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El ERE de Avatel reabre los miedos a nuevos despidos en el sector de las telecomunicaciones

El ajuste llega tras las 3.400 salidas de Telefónica en febrero. El sector está pendiente de Zegona, que está cerca de cerrar la compra de Vodafone España

Santiago Millán
Un operario trabaja en el despliegue de fibra óptica.
Un operario trabaja en el despliegue de fibra óptica.GETTY IMAGES

El pasado lunes, Avatel comunicó los detalles del expediente de regulación de empleo (ERE) anunciado hace pocas semanas. La compañía, que en los últimos años ha realizado más de 150 adquisiciones de operadoras locales por el conjunto del territorio español, anunció un ajuste para 849 personas, que suponen más del 40% de la plantilla, por causas económicas, productivas y de organización. Según fuentes del sector, en términos de porcentajes, es uno de los mayores ERE de la historia del sector en España.

El ERE de Avatel, que será negociado ahora entre la empresa y los sindicatos durante un periodo de un mes, ha reabierto los miedos a nuevos despidos en el conjunto del sector de las telecos en España. Fuentes del mercado recuerdan que el ajuste llega en plena resaca del ERE de Telefónica, pactado con los sindicatos, que supuso la salida voluntaria en febrero pasado de más de 3.400 personas, el 20% de la plantilla conjunta de Telefónica de España, Móviles y Soluciones. El ajuste venía motivado, en buena medida, por el cambio tecnológico que ha supuesto el apagado de la red de cobre, para la migración definitiva a la fibra óptica. La teleco volvía a recurrir a la herramienta del ERE, tras haber aplicado, entre 2015 y 2022, tres planes de suspensión individual de contratos (PSI), vinculados a sus convenios colectivos, que supuso la salida de más de 11.000 personas.

“Cuando Telefónica toma estas decisiones, el resto de operadoras va detrás”, afirman fuentes del sector. Es decir, sólo entre estas dos compañías, el sector va a perder cerca de 4.200 empleos.

En este escenario, los sindicatos mayoritarios, UGT y CC OO, han lanzado advertencias sobre los nuevos ajustes que puede sufrir el sector, que ya, de por sí, ha vivido numerosas reconversiones en las últimas décadas, en gran parte como consecuencia de la fuerte competencia derivada de la regulación. El escenario ha provocado una imparable caída de los precios, que se ha traducido en una caída de los ingresos de más del 30% en la última década.

En una carta enviada recientemente a la secretaria de Estado de Telecomunicaciones, María González Veracruz, UGT afirmaba que, si en 1998, año de la liberalización de las telecomunicaciones en España, las operadoras de telecomunicaciones daban empleo a más de 96.000 personas, en la actualidad la suma de las principales operadoras (Grupo Telefónica, Grupo Masorange y Grupo Vodafone) cuentan con menos de 25.000 personas en sus plantillas (un 74% menos). El sindicato, de igual forma, ha considerado que este proceso ha supuesto una pérdida de empleo tecnológico de calidad en el mercado español.

“Recientemente hemos transitado por un profundo proceso de negociación de salidas en Telefónica, pero nos consta que no será el último que se inicie entre las operadoras de telecomunicaciones, siendo bastante probable que no se acometan en condiciones similares. Así, al proceso de despido colectivo ya iniciado en Avatel, estamos seguros de que se sumarán otros en breve plazo, sobre todo si se confirman los rumores acerca de Zegona, en los que claramente se plantea un desmantelamiento progresivo de la compañía, con las repercusiones que tendría sobre una plantilla ya muy mermada”, criticaba UGT.

En este sentido, Zegona ya está a punto de cerrar la compra de Vodafone España, por 5.000 millones de euros, una vez que ha recibido la autorización del Gobierno. La compañía, que ha financiado la compra con un crédito puente de 3.400 millones, va a tener que afrontar un plan de ajustes, además de acometer un impulso comercial, para rentabilizar la transacción. No sería el primer ajuste que lleva a cabo Vodafone España. En la última década, la operadora ha hecho al menos cuatro ERE, el último en 2021, con la salida, en su conjunto de más de 3.600 empleados. En la última década, los ingresos de Vodafone España, que en 2014 adquirió Ono, han pasado de 4.500 a 3.846 millones.

