocado los aumentos de precios más altos desde los años 70, proviene de causas diferentes a lo que se vio tras la crisis del petróleo. Stiglitz explicó que la pandemia era un “shock sectorial” y temporal. “La raíz de la inflación vino derivada de las interrupciones en las cadenas de valor y la escasez de chips. La subida de tipos no iba a solucionar esa escasez”, indicó Stiglitz. El economista defendió que el comportamiento de los precios sigue derivándose de esos choques iniciales de oferta, provocados por la pandemia, y no por la evolución de la demanda agregada.
La guerra exacerbó los problemas inflacionarios al importar productos de precios elevados, pero no los causó, advirtió el académico. En la UE, este agravio ha sido superior, según indica Stiglitz, por el “mal modelo” de fijación de los precios de la electricidad del continente.
En el debate, Joseph Stiglitz también aconsejó a la Unión Europea que revise ese mecanismo de fijación de precios eléctricos, que consideró incapaz de funcionar bajo el impacto de la guerra. “Había una rigidez de pensamiento que no reconocía que el mundo había cambiado”, y al final los países tuvieron que intervenir con ayudas a las empresas más dependientes del gas tras negarse a intervenir en el mercado. “España y Portugal salieron mejor parados”, argumentó sobre el tope de precios del gas acordado para el mercado ibérico.
Márgenes empresariales
El economista aprovechó la ocasión para asegurar que en el contexto actual no existe riesgo de una espiral precios-salarios, ya que el mercado laboral, tanto estadounidense como europeo, se encuentra tensionado y los márgenes de las empresas se encuentran muy elevados, mientras los salarios reales descienden. Stiglitz habló del caso de las aerolíneas: “Los precios han subido, los márgenes han subido, a pesar de que durante la pandemia contaron con un enorme apoyo de los estados. [El aumento de los ingresos] No está yendo a los trabajadores y se nota en un aumento de los márgenes. Y también ocurre en otros sectores”, argumentó.
Este aumento de los beneficios empresariales está siendo, del mismo modo, empeorado por las subidas de tipos y explicó que, al aumentarlos, los incentivos de las empresas se centran “en el presente, no en el futuro” a la hora de aumentar los recargos y acumular. En este sentido, el académico, afirmó que era necesario tributar por los beneficios excesivos y extraordinarios para canalizarlos a los sistemas de protección social y recordó que estas medidas no desincentivarán a las empresas, ya que “es un impuesto sobre los beneficios. No es un impuesto sobre el capital”, concluyó.
El economista se posicionó en favor de las inversiones encaminadas a la transición energética verde. “Es importante centrar los esfuerzos en aquello que de beneficios a largo plazo y las inversiones verdes van a tener beneficio, hagamos lo que hagamos y dure lo que dure la guerra”, indicó. Del mismo modo, también afirmó que otro asunto que se necesita abordar es el aumento de la producción de alimentos, principalmente del grano y del arroz, que han sufrido bajadas de la producción sin precedentes.
El alza de tipos, responsables de la quiebra del banco de Silicon Valley
Stiglitz también consideró "inevitable" la crisis bancaria que se ha abierto con el colapso de SVB. "Lo que ha ocurrido es el resultado de lo que ha hecho el presidente de la Reserva Federal", señaló en referencia a los sucesivos aumentos de tipos de interés para atajar la inflación desde hace un año.
Explicó que el banco californiano creció mucho, gracias al tirón del negocio digital. Su error, indicó, fue colocar los abundantes depósitos que obtenía de sus clientes en títulos de deuda de Estados Unidos, pensando que la economía se mantendría estable y que ese era un producto seguro y rentable.
Sin embargo, como consecuencia de los cambios que la entidad no había previsto en la política monetaria y, en consecuencia, en la rentabilidad de esos títulos de duda pública, se ha visto confrontado a un problema de desequilibrio cuando muchos clientes han querido retirar sus ahorros. "Es un fracaso clásico de la gestión de la cartera" de inversiones, que en realidad no tiene nada que ver directamente con el negocio digital, añadió Stiglitz.
También acusó al sistema de supervisión bancaria estadounidense por no haber advertido de los problemas a los que se podía enfrentar, que en este caso no era un problema de préstamos, sino de falta de correspondencia entre el activo y el pasivo de la entidad.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días