Stellantis lima asperezas con Italia tras el adiós de Tavares: invertirá 2.000 millones en el país
La compañía instalará en Pomigliano la plataforma de producción de coches eléctricos compactos STLA Small. España también tendrá esta plataforma, aunque el fabricante aún no lo ha hecho oficial
Stellantis se apresura en deshacer los pasos dados por Carlos Tavares, su antiguo consejero delegado. El grupo automovilístico dueño de marcas como Fiat, Alfa Romeo, Peugeot, Citroën u Opel, ha anunciado este martes que invertirá 2.000 millones de euros en Italia el año que viene, en un claro gesto de acercamiento a la administración de Giorgia Meloni, con quien Stellantis estaba enfrentada. Además, la empresa instalará en la planta de Pomigliano la plataforma de producción de vehículos eléctricos compactos STLA Small, lo que asegurará el futuro de esta fábrica y supone un bálsamo para la industria italiana: entre enero y septiembre, la producción de Stellantis en el país transalpino había caído un 41%, según cálculos ofrecidos por los sindicatos, que llevan meses en pie de guerra contra Stellantis y la falta de medidas del Gobierno italiano. La industria automovilística del país depende casi en exclusiva de este grupo, que emplea a unas 40.000 personas en Italia.
La decisión, que no es del todo sorpresiva ya que Pomigliano estaba en una terna junto a una planta francesa para quedarse con la STLA Small, es una muestra más del cambio de rumbo emprendido por la compañía tras la destitución de Tavares el 1 de diciembre, quien aseguró la semana pasada que se fue por desacuerdos “estratégicos”. Tavares, durante su mandato, había preferido asignar modelos e inversiones a países con costes laborales más baratos como Polonia o Marruecos, e incluso España, un país clave para Stellantis, para el que la compañía anunció recientemente una inversión de 4.100 millones junto a la china CATL para levantar en Zaragoza una planta de baterías con una capacidad de 50 GWh. Dicha gigafactoría comenzará a producir en 2026 y se prevé que esté plenamente operativa en 2028. España también tendrá la STLA Small, aunque la empresa aún no lo haya hecho oficial, precisamente por las tensiones con Italia, país relevante para el consorcio porque su principal accionista es la familia Agnelli (con el 14,87% de los títulos) y porque de allí proceden varias de sus históricas marcas como Fiat, Alfa Romeo o Lancia.
Jean Philippe Imparato, directivo proveniente de Alfa Romeo que ha sido ascendido a jefe de la región europea de Stellantis tras el adiós de Tavares (es uno de los candidatos a sustituirle en el cargo), ha asegurado ante los sindicatos y el ministro italiano de industria, Adolfo Urso, que no se cerrarán plantas italianas y que estas se verán reforzadas el año que viene. Entre las inversiones que hará Stellantis está la nueva generación del Fiat 500 en la planta de Mirafiori (Turín). Por su parte, Meloni ha asegurado de que el Gobierno está dispuesto a invertir más de 1.000 millones el sector el año que viene, según recoge Bloomberg. “Si el enfoque es constructivo, si hay voluntad de mantener las fábricas y los puestos de trabajo, estaremos listos para hacer nuestra parte”, ha indicado Meloni.
Durante el último año, Italia había tenido sonoros encontronazos con el anterior CEO de la compañía. Uno de ellos se produjo cuando el Gobierno de Meloni obligó a la compañía a sacar la bandera italiana del Fiat 600, porque este se produce en Polonia y evitar así confundir al cliente con el origen del coche. Además, Polonia se quedó con la producción del Leapmotor T03, modelo chino del grupo que en un momento se especuló que podría llegar a hacerse en Italia. Otro caso similar al del 600 fue el del Alfa Romeo Milano, que tuvo que modificar su nombre a ‘Junior’, ya que también se hacía en el país del este europeo.
Esta decisión de Stellantis se suma a otros importantes giros estratégicos realizados por la compañía en las últimas dos semanas, entre los que destaca especialmente la vuelta de la compañía a la patronal europea de automovilísticas, ACEA, de la que Stellantis se había marchado por decisión de Tavares a principios de 2023.