Digi, Avatel y Finetwork: las que más clientes ganan, pero las que más dinero pierden
Las tres operadoras alternativas sufren el peso de una abultada deuda fruto de su acelerada expansión
Digi, Avatel y Finetwork son cada vez más conocidos entre los usuarios de telecomunicaciones. Juegan en el terreno del low cost, con tarifas simples y agresivas de fibra y móvil que no pueden replicar los grandes del sector. Por ello, han pasado de ser operadores alternativos a triunfadores de una actividad como la de las telecomunicaciones que lleva reduciendo sus ingresos totales desde hace más de una década en España. De hecho, son casi los únicos que ganan clientes mes a mes a costa precisamente de Movistar, Masorange y Vodafone, compañías que, paradójicamente, les alquilan su red de fibra óptica de telefonía móvil para que puedan prestar sus servicios ya que no disponen casi de red propia.
Gracias a esos contratos mayoristas que les aseguran una cobertura y una calidad de servicio muy similares a los operadores con red, consiguen un botín mensual de miles de abonados que arrebatan legalmente a estas megatelefónicas gracias al procedimiento de la portabilidad, que permite cambiarse de compañía conservando el número. Pero, además del crecimiento del negocio, tienen otro denominador común y no es precisamente positivo: las tres operadoras pierden dinero y sufren el peso de una abultada deuda como consecuencia de su política de rápida expansión. También les une su escasa transparencia a la hora de detallar su situación financiera, aunque Digi ofrece mucha más referencias puesto que su matriz cotiza en la Bolsa.
Digi, el campeón del sector
La filial del operador rumano es, ahora mismo y de lejos, el campeón del sector. Su crecimiento en los últimos años ha sido exponencial. Terminará este año superando los ocho millones de clientes, de los que seis millones son de telefonía móvil, y el resto de acceso a Internet por fibra óptica. En los nueve primeros meses. facturó 571,7 millones de euros en España, lo que supone un incremento del 22,8% respecto al mismo periodo del año anterior. Y se prevé que en el conjunto de 2024 supere con creces los 800 millones de euros de facturación si mantiene el ritmo actual. Su beneficio bruto operativo (ebitda) fue de 132,8 millones de euros, un 44% más. Por si fuera poco, en un sector en el que los ajustes laborales se han convertido en un azote -Telefónica, Vodafone, Masorange y Avatel han reducido más de 6.500 puestos en el último año- es el único operador que crea empleo, y su plantilla alcanza ya los 8.000 trabajadores.
Sin embargo, en el último ejercicio completo de 2023, la operadora rumana registró unas pérdidas netas de 14,3 millones de euros en 2023, más del doble (+123%) que los 6,4 millones de euros que perdió en el ejercicio anterior. Lo más preocupante no son las pérdidas sino la abultada deuda. Y es que el problema de que el crecimiento no se vea reflejado en los resultados es la abultada deuda, fundamentalmente con entidades de crédito, que pasó de 243 a 391 millones de euros, que provoca a su vez un incremento de los gastos financieros, que se triplicaron, desde 10,6 millones en 2022 a 30,6 millones de 2023. Digi, que usa la red de móvil de Movistar, vendió en abril pasado una parte de su red de fibra óptica a un consorcio formado por Macquarie Capital, Abrdn y Arjun Infrastructure Partners, principales accionistas de Onivia, por 750 millones de euros.
Avatel, compra frenética de compañías
Avatel, la quinta operadora de telecomunicaciones, usa la red móvil de Movistar y basa su negocio en el acceso a fibra en municipios pequeños. Se fundó hace trece años como un pequeño operador en la Costa del Sol (Málaga) pero se ha convertido en un grupo con presencia en prácticamente todo el territorio nacional gracias a la compra de pequeñas compañías regionales. Desde 2017, contabiliza un total de 155 operadores integrados con una inversión de alrededor de 650 millones de euros. No obstante, apenas facilita cifras sobre sus cuentas ni siquiera sobre su base de clientes. En cuanto a sus resultados financieros, Avatel cerró 2023 –último ejercicio del que ha comunicado datos- con unos ingresos de 316 millones de euros, un 7,1% más que en 2022, mientras que el resultado bruto de explotación (Ebitda) se mantuvo estable en los 91 millones de euros. No obstante, el resultado neto arrojó unas pérdidas de 22,1 millones de euros en contraste con el beneficio de 5,8 millones de 2022. Y la deuda ascendía a cierre del ejercicio 2023, a 440 millones de euros, un 6,5% menos que un año antes.
Estas pérdidas se producen pese a que Avatel es uno de los mayores perceptores de ayudas públicas con cargo a los fondos europeos Next Generation . En 2023, recibió subvenciones por importe de 205 millones (73 millones del Plan Único Banda Ancha del 2022 y 132 millones de euros del Programa Único 5G Redes Backhaul), y hasta la fecha ha sido obsequiada con 291 millones de euros en ayudas. Para reducir costes, la operadora aplicó en junio pasado un expediente de regulación de empleo (ERE) por causas organizativas que finalmente afectó a 674 trabajadores, casi el 36% de la plantilla, si bien el planteamiento inicial proponía 849 salidas. Y para reducir deuda, vendió gran parte de los derechos de uso de su red de fibra óptica al fondo de inversión Inveready, accionista histórico de MásMóvil, por alrededor de 60 millones de euros
Finetwork, sin cuentas en 2023
Finetwork también ha experimentado un crecimiento espectacular. Ya suma más de 1,3 millones de clientes (un millón de móvil y el resto de banda ancha fija). El operador alicantino es el que más opacidad presenta sobre sus cuentas, incluso sobre su estrategia. Sucesivamente, en los últimos tres años ha anunciado una posible salida a Bolsa, la búsqueda de un socio inversor de referencia o incluso la sustitución de Vodafone como proveedor de red móvil. Ninguna de los tres anuncios llegó a materializarse. De sus cifras financieras tampoco se sabe nada en los últimos dos ejercicios, al menos oficialmente, porque no han presentado las cuentas de 2023 en el Registro Mercantil y las del presente año tampoco las han facilitado públicamente. Para tener una idea de sus grandes magnitudes hay que fiarse de las previsiones que ofrece de vez en cuando su consejero delegado, Óscar Vilda. En su última comparecencia ante la prensa, el pasado mes de noviembre, anticipó que acabaría 2024 con unos ingresos de 157 millones de euros, el 24% más que en 2023, y con un beneficio de 6 millones de euros, más del doble que los 2,7 millones que se supone que ganó en 2023. Las últimas cuentas depositadas en el Registro correspondientes a 2022, declaran unas pérdidas de 6,61 millones de euros y una deuda de 61 millones.
De la deuda actual, también se desconoce su magnitud, salvo que “está por debajo de la media del sector”, según la expresión de Vilda. Para reducir las necesidades financieras, Finetwork realizó una ampliación de capital en junio por valor de 10 millones de euros para dar entrada a su nuevo socio, Kai Capital, y ese mismo mes cerró la venta de sus redes de fibra óptica a la operadora de telecomunicaciones Adamo, por 17 millones de euros.