Tesla sale al rescate de los fabricantes tradicionales para evitar las multas por emisiones de Bruselas
Stellantis, Toyota, Ford, Mazda y Subaru han manifestado su intención de unirse en un ‘pool’ liderado por la firma de Elon Musk para que se contabilicen sus emisiones conjuntamente. UBS estima que Tesla podría ganar 1.000 millones con la operación
El automóvil comienza a mover sus fichas para evitar el pago de multas milmillonarias por la nueva norma de emisiones europea CAFE. Stellantis, Toyota, Ford, Mazda y Subaru han manifestado a la Comisión Europea su intención de formar una alianza o pool liderado por Tesla para que las emisiones de sus vehículos nuevos en 2025 se contabilicen de forma conjunta y no por separado, según un documento publicado por Bruselas. Esta unión con la compañía liderada por el magnate Elon Musk, a la que tendrían que pagarle por esta suerte de créditos de emisiones, les evitaría pagar multas milmillonarias a Bruselas, las cuales, según ACEA, la patronal europea de automovilísticas, podrían ascender a 15.000 millones de euros.
Este tipo de alianzas (que no es algo nuevo en el mundo del automóvil en Europa) es una de las vías que tiene la industria para evitar sobrepasar el nuevo límite de emisiones medias por vehículo nuevo, que ha pasado de los 115,1 gramos de CO2 por kilómetro a 93,6. Según cálculos de ACEA, para cumplir con dicho objetivo las ventas de vehículos eléctricos deberían alcanzar una cuota de mercado en Europa del 22%, frente al 13,4% que marcó entre enero y noviembre de 2024. El mercado se encuentra estancado por el resfriado alemán, que tras la suspensión de las ayudas a la compra de coches eléctricos ha reducido las ventas de este tipo de vehículos un 27,5% el año pasado. Según cálculos de UBS citados por Bloomberg, Tesla podría embolsarse unos 1.000 millones de euros con el cobro a sus competidores para formar la alianza.
Por ello, y ante la falta, al menos de momento, de un programa europeo de ayudas a la compra (una propuesta que ha lanzado el canciller alemán Olaf Scholz, que el próximo 23 de febrero tiene una cita con las urnas para ver si sigue en el cargo), el sector ha planteado varios caminos. Uno de ellos es la reducción de la fabricación de vehículos de combustión, algo que afectaría especialmente a un país como España, cuyo 91% de la producción son coches de este tipo. Otra posible vía es el camino que plantean Toyota, Subaru, Mazda, Stellantis y Ford al unirse con Tesla. Como las emisiones de este último fabricante son cero, su media bajaría lo suficiente para evitar las multas europeas. En su informe, los analistas de UBS no tienen claro si Tesla podría acoger a más fabricantes en su pool, como Volkswagen y Renault, que de momento no han manifestado si intención de unirse a ningún fabricante. “En cualquier caso, creemos que las opciones estratégicas para VW y Renault se han reducido”, han subrayado estos analistas.
Una de las marcas que formaría parte de esta unión, Mazda, fue especialmente clara a finales de diciembre con la imposibilidad para la mayoría de constructores de cumplir con la norma de emisiones europea. “2025 va a ser un año complicado, sin lugar a dudas. Esta hiperregulación que sufrimos en la Unión Europea al final nos va a pasar factura [al sector]”, afirmó el presidente y consejero delegado de Mazda España, Ignacio Beamud, en una entrevista con CincoDías. Otros fabricantes que ya han comunicado su intención de unirse en un segundo pool aparte del liderado por Tesla son Mercerdes-Benz, Volvo y Polestar. Estas dos últimas cobrarían a la alemana por su exceso de emisiones. UBS estima que Volvo podría embolsarse 300 millones con esta operación.
Volkswagen y Renault, por libre
Es llamativa la ausencia en estas listas de Volkswagen, compañía que está sufriendo especialmente el paso del vehículo de combustión al eléctrico, por su retraso en tecnología y costes respecto a la competencia china y Tesla. La alemana parece ir por detrás incluso de fabricantes europeos como Stellantis, que ya cuenta con modelos de menos de 23.000 euros en el mercado, como el Citroën ë-C3, o de menos de 19.000 euros, como el Leapmotor T03, ambos precios sin contar ayudas públicas.
Renault, por su parte, lanzará al mercado este año la versión de menos de 25.000 euros de su Renault 5, mientras que los coches en ese rango de precios del grupo Volkswagen no se esperan hasta 2026. Para aumentar su competitividad, la alemana ha negociado un histórico recorte de empleo (35.000 despidos hasta 2030) y de capacidad de producción en Alemania, a la vez que ha firmado una alianza de 5.500 millones de euros con la estadounidense Rivian, para acceder al software de este fabricante de coches eléctricos.
De cara al desafío de las emisiones de este año y responder, además, a la demanda del mercado, Volkswagen ha apostado en los últimos meses por ofrecer más modelos con versiones híbridas enchufables, como la del VW Passat, con hasta 133 kilómetros de autonomía en eléctrico; la del VW Tiguan o la del Golf, esta última con una autonomía eléctrica de hasta 181 kilómetros. A esto se suma la electrificación de las gamas de otras marcas del grupo como Skoda, la firma generalista que mejores resultados económicos le está reportando al consorcio alemán, que acaba de lanzar el nuevo Elroq eléctrico. Hay que ver si todo ello es suficiente para que Volkswagen pueda cumplir con el objetivo de emisiones. Según un informe de la ONG Transport & Environment, la alemana y Ford están a 29 y 28 gramos del objetivo, respectivamente, por lo que son las peor situadas para cumplir con Bruselas.
Según el documentado publicado por Bruselas este martes, todos aquellos fabricantes que quieran formar parte del pool liderado por Tesla pueden presentar su solicitud de entrada hasta el 5 de febrero, mientras que para el de Mercedes-Benz, Volvo y Polestar, la fecha máxima de entrada es el 7 de febrero. Por su parte, Renault considera que estas alianzas entre fabricantes para que se contabilicen las emisiones de forma conjunta pueden debilitar a la industria automovilística europea. “Sin una posición clara de la Comisión Europea, los fabricantes se ven obligados a tomar decisiones contraproducentes como la compra de créditos a los competidores o posibles recortes de producción. Esto conduce al debilitamiento de la industria europea”, señaló Renault a Reuters. La francesa pretende cumplir con la norma europea, pero se reserva la posibilidad de unirse a un pool con sus competidores.