Sidenor llega como la “opción sólida” del Gobierno a un consejo decisivo de Talgo
La oferta de la siderúrgica por el 29,9% se mide con el interés del fondo estatal polaco PFR y con la expectativa de Trilantic de tener una puja que se acerque a los cinco euros
El grupo industrial Sidenor se consolida estos últimos días de diciembre como la apuesta del Gobierno, probablemente la única, para el esperado cambio de control en Talgo. Y ello a pesar de que su oferta, de cuatro euros por acción, está lejos (un 20% por debajo) de los cinco euros pretendidos por el primer accionista, el fondo Trilantic, y que marcó la opa húngara de Ganz Mavag vetada por el Ejecutivo español el pasado agosto. Todo ello requerirá máxima atención en la reunión del consejo del fabricante ferroviario fijada para mañana jueves.
La presión sobre Sidenor es alta para que mejore su propuesta si quiere hacerse con el 29,9% del capital. En el mercado se especula con el creciente interés del fondo público polaco PFR que, a su vez, lleva las riendas del fabricante Pesa, también afincado en Polonia. Este actor habría entrado en contacto con Trilantic sin que haya trascendido si su apetito se circunscribe al citado paquete del 29,9% en manos de la entidad que lidera Javier Bañón o estaría dispuesto a lanzarse a por el 100%.
Pesa y su accionista estatal acuden atraídos por la tecnología y experiencia de la española en la alta velocidad, y propondrían una solución al déficit de planta de Talgo para atender una cartera de pedidos dimensionada en 4.000 millones de euros. Se da la circunstancia de que los dos fabricantes firmaron un acuerdo el pasado mes de septiembre para ir de la mano en concursos de alta velocidad en Polonia, donde se ha planificado una línea de alta velocidad que conectará las ciudades de Varsovia, Lodz y Breslavia como parte del proyecto Centralny Port Komunikacyjny (CPK). Se trata de la creación de una red ferroviaria de altas prestaciones de 2.000 kilómetros de extensión para la que Pesa carece de material rodante si va en solitario.
Fuentes del Gobierno al tanto de las negociaciones por Talgo afirman que la de Sidenor sigue siendo “una opción sólida”. Y añaden que no les consta que PFR esté tratando la formación de un consorcio con la compañía que preside José Antonio Jainaga. Otras fuentes aseguran que la india Jupiter Wagons ha presentado sus credenciales al Ejecutivo en busca del visto bueno para participar en el pulso por Talgo.
En medio de esta partida, el consejo del fabricante ferroviario se reúne mañana con distintos puntos críticos por atender. Además del interés de Sidenor y otros posibles inversores, por entrar en el capital, Talgo tiene sobre la mesa la reclamación de 116 millones enviada por Renfe por el retraso en la entrega de los trenes de alta velocidad Avril. El cliente también ha congelado pagos pendientes por 120 millones de euros mientras no se dirima esta disputa. De momento, la respuesta de Talgo, hecha pública a través de la Comisión del Mercado de Valores (CNMV), es que se reafirma en “la improcedencia de las penalizaciones impuestas”. La compañía que dirige Gonzalo Urquijo dice haber aportado “nuevos argumentos y justificaciones que refuerzan la validez y suficiencia de las razones previamente presentadas”. El fabricante excusa el incumplimiento con Renfe por causas de fuerza mayor, como fueron la pandemia o el estrangulamiento de la cadena de suministros.
Otro asunto de orden interno es el de la próxima expiración, a finales de mes, del pacto de accionistas que agrupa a un 40% del capital de Talgo bajo el paraguas de la instrumental Pegaso, en la que Trilantic tiene depositado su 29,9%; la familia Oriol cuenta con un 7%, y los Abelló atesoran un 3% del capital. Hasta ahora, los tres partícipes han estado obligados a una salida conjunta en el caso de que hubiera una oferta aceptable por alguno de los paquetes, lo que obligaba a un potencial comprador de Talgo al lanzamiento de una opa por el 100% al superarse el umbral del 30% del capital.
El consejo ya se abrió el pasado 21 de octubre a que Sidenor pudiera realizar una auditoría y decidir el calado de su oferta. La vasca tiene contratada a Deloitte para llevar a cabo ese sondeo de las cuentas y patrimonio de la ferroviaria.
Temor a la deslocalización
En el mundo empresarial vasco es incesante el goteo de reacciones después de que Sidenor avisara el pasado fin de semana de que su oferta de compra por el 29,9% de Talgo tiene fecha de caducidad. En la siderúrgica no están dispuestos a invertir más tiempo y recursos de los necesarios si Trilantic no desbloquea la situación, y declara en los próximos días si acepta o no la propuesta de la siderúrgica.
Gregorio Rojo, presidente de turno de las Cámaras de Comercio Vascas como líder de la Cámara de Álava, en cuyo territorio tiene Talgo una fábrica con 700 trabajadores, ha señalado que sería una pena que la compañía acabara en manos de una empresa pública polaca. Se teme la pérdida del arraigo y lo que puede suponer económicamente una deslocalización de la producción.
Un riesgo cierto, según Rojo, “pero confiamos en que Talgo siga siendo” una empresa “vasca” por su impacto en la economía de Euskadi. En un encuentro abierto a los medios añadió el lunes que “no hay que despistar a José Antonio Jainaga, que ha demostrado que es un gran negociador”. Rojo concluyó que tanto el Gobierno de Vitoria como otras administraciones de la comunidad autónoma, en referencia a la Diputación de Álava, harán todo lo posible por evitar la citada deslocalización.
El Gobierno central mantiene la posibilidad de que la SEPI respalde el cambio de manos de Talgo, de igual modo que el Ejecutivo vasco tiene ofrecido su apoyo a Sidenor, previsiblemente a través del fondo púbico Finkatuz. Con el andamiaje de la operación armado, y contando con la eventual participación de las fundaciones vascas Vital y BBK, se está reclamando desde Madrid y Vitoria un acuerdo urgente que abra una nueva etapa industrial en Talgo.