Ante esta crisis, CC OO señaló que se ha prorrogado el convenio un año más, con la intención clara de dar estabilidad en un momento de gran incertidumbre. “Sin embargo, el constante goteo de despedidas entre nuestra dirección y los cambios bruscos en estrategias recién implantadas no permiten a la plantilla salir de su sensación de estar en el abismo, ya en manos de un fondo cuya premisa es reducir el gasto y una empresa matriz ausente desde hace mucho que espera su retorno de capital”, dijo el sindicato.

Las miradas también se centran en Masorange, surgida de la fusión de Orange y MásMóvil, que ha pasado a ser el primer operador por clientes de móvil y banda ancha fija, que cuenta con una plantilla de 8.500 personas. La compañía ha descartado en distintas ocasiones la presentación de un ERE con salidas forzosas, insistiendo en que las sinergias, valoradas en su conjunto en 490 millones de euros anuales, están situadas en la propia actividad industrial, con especial papel de la optimización de infraestructuras. Masorange, no obstante, no ha descartado salidas voluntarias. Su consejero delegado, Meinrad Spenger, afirmó en la presentación de la empresa que no hay planes de salidas forzosas de personal, si bien abrió la puerta a salidas de empleados que no esté motivados, no sean proactivos o no compartan los valores del proyecto, siempre dentro del diálogo social.

La antigua Orange, por ejemplo, realizó un ERE para cerca de 500 personas (en torno al 8% de la plantilla con la que contaba entonces), todas salidas voluntarias, en 2016, pocos meses después de cerrar la adquisición de Jazztel. La operadora se comprometió entonces a dar entrada a otras 300 personas para los servicios de atención al cliente. En 2021, en plena crisis por el impacto derivado de la pandemia, y en un escenario de endurecimiento de la competencia, Orange acordó otro ERE voluntario con los sindicatos, que afectó a cerca de 400 personas.

Otras fuentes del sector advierten también del impacto en el empleo que pueden tener operaciones corporativas como la venta de la red de fibra de Digi a Macquarie Capital, Abrdn y Arjun Infrastructure, por 750 millones de euros. Esta red pasará a integrarse en el operador mayorista Onivia, controlado por estos fondos. La compañía rumana, que ha sido uno de los grandes contratistas de personal en España en los últimos años, señaló que la plantilla existente dedicada a esta red continuará formando parte del operador a largo plazo, dedicada al despliegue y mantenimiento de infraestructuras de esta red y de la propia Digi en general. Fuentes sindicales no descartan un ajuste futuro, una vez cerrada la operación, porque buena parte de su plantilla es personal de campo dedicado al despliegue de fibra.

Grandes grupos

De todas maneras, España no es el único país afectado por este tipo de ajustes. En el último año, grandes operadoras como Vodafone, BT, Telia, T-Mobile o Telecom Italia, entre otras, han anunciado miles de despidos, como consecuencia de la competencia y de la llegada de nuevas tecnologías.

Entre los mayores ajustes, BT anunció en mayo del pasado año la salida de 55.000 empleados hasta el fin de la década, el 42% de su plantilla, una vez concluyesen los despliegues de fibra óptica y de telefonía móvil 5G. Las nuevas redes son más eficientes y requieren de menores costes de mantenimiento que el cobre. BT, además, advirtió de que la implantación de tecnologías de inteligencia artificial y automatización sustituirán en los próximos años a otras 10.000 personas.

Vodafone, por su parte, comunicó la salida de 11.000 empleados durante un periodo de tres años, en torno al 11% de su plantilla global, como consecuencia del empeoramiento de los resultados. La teleco, incluso, ha acordado la venta de filiales en grandes mercados como Italia y España, así como la fusión de sus negocios en Reino Unido con Hutchison Three.

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Sobre la firma

Santiago Millán
Es periodista de la sección de Empresas, especializado en Telecomunicaciones y Tecnología. Ha trabajado, a lo largo de su carrera, en medios de comunicación como El Economista, El Boletín y Cinco Días.
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