_
_
_
_
_

Las aerolíneas piden al Gobierno que vete la aplicación del nuevo impuesto de combustible de aviación en la Unión Europea

Un informe de la consultora Steer estima que esta nueva tasa conllevaría un impacto negativo en el PIB español de 7.700 millones de euros

Aviones de distintas aerolíneas en el aeropuerto de Barcelona-El Prat.
Aviones de distintas aerolíneas en el aeropuerto de Barcelona-El Prat.Urbanandsport (NurPhoto via Getty Images)

En pleno debate en la Unión Europea (UE) sobre la posible implementación de un impuesto al combustible de aviación, Airlines for Europe (A4E) y la Asociación Europea de Líneas Aéreas Regionales (ERA) han presentado un informe con las estimaciones sobre el posible impacto negativo de esta nueva tasa en la economía de España, que cifran en unas pérdidas de 7.700 millones de euros en el PIB por el efecto que tendría este impuesto en el turismo. La industria aérea, además, teme que en las negociaciones España pueda librar de este impuesto solo a regiones periféricas o islas, dejando a áreas como Cataluña en desventaja competitiva.

La UE está debatiendo actualmente un impuesto intracomunitario sobre el combustible de aviación como parte de la revisión de la Directiva sobre la Fiscalidad de la Energía, presentada por la Comisión Europea en julio de 2021. El informe, elaborado por la consultora económica global Steer y comisionado por las asociaciones de aerolíneas A4E y ERA, afirma que la introducción de este impuesto podría impactar negativamente con una reducción del gasto turístico, una disminución del crecimiento económico y la caída de más de 50.000 puestos de trabajo en toda España. Según datos proporcionados por A4E, en España trabajan alrededor de 1,7 millones de personas alrededor de la industria de la aviación, la cual contribuye significativamente al 9,2% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Los datos del informe exponen que este impuesto provocaría una reducción del PIB catalán de 724 millones de euros y una disminución de hasta 7.700 millones de euros en la economía española en su conjunto. Además, estiman una disminución del 6% en la demanda de pasajeros en Cataluña y una disminución de 1.000 millones de euros en el gasto turístico.

El análisis plantea que la nueva tasa podría resultar en un aumento del precio del billete de avión en un 6,1% en Cataluña y un 6,5% en España en 2033. Además, ocasionaría una disminución del 6% en la demanda de turistas aéreos en Cataluña y del 8,7% en toda España, con un 40% de los turistas que, según el informe, acabarían optando por destinos fuera de la UE a causa del incremento de tarifas que conllevaría el nuevo impuesto. Montserrat Barriga, directora general de ERA añade que “el valor de las aerolíneas regionales es esencial porque todos tienen derecho a viajar. Ya sea por motivos turísticos, empresariales o médicos. Con este nuevo impuesto las empresas más pequeñas tendrían un margen mucho más pequeño y esto llevaría a una disminución del número de compañías que estarían operando”.

Las asociaciones A4E y ERA abogan por, en lugar de implementar nuevos impuestos, centrarse en medidas que fomenten la sostenibilidad y la descarbonización de la aviación, como el desarrollo del llamado Combustible Sostenible de Aviación (SAF), tecnologías aeronáuticas más sostenibles y reformas en el espacio aéreo europeo para reducir las emisiones de CO₂. Las aerolíneas están firmemente en contra del impuesto, argumentando que ya pagan impuestos por emisiones de CO₂ y que uno nuevo solo aumentaría el coste y afectaría negativamente la competitividad de España como destino turístico. “Estamos comprometidos con la descarbonización, pero queremos hacerlo de forma adecuada. El impuesto es una doble imposición y haría que Cataluña perdiera competitividad y conectividad. Los turistas se irían a otros destinos como Marruecos o Turquía”, expone Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA).

En septiembre del año pasado se publicó un informe en el que se exponía que Cataluña tiene todas las herramientas para impulsar el uso del combustible sostenible para aviación (SAF), y que aerolíneas como Vueling tienen intención de invertir. No obstante, también se demandaba a las administraciones liderar esta transición para que fuera asumible. Las aerolíneas siguen las directrices y la hoja de ruta de la Unión Europea para que en 2050 se consiga un escenario de emisiones cero, pero actualmente este tipo de carburante todavía tiene un uso mínimo. Aun así, los impulsores apuestan por desarrollarlo en su totalidad en el futuro.

Los representantes de las asociaciones aseguran que los impuestos adicionales al queroseno no contribuirán a mejorar la sostenibilidad de la aviación y tendrán impactos negativos en la economía y el empleo, especialmente en regiones dependientes del turismo. En cambio, abogan por inversiones que impulsen los esfuerzos hacia la descarbonización y generen riqueza y empleo, como el SAF. A4E estima que “hasta 14.800 millones de euros podrían invertirse en SAF hasta 2030, lo que contribuiría significativamente a la reducción de emisiones de CO₂″.

Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Para seguir leyendo este artículo de Cinco Días necesitas una suscripción Premium de EL PAÍS

_
Tu comentario se publicará con nombre y apellido
Normas
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_
_