La oferta de la polaca PFR para comprar Talgo contemplaba superar los cinco euros por acción
La compañía trabajó a contrarreloj en la última semana y el martes por la noche lo tenía todo dispuesto para enviar una propuesta económica más elevada que la del consorcio húngaro que fue vetada este verano, la de Sidenor o la de Jupiter Wagons
![Fábrica de Talgo en Rivabellosa, en Álava.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4KYSYBICEWPIDKLZYCZML6JJCE.jpg?auth=a0392b19205d82f657963462ba9410cb0fbea20c75f0068f38965db10cbcccbb&width=414)
El proceso de venta de Talgo pilotado por Trilantic Capital Partners y coordinado por PwC para colocar el 40% del fabricante ferroviario que aglutinaba las participaciones del fondo de capital riesgo, la familia fundadora Oriol y Abelló ha encallado antes de llegar a su fecha límite, prevista para este viernes 14 de febrero.
Las principales candidatas a quedarse con Pegaso Transportation International (Trilantic, Oriol y Torreal) han preferido finalmente no hacer una oferta formal, que hubiera implicado lanzar una opa sobre el 100% de Talgo. Este paso atrás, sin embargo, no era el plan A que tenían, al menos hasta hace pocos días. De hecho, PFR llegó a lanzar un comunicado este lunes a la CNMV manifestando su intención de hacer dicha oferta.
Pero ya entonces, el propio fondo estatal polaco dueño de la ferroviaria PESA no debía de estar 100% seguro, ya que advertía de que “no existía certeza de que finalmente se fuera a formular la oferta”. Sea como fuere y pese a la ambigüedad del mensaje, la firma europea ha trabajado durante los últimos días a contrarreloj para tener todo listo antes de lanzar esa oferta. Según señalan fuentes al tanto de su situación, se trabajó sin parar durante el fin de semana pasado y los días posteriores.
La idea era, relatan las mismas fuentes, hacer la oferta no vinculante por Pegaso el martes pasado por la noche. Ahí ya se habían concluido todos los trabajos necesarios. La oferta contemplaba rebasar los cinco euros por acción si se cumplían con determinadas condiciones sobre estado real de Talgo y sus contratos, que aún debía de visar.
Los coordinadores del proceso de venta liderado por PwC y Uría Menéndez pidieron que la oferta presentada contemplara todas las circunstancias que rodean actualmente a Talgo: tanto la sanción que afronta de Renfe por los trenes Avril como sus situaciones contractuales en Alemania, entre otros factores.
Con estas condiciones, PFR, de haber seguido con su plan A, hubiera realizado una oferta que, en cumplimiento de determinadas cláusulas, era superior a la de Sidenor -que va en consorcio con BBK, Finkatuz y Vital- y probablemente también a la de Jupiter Wagons, que no tenía previsto alcanzar los cinco euros por acción, aunque se movía próximo a ese entorno. Fuentes de PFR han declinado hacer comentarios.
Esto significaba que todos los accionistas podrían haber cobrado un precio más elevado de los cinco euros que ofreció este verano Ganz-Mavag Europe, el consorcio húngaro que finalmente fue vetado por el Gobierno. El Ejecutivo no autorizó esta operación en base a informes del CNI que desaconsejaban la misma por razones de seguridad nacional.
En este plan A se trabajó hasta el martes pasado por la noche, momento en que todo estaba listo para la presentación de la oferta. De hecho, muchos se levantaron con esa idea el miércoles por la mañana. Pero cuando varios medios apuntaban al precio y la acción de Talgo se empezó a disparar, la CNMV pidió explicaciones y fue ahí cuando los implicados supieron que finalmente, PFR decidió parar su plan y hacerse a un lado con la esperanza de poder entrar en la operación Talgo en una segunda fase, ya conscientes de que con toda probabilidad, Sidenor y el resto de accionistas vascos que componen la oferta por el 29,9% de Trilantic acaben llevándose el gato al agua.
PFR y Pesa mostraron su intención de lanzar una opa el lunes y el miércoles desistieron del proceso. Hasta el martes por la noche trabajaron en la compra del 40% de la compañía y sopesaban una opa que valoraba Talgo en más de 620 millones de euros. Oficialmente, nadie ha explicado la razón de su cambio de posición.
El miércoles por la mañana, ya una vez habían desistido de su plan que implicaba opa, el ministro de Economía y Empresas de España, Carlos Cuerpo, señaló públicamente en su viaje oficial a Polonia, donde se reunió con varios ministros que “vamos a apoyar dos vectores esenciales cuando estamos hablando de ese tipo de empresas [por Talgo]. Primero, la presencia de accionistas estables, que apuesten a largo plazo por la capacidad industrial de la empresa, y, en segundo lugar, que ese refuerzo de la capacidad industrial se produzca en España, además del mantenimiento y refuerzo del potencial de innovación y de empleo”, recogió Europa Press.
El mensaje fue entendido como una forma diplomática de esgrimir su capacidad de veto. Poco después, la propia PFR envió un comunicado a la CNMV en la que advirtió, a raíz de las informaciones que habían impulsado en bolsa a Talgo que “PFR no ha presentado, a día de hoy, una propuesta a Pegaso Transportation International, para la adquisición de su participación en Talgo, ni se ha tomado ninguna decisión al respecto”. La decisión de dar marcha atrás ya venía de la noche anterior y la misma mañana del miércoles.
Con esta situación y una vez se empezó a airear este jueves que PFR se hacía a un lado, las acciones de la compañía se hundía por debajo de los 4 euros, con un retroceso en bolsa en la sesión de más del 8%. Ahora se esperan acontecimientos. En primer lugar si finalmente Sidenor, las cajas vascas y el Gobierno de Euskadi (PNV) se hacen con la participación de Trilantic. Se da por hecho en el mercado que habrá una segunda fase en la que podrían entrar en juego Pesa o Jupiter Wagons, que resuelvan el problema de capacidad industrial que sufre Talgo y que puede matar el negocio de la compañía.