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Grifols cerrará la semana que viene la venta del 20% de Shanghai Raas por 1.650 millones para reducir deuda

La compra de Haier del 20% de Shanghai Raas contribuirá a la mejora de la estabilidad financiera de la compañía y a cubrir los pagos de 2025

El presidente ejecutivo de Grifols, Thomas Glanzamann (centro), el consejero delegado, Nacho Abia (der.), y la secretaria del Consejo, Nuria Martín (izq.), durante la Junta General de Accionistas de la farmaceutica, este viernes, en Barcelona.
El presidente ejecutivo de Grifols, Thomas Glanzamann (centro), el consejero delegado, Nacho Abia (der.), y la secretaria del Consejo, Nuria Martín (izq.), durante la Junta General de Accionistas de la farmaceutica, este viernes, en Barcelona.Quique García (EFE)
Josep Catà Figuls

La multinacional farmacéutica Grifols cerrará la semana que viene la venta de un 20% en la empresa china Shanghai Raas a Haier por 1.800 millones de dólares (1.658,6 millones de euros al cambio actual), una cantidad que destinará íntegramente a reducir su abultada deuda y a afrontar los plazos de 2025 y 2027. “Salvo que haya un terremoto, no hay ningún impedimento para cerrar la venta la semana que viene, cuando viajaremos a China”, ha explicado el presidente ejecutivo de Grifols, Thomas Glanzmann, en el encuentro con medios de comunicación tras la junta general ordinaria de accionistas celebrada este viernes en la sede de Sant Cugat del Vallès.

La compañía especializada en hemoderivados ha celebrado el primer cónclave con accionistas tras los ataques del fondo bajista Gotham City Research que empezaron en enero y que, sembrando la duda sobre la gestión y las cuentas de la compañía, profundizaron en la crisis de cotización de Grifols. El consejo, que ha logrado la aprobación de las cuentas de 2023, de la gestión y de los cambios en la política de remuneraciones, ha cargado contra el fondo oportunista y se ha conjurado frente a sus “acusaciones falsas e injustificadas”.

La venta del 20% en Shanghai Raas es un hito importante en la estrategia de Grifols, que ha encomendado a su nuevo consejero delegado, Nacho Abia, dos grandes prioridades: “Generar caja y reducir deuda”, ha repetido el propio Abia en varias ocasiones. La operación en China, que ya se preveía para antes del verano, se cerrará finalmente la semana que viene con la venta de este porcentaje a Haier, a través de su filial Qingdao Haier Medical Technology. Grifols seguirá teniendo un 6,58% de Shanghai Raas y un miembro en su consejo de administración, pero el dinero que recibirá en esta operación es crucial para el objetivo de desapalancarse.

La deuda financiera neta de Grifols ascendía al cierre del primer trimestre de 2024 a 10.948 millones de euros incluyendo todo el balance, un 4% más que al cierre de 2023 (una cifra que incluye 1.137 millones de las obligaciones financieras relacionadas con los alquileres de los centros de plasma). En el primer trimestre, la ratio de apalancamiento con respecto al beneficio bruto de explotación (ebitda) fue de 6,8 veces frente al ratio de 6,3 veces registrado a finales de 2023. El objetivo de Grifols es cerrar el ejercicio de 2024 con una ratio de 4,5 veces, así que necesita llevar a cabo acciones para ello. Una de ellas es la venta de esta parte del negocio chino, otra está en la emisión ya cerrada de bonos por valor de 1.300 millones de euros, y finalmente la compañía confía en la propia buena evolución del negocio, que hará elevar el ebitda y por lo tanto permitirá reducir la ratio. El objetivo es que el ebitda supere este año los 1.800 millones, representando un margen del 25-26%, gracias a un incremento de los ingresos del 7%.

Estas han sido las previsiones que han compartido Glanzmann y Abia en la primera junta de accionistas que se celebra después de los ataques de Gotham. Pese a las tensiones vividas este año y al constante foco que ha tenido encima Grifols, la junta se ha celebrado con una participación relativamente baja, de 511 accionistas, representantes del 55,95% del capital social con derecho a voto. Y solo ha habido una pregunta, formulada en línea, que tenía que ver con uno de los productos de Grifols, y no con la crisis de cotización y reputacional que ha sufrido la compañía.

Glanzmann ha admitido que el inicio de este año fue una “sorpresa”, por el informe que publicó en enero Gotham en el que acusaba a la farmacéutica de maquillar sus cuentas (ataques que ha repetido en más ocasiones en los últimos meses, aunque con menos impacto). El presidente, que dejará sus funciones ejecutivas el próximo mes de febrero, ha destacado que “los valores y los más altos niveles de integridad y de ética que han caracterizado a Grifols no son negociables”, y ha puesto en valor la rápida respuesta de la empresa para responder a los ataques del fondo bajista. Una de las respuestas es la demanda que han presentado en Estados Unidos, y que sigue su curso.

Esta también ha sido la primera junta en la que ningún miembro de la familia Grifols está en puestos de gestión. En el consejo permanecen, ahora como consejeros dominicales, los exconsejeros delegados Raimon Grifols Roura (hermano del anterior presidente, Víctor Grifols Roura, que sigue como presidente de honor) y Víctor Grifols Deu (hijo del anterior presidente), así como Albert Grifols Coma-Cros, que también representa a la familia en el consejo y cuyo nombramiento ha sido ratificado. Raimon Grifols ha pronunciado un discurso en el que ha alabado el proceso de profesionalización de la empresa, y en el que ha explicado, antes de ser aplaudido por los asistentes, que la familia seguirá apoyando, desde el consejo, la evolución de la empresa. La junta ha tomado nota de la renuncia de James Costos y ha ratificado los nombramientos de Abia como consejero delegado y de Claire Giraut y Anne-Catherine Berner como consejeras, por lo que ahora el órgano de gobernanza pasa a tener 13 miembros.

La junta también ha aprobado las cuentas de 2023, la elección de Deloitte como auditor para los próximos tres años y la gestión del consejo de administración. Asimismo, y pese a que planeaba cierto malestar entre algunos de los fondos accionistas de Grifols, la junta también ha aprobado la modificación de la política de remuneraciones de Grifols y el informe de remuneraciones de 2023. La junta ha dado luz verde, así, tanto a la indemnización de cinco millones de euros que recibió el expresidente ejecutivo Steven Meyer, como al sueldo de dos millones anuales que recibirá Abia como consejero delegado (que también recibió un bono de bienvenida de 1,5 millones para ficharlo y que dejara su antiguo puesto en Olympus).

En el encuentro con los medios, Abia ha reiterado que los compromisos son generar caja y reducir deuda, y ha explicado que más allá de la venta de parte del negocio de Shanghai Raas no hay más operaciones de desinversión sobre la mesa, aunque ha añadido que está analizando todo el portafolio de la compañía. Sí que se ha mostrado abierto a consolidar algunos activos inmobiliarios que Grifols ha ido acumulando tras su etapa de crecimiento mediante adquisiciones. Antes, ante los accionistas, Abia ha querido dejar claro su compromiso con Grifols tras el fichaje. “Este paso en mi carrera lo percibo como natural, y estoy convencido de que no les defraudaré”, ha apuntado.

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Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.
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