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Italia, ante el desmantelamiento de su industria del automóvil: Stellantis reduce un 41% su producción

Los sindicatos advierten de que el grupo se quedará por debajo del medio millón de unidades ensambladas este año. Miles de trabajadores se han manifestado pidiendo soluciones al Gobierno

Un Fiat 500 eléctrico expuesto en la entrada de la fábrica de Stellantis en Mirafiori, Turín, Italia. Febrero de 2024.
Un Fiat 500 eléctrico expuesto en la entrada de la fábrica de Stellantis en Mirafiori, Turín, Italia. Febrero de 2024.NurPhoto (NurPhoto via Getty Images)
Manu Granda

La industria del automóvil italiana corre riesgo de pasar a ser intrascendente en la escena europea. La cuna de marcas históricas como Fiat, Ferrari o Lancia, vive un año de terror con una caída histórica de la producción. Su principal fabricante de coches, el grupo Stellantis (poseedor de las mencionadas Lancia y Fiat), ha disminuido su producción en el país un 41% en los primeros nueve meses de 2024, según cálculos de los sindicatos, cuando la compañía había prometido que aumentaría su actividad allí para alcanzar el millón de unidades anuales en esta década. Esto supone que la industria automovilística italiana terminará el ejercicio actual con menos de medio millón de vehículos ensamblados frente a las 750.000 del año pasado, según los sindicatos (OICA, la organización internacional de fabricantes, señala que las plantas italianas hicieron más de 880.000 unidades en 2024).

La situación supone un drama no solo para los trabajadores, sino para toda la industria de componentes que trabaja para Stellantis. “Nuestra industria automovilística no puede sobrevivir si los volúmenes de producción siguen siendo tan bajos”, aseguró a Bloomberg Roberto Vavassori, director de Anfia (la asociación de la cadena de suministro del automóvil italiana) y director ejecutivo del proveedor de frenos Brembo. “Muchos proveedores de automóviles en Italia son pequeños y también están en riesgo”, ha añadido el empresario antes de la jornada de huelga de este viernes convocada por los sindicatos, que se han manifestado en Roma. Es la primera protesta que une a todos los sindicatos del país en los últimos 30 años, los cuales han pedido “un relanzamiento de las políticas industriales” y han acusado a Europa de no hacer nada al respecto, mientras Carlos Tavares (CEO de Stellantis) desvía la producción de la compañía a países más baratos.

“Esta inacción, combinada con las decisiones de Stellantis, está creando una verdadera carnicería social. Creemos que el director general de Stellantis, Carlos Tavares, está tomando decisiones perjudiciales para el futuro de la industria automovilística italiana. Tavares debe asumir sus responsabilidades”, ha pedido uno de los sindicatos más fuertes de Italia en un comunicado recogido por EP.

Uno de los países que más se ha visto beneficiado de la situación es Polonia, que tiene unos costes laborales mucho más bajos y por ello se ha quedado con la producción del T03, el modelo más barato de la nueva marca Leapmotor. Esta es una firma china de la que Stellantis adquirió el 20% por 1.500 millones el pasado año, lo que supuso un cambio radical en la política de una empresa que siempre se ha mostrado muy beligerante con las marcas del gigante asiático. De hecho, a pesar de poseer una marca china, Tavares esta semana azuzó los fantasmas de cierres de fábricas en Europa si el Viejo Continente seguía dejando entrar a las firmas de ese país. “Si los chinos se hacen con el 10% del mercado en Europa al término de su ofensiva, eso son 1,5 millones de coches. Equivale a siete plantas de montaje. Los constructores europeos tendrán que cerrarlas o venderlas a los chinos. De eso no habla nadie”, afirmó en una entrevista con el medio francés Les Echos.

Además del T03, Polonia también se ha quedado con la producción del Fiat 600, del que Stellantis tuvo que quitar la bandera italiana a petición del Gobierno de Giorgia Meloni, para que el cliente no crea que se produce en suelo italiano. Un caso similar fue el de un coche de Alfa Romeo, marca propiedad del grupo, que debió cambiar su nombre de ‘Milano’ al de ‘Junior’, porque al igual que el Fiat 600 se hace en Polonia. España es otro país bien considerado por Stellantis, que está cerca de confirmar la construcción de una planta de baterías en Zaragoza, para proveer a su fábrica de coches maña que se quedará con la plataforma de producción STLA Small, la cual también irá a parar a Vigo, su mayor factoría en la península ibérica. Las comparaciones son odiosas: mientras en Italia, una de sus cunas (es un fabricante italofrancoestadounidense), hará menos de 500.000 unidades este año, en España el año pasado fabricó más de un millón de coches.

Meloni, mientras tanto, trata de seducir a fabricantes automovilísticos chinos para que llenen el hueco que está dejando vacío Stellantis. En este sentido, el fabricante del gigante asiático que más cerca está de producir en Italia es Dongfeng.

Sobre la firma

Manu Granda
Redactor de la sección de empresas especializado en el automóvil e industria pesada. Como 'freelance', cubrió la temporada de incendios del verano 2019-2020 en Australia para EL PAÍS. Es graduado en periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y cursó el Máster de periodismo de EL PAÍS.
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