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El banco estadounidense NYCB recibe una inyección de 1.000 millones de dólares en su lucha por la supervivencia

La entidad llegó a estar suspendida de cotización en la sesión bursátil de este miércoles

Una oficina del New York Community Bank en Yonkers (Nueva York).
Una oficina del New York Community Bank en Yonkers (Nueva York).Mike Segar (REUTERS)
Miguel Jiménez

La espiral en que ha entrado New York Community Bank (NYCB) ha vivido este miércoles un agitado capítulo. El banco fue suspendido de cotización en Bolsa cuando se desplomaba un 42%, debido a una información del Wall Street Journal, que adelantaba que la entidad buscaba ampliar capital para superar su crisis. Una operación que posteriormente ha sido confirmada por el propio banco, que ha recibido una inyección de 1.000 millones de dólares por parte de Liberty Strategic Capital, Hudson Bay Capital y Reverence Capital Partners. Después del anuncio, los títulos comenzaron a repuntar y cerraron la sesión bursátil con una subida del 7,45%.

Es un balón de oxígeno para la entidad, que andaba muy necesitado de él. NYCB ha anunciado que Liberty Strategic Capital, Hudson Bay, Reverence Capital, Citadel, otros inversores institucionales y algunos miembros de la dirección de la entidad realizarán inversiones por un total de más de 1.000 millones de dólares en el grupo. Liberty, liderada por el exsecretario del Tesoro de Trump Steven Mnuchin, invertirá 450 millones de dólares; Hudson Bay invertirá 250 millones de dólares, y Reverence, 200 millones de dólares. Son pesos pesados de las finanzas con una figura de relieve en cabeza.

Mnuchin entrará en el consejeo y lo hará acompañado de Joseph Otting, que fue Interventor de la Moneda en la etapa de Mnuchin en el Tesoro. También entran en el consejo Milton Berlinski, socio director de Reverence Capital, y Allen Puwalski, por recomendación de Hudson Bay.

Los inversores entran a un precio de derribo de 2 dólares por título mediante una mezcla de acciones, títulos preferentes y convertibles, parte de ellos a 2,50 dólares. La emisión de nuevos títulos les permitirá alcanzar el control del 41% del capital, diluyendo al resto de accionistas. Aunque el precio sea muy bajo en comparación con los más de 10 dólares a que cotizaba antes de su crisis, se sitúa por encima de los 1,70 que había marcado como mínimo antes de suspenderse la cotización. Para NYCB parecía una cuestión de supervivencia no solo el dinero captado sino exhibir el voto de confianza de un grupo de inversores tan potente.

Se trata de una medida para tratar de reflotar una entidad que vive en una crisis desde que sorprendió negativamente al mercado con sus resultados anuales. Posteriormente, la rebaja de calificación a bono basura, la reformulación de las cuentas y el hundimiento en Bolsa han llevado a la entidad a un callejón sin salida del que busca cómo escapar.

Justo cuando se cumple un año de la crisis bancaria desatada con la caída de Silicon Valley Bank, al que siguieron Signature Bank y First Republic Bank, otra entidad está contra las cuerdas. Curiosamente, NYCB se quedó con activos y pasivos de Signature en el rescate orquestado por el fondo de garantía de depósitos. La entidad, sin embargo, tenía sus propios problemas, sobre todo por su exposición al crédito inmobiliario comercial y a los préstamos a complejos residenciales multifamiliares de alquiler.

La entidad empezó la semana con mucha presión después de las nuevas rebajas de calificación anunciadas por Moody‘s y Fitch, que lo hundieron más en niveles de bono basura, una calificación de mucho riesgo para una entidad financiera.

Los directivos de NYCB han contactado con bancos de inversión para tratar de encontrar soluciones y ver las posibilidades de captar nuevo capital, vender activos o encontrar otra salida. Es un proceso que recuerda al de bancos que finalmente tuvieron que ser rescatados.

La entidad anunció el jueves pasado que reformulaba las cuentas, admitió deficiencias significativas en el control de riesgos y relevó a su consejero delegado. Tras ello, se desplomó en Bolsa el viernes y las agencias de calificación rebajaron su nota.

“La acción de calificación sigue a las diversas revelaciones de NYCB relacionadas con la actualización de los estados financieros del cuarto trimestre de 2023 para reconocer el deterioro del fondo de comercio, los cambios en la alta dirección y el consejo de administración, y el hallazgo de deficiencias relevantes con respecto a la revisión interna de préstamos”, indicó Fitch en un comunicado.

Fitch aseguró que valoraba positivamente el nombramiento de Alessandro DiNello como consejero delegado, dada su trayectoria como primer ejecutivo de Flagstar Bancorp.

La agencia de calificación justificó la rebaja de la nota de NYCB a la reevaluación del perfil de riesgo de la entidad tras sus anuncios de la semana pasada, en particular el relativo a sus deficiencias en el control de riesgo de los préstamos. “Aunque dicha deficiencia no ha dado lugar a la revisión por parte de NYCB de los estados financieros de periodos anteriores, ha provocado una reconsideración de los controles de NYCB en torno a la adecuación de las provisiones, en particular con respecto a su exposición concentrada al sector inmobiliario comercial”, explicó. La agencia cree probable que se reduzcan los depósitos y la entidad tenga que recurrir a una mayor financiación mayorista.

Por su parte, “Moody’s cree que NYCB podría tener que aumentar aún más sus provisiones para pérdidas crediticias en los próximos dos años debido al riesgo crediticio de sus préstamos para oficinas”, según indicó.

La crisis de la entidad se desató el 1 de febrero con la presentación de resultados. Comunicó que sus beneficios anuales se habían disparado, desde los 617 millones de 2022, hasta los 2.341 millones de 2023. Sin embargo, esos resultados incluían una partida contable de unos 2.200 millones de dólares de fondo de comercio negativo por la compra de activos de Signature Bank. Una vez ajustados por esa partida y por otras, el beneficio de 2023 fue de 609 millones de dólares, un 4% menos que el año anterior. Sin embargo, en el último trimestre, el banco registró unas pérdidas de 252 millones de dólares, con una necesidad de provisiones que sorprendió a analistas e inversores. El banco se hundió en Bolsa, Moody’s bajó su calificación a bono basura y las malas noticias no han cesado desde entonces.

A raíz del estallido de la crisis de NYCB, un importante prestamista para los propietarios de pisos de Nueva York, los inversores en bancos regionales han estado en vilo, centrados en si los complejos residenciales multifamiliares pueden generar suficientes ingresos para mantener la financiación después de que Nueva York endureciera los controles de alquiler en 2019. La mayor exposición inmobiliaria del NYCB procede de unos 37.000 millones de dólares en préstamos para apartamentos, de los que casi la mitad están respaldados por complejos de alquiler regulado, según Bloomberg.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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