Tagliatella, Druni, Jean Louis David o Lidl: los nuevos gestores del centro comercial Oasiz amplían la lista de acreedores
El juzgado que ha dado luz verde al plan de reestructuración de Carlotta Iberia, sociedad propietaria del complejo, acepta incluir deudas comerciales y de proveedores que fueron olvidadas


Cale Street Investment, nuevo gestor de Oasiz, el centro comercial más grande de la Comunidad de Madrid, quiere sanear las cuentas y no quiere dejar ninguna deuda olvidada. El fondo ha solicitado a la jueza que validó el plan de reestructuración que presentó junto a Carlotta Iberia, propietaria del inmueble, una modificación de la propuesta de viabilidad con el objetivo de aumentar el listado de acreedores que en un primer momento no fueron incluidos. Entre ellos, se encuentran conocidas marcas como las franquicias Tagliatella, Dunkin’ Coffé o Volapié; la perfumería Druni, la peluquería Jean Louis David o la cadena de supermercados Lidl.
CSI afirmó que en su plan, que fue homologado en febrero de 2024, no contempló estos créditos afectados porque se basó en el listado que su ahora socia Carlotta dispuso en la comunicación previa de negociaciones con los acreedores. En un auto del pasado 17 de enero, el Juzgado de lo Mercantil número 14 aceptó dicha petición, al entender que no fue una “omisión involuntaria” y que era pertinente subsanar el error para evitar que estas empresas tardaran años en recuperar su deuda. “De la solicitud se desprende que, de no declararse la afectación de los créditos no incluidos, se pondría en peligro toda la reestructuración y la viabilidad de la sociedad a corto y medio plazo y, con ello, el pago ordenado y equitativo de los acreedores”, concluye la resolución.
La magistrada Carmen González justifica ahora que en el auto dictado hace un año para homologar el plan de reestructuración ya declaró “la extensión forzosa de todos y cada uno de los efectos previstos en el plan” a todos los acreedores. Solo quedó excluido el crédito público, por lo que únicamente el Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz (donde se encuentra Oasiz) no cobrará la cantidad pendiente por el impuesto de bienes inmuebles (IBI). Fuentes de Carlotta precisan que esta deuda quedó fuera del plan de reestructuración, si bien aseguran que se ha negociado su pago con la administración local y ya se están efectuando los abonos acordados.
Según consta en el auto, además de proveedores que han participado en la construcción del centro y en labores de comunicación, marketing y publicidad, asesoría jurídica o financiación (como Gedesco, la que fuera mayor financiera de pymes que se encuentra en concurso de acreedores y cuyos antiguos administradores mantienen una intensa batalla legal con el máximo accionista, el fondo JZI), en el listado figura la tienda de gafas a precios rebajados Outly, el supermercado Lidl o Restalia (dueña de 100 Montaditos o The Good Burger), que a día de hoy están abiertos en el Oasiz.
Pero también otros que han cerrado o no han llegado a abrir sus establecimientos, como la peluquería Jean Louis David y la perfumería Druni; la panadería y pastelería El Obrador de Goya; los restaurantes Txacoli & Gril, Taberna Volapié (en este caso está abierto MásQmenos, también del grupo FoodBox), Tagliatella, Dunkin’ Coffe, Muerde la Pasta y Udon; la tienda de telefonía The Phone House; las zapaterías Merkal Calzados y Zapshop; la juguetería Toy Planet; y los recreativos Golden Park y Urban Planet.
Fuentes conocedoras del procedimiento han explicado a este periódico que parte de estas deudas se deben a los pactos para el acondicionamiento de las tiendas que firmó el centro comercial con las marcas. En los primeros contratos de arrendamiento se estableció que los propietarios del centro comercial se hacían cargo de dichas obras de los locales. Los gastos fueron adelantados por las marcas, pero Oasiz no los reintegró.
Sin previsión en la ley
Este auto del Juzgado de lo Mercantil número 14 de Madrid es muy novedoso. La ley concursal vigente se puso en marcha en septiembre de 2022 reconfiguró este tipo de procedimientos. No obstante, tal y como advierte la magistrada que ha analizado la reestructuración de Oasiz, en el texto no prevé un trámite para la subsanación de créditos preteridos (omitidos) o para complementar el plan por este motivo. Así las cosas, para adoptar su decisión, la jueza ha tenido en cuenta que “de la solicitud de homologación y de la redacción del plan (en concreto, de la definición de los acreedores afectados por categorías y el examen conjunto de los acreedores afectados y los no afectados) se desprende que la intención de los promotores del plan era reestructurar la totalidad del pasivo de Carlotta”, entre ellos los créditos ordinarios de naturaleza comercial y proveedores.
La solicitud de ampliación de acreedores no ha estado exenta de polémica. Uno de los acreedores previstos desde el inicio, New Asset Management, dedicado a actividades inmobiliarias, manifestó su oposición, al entender que estos créditos quedaron fuera del plan de forma intencionada y que su reconocimiento posterior a que el plan adquiriera firmeza estaría cambiando el perímetro de afectación, ya que se estaría dando un trato más favorable. La magistrada rechaza estos argumentos y explica que los efectos del plan no se modifican, ya que este fue aprobado con el voto favorable de CSI, que era el máximo acreedor. En este sentido, apunta que en caso de que los acreedores olvidados hubieran votado en su momento en contra del plan, esto no hubiera cambiado el resultado en cuanto a las mayorías necesarias para la aprobación del plan.
El control de Oasiz pasó a manos de CSI después de que la justicia homologara el plan de reestructuración que presentó con la filial del grupo galo Compagnie de Phalsbourg. Así pasó de ser el máximo acreedor, ya que prestó 115 millones de euros para financiar la construcción del centro comercial, a ser el administrador del complejo de más de 250.000 metros cuadrados que abrió sus puertas en 2021. El plan contemplaba la reestructuración del capital social y del órgano de administración, así como la inyección de 20 millones de euros para asegurar la viabilidad del centro de ocio, restauración y compras y el pago a los acreedores.
En paralelo a este proceso de reestructuración, otra filial del promotor francés, Compañía de Phalsbourg, presentó su propio plan, si bien este no recibió el visto bueno de la justicia. El juzgado de lo Mercantil número 14 de Madrid dio la razón a un grupo de acreedores (Soluciones Arquitectónicas Básicas, Virton, Econocom, e Hijos de Terrats Construcciones) que impugnaron el plan al no ver garantizada la viabilidad del proyecto y defendieron que la formación de clases (agrupación de las partes afectadas) no era correcta, según informaron fuentes jurídicas. Este revés judicial provocó que la filial española del promotor galo solicitara el concurso voluntario de acreedores, que está en pleno trámite.
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