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El grupo vasco Sidenor abre la puerta a una opa por el 100% de Talgo

La firma industrial comunica al consejo del fabricante de trenes que considera “una adquisición total o parcial”

Talgo
Vista de la fábrica de Talgo en el barrio de Las Matas, en La localidad de Las Rozas.J.P. Gandul (EFE)

Sidenor ha dado un paso al frente en su interés por Talgo y se abre a encabezar una oferta de adquisición (opa) por el 100% del capital. El consejero delegado del fabricante de trenes, Gonzalo Urquijo, ha enviado una nota a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en la que afirma haber recibido “en el día de hoy una carta de manifestación de interés por parte del grupo industrial Sidenor, en la cual dice considerar la adquisición total o parcial del capital social de Talgo, S.A”.

Una vez que este martes fue desvelado en prensa el apetito de la firma industrial vasca, la acción de Talgo escaló un 4,5%, a lo que se suma una nueva revalorización este miércoles del 4,9%, hasta los 3,64 euros por título. El precio está lejos aún de los 5 euros que puso sobre la mesa el consorcio húngaro Ganz Mavag en una opa vetada por el Gobierno a finales de agosto por una cuestión de seguridad nacional.

Un portavoz de Sidenor eludió añadir nuevos comentarios a lo expuesto en la escueta comunicación remitida por Talgo a la CNMV. En esos tres renglones se puede interpretar un cambio sobre el guion previsto: es Sidenor la que se acerca a Talgo y no Mirai, instrumental controlada por el propietario de la acerera, José Antonio Jainaga, y algunos de sus directivos. Con este último vehículo se hicieron con las llaves de la propia Sidenor en 2016 de manos de la brasileña Gerdau por 155 millones.

La otra novedad es la posibilidad de que la oferta alcance la totalidad de las acciones de Talgo, aunque en Sidenor también se contempla una compra parcial. De momento no hay compromiso alguno. El alcance de la inversión depende, según fuentes cercanas a las negociaciones, del apoyo que estén dispuestos a prestar tanto el Gobierno vasco como el central. Las mismas fuentes apuntan que Sidenor aspira a un mínimo del 29,9% de Talgo.

Jainaga lleva años intentando la diversificación comercial de la producción de aceros especiales de Sidenor, que concentra un 70% de su negocio en el sector de automoción, con el riesgo que ello conlleva cuando la industria de las cuatro ruedas vive ciclos de demanda a la baja. Una situación que se produce ante las dudas de los consumidores sobre la compra de un coche, ya sea con motor de combustión interna, híbrido o impulsado por baterías.

El presidente de Sidenor dio el salto de directivo de alto nivel a empresario con la citada compra a Gerdau, acompañado por un equipo de media docena de ejecutivos vascos, que le siguen tanto en Sidenor como en el proyecto Mirai. José Antonio Jainaga trabajó a las órdenes de Sabino Arrieta cuando este inversor ganó el proceso de privatización de Sidenor. Posteriormente, Arrieta vendió la siderúrgica a los brasileños. Ingeniero industrial y gran conocedor del mundo del acero, Jainaga terminó haciéndose con el control absoluto de la empresa vizcaína.

El papel de Trilantic

Además de un déficit de capacidad de fábrica, Talgo tiene el problema de que su núcleo duro de accionistas está de salida, con un 40% del capital a través de la instrumental Pegaso. El fondo estadounidense Trilantic, con algo menos del 30% de Talgo, encabeza ese grupo, en el que también figuran Torreal, sociedad de inversión de la familia Abelló, y la familia Oriol. Hasta ahora, Trilantic ha defendido que solo aceptaría una oferta que fuera dirigida a la totalidad del capital, postura con la que podría intentar forzar el lanzamiento de una opa tras perder la baza de Ganz Mavag.

El Gobierno vasco, a favor

Desde el Departamento de Industria del Gobierno vasco declararon en la tarde de este miércoles que el Ejecutivo de Vitoria “valora positivamente que exista una carta oficial de interés por parte de un empresario vasco de acreditada trayectoria industrial para la adquisición total o parcial de Talgo”.

Añaden estas fuentes que “si bien el proceso se encuentra aún en una fase preliminar”, el Ejecutivo del lehendakari Imanol Pradales “muestra su disposición a favorecer la operación, siempre que la misma conlleve un proyecto industrial sólido y de futuro que favorezca el arraigo de la empresa y el empleo industrial en Euskadi”. El Gobierno vasco ya había declarado abiertamente que participaría en una ofensiva sobre Talgo, siempre que la liderara un socio industrial. Sería, previsiblemente, a través del fondo público Finkatuz, con el que el Ejecutivo de Vitoria ya participa en la también ferroviaria CAF con un 3% y un puesto en el consejo de administración. El Ejecutivo de Imanol Pradales ha colgado de Talgo el cartel de estratégica, tanto por su actividad industrial en Euskadi, a través de la planta de Rivabellosa (Álava), como por los 700 empleados que trabajan en ella. Además, Talgo cuenta con una planta de producción en Las Matas (Madrid), con otros 500 trabajadores, y distintos centros de mantenimiento e I+D.

Los movimientos de Sidenor están siendo seguidos de cerca desde La Moncloa. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) está preparada para participar en un cambio de control en el seno de Talgo de la mano de un inversor de perfil industrial. Pero la opa por el 100% no era, hasta el momento, el plan preferido por el Gobierno de Pedro Sánchez. El otro jugador en la recámara es CriteriaCaixa, que también acompañaría con una participación minoritaria.

Antes del envío de la carta al consejero delegado de Talgo, desde Sidenor se habían limitado a señalar que su propietario “tiene siempre en el radar analizar operaciones con objetivo de permanencia y especialmente en el sector industrial”. Fuentes internas señalaron ayer que era “demasiado pronto para hablar de nada más”.

Una cartera de contratos valorada en más de 4.000 millones de euros, que coincide con las fábricas trabajando al límite y la negativa de los principales accionistas a reforzar la capacidad de Talgo antes de venderla, han puesto a la compañía en dificultades para cumplir sus compromisos de entrega.

Una vez que el grupo húngaro de inversores Ganz Mavag se lanzó a por la que es una de las principales referencias del sector en trenes de alta velocidad, el Ministerio de Transportes que lidera Óscar Puente no ha dejado de buscar otras alternativas. Primero se tanteó el apetito de otros fabricantes asentados en España, obteniéndose la negativa a comprar Talgo por parte de Stadler, Alstom y CAF. Tampoco encajaba en los planes de Siemens, por lo que el equipo de Puente se movió hacia Europa del Este, captando el interés de Grupo Skoda. Una alternativa, esta última, que ha sido rechazada en varias ocasiones por el consejo de Talgo al no acarrear una opa competidora con la húngara sino un proyecto de integración en el que se ofrece capacidad de fábrica y fuerza comercial en un mercado en expansión como es el de Europa del Este.

Lo que sí ha hecho desde el año pasado la dirección de Talgo es preparar el terreno para alianzas por si tiene que externalizar producción. En un acuerdo rubricado el 24 de septiembre, la empresa que preside Carlos de Palacio aunaba intereses con la polaca Pesa para abrir un amplio campo de colaboración. De momento, exploran sus posibilidades “en el desarrollo de la nueva red ferroviaria de alta y muy alta velocidad de Polonia”.

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