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Los accionistas de Petit Palace aplazan la venta de 35 hoteles por la reactivación del turismo

El alza de ingresos y precios dispara los resultados de la compañía. La firma recalca que no tiene prisa para dar entrada a nuevos inversores

Carlos Molina
Alfonso Castellano Hotelatelier
Alfonso Castellano, consejero delegado de HotelatelierManuel Casamayón

La venta de una de las mayores carteras hoteleras en España ha entrado definitivamente en punto muerto después de que saliera al mercado hace año y medio por las estrecheces económicas de sus propietarios, que llegaron a pedir un rescate de 25 millones a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) que finalmente fue denegado.

Los 35 hoteles que operaba Hotelatelier con las marcas Petit Palace (28 de ellos) e Icon (7) van a seguir por ahora en manos de los cuatro principales accionistas de la compañía (el fondo franco-belga Kartesia Securities y tres “family office”: Kias Investments de la inmobiliaria sueca Stahl, Miño de Seguros Santa Lucía, e Inversiones El Piles de la familia asturiana Arrojo). El consejero delegado de Hotelatelier. Alfonso Castellano, confirma en declaraciones a Cinco Días que no han logrado cerrar ningún acuerdo y que los resultados de la compañía han superado las expectativas en el último año y medio. “Poca presión o prisa para dar entrada a nuevos inversores”, recalca.

Fuentes cercanas al proceso de venta apuntan dos razones para esa paralización de la venta. La primera razón que explica esa suspensión ha sido la recuperación explosiva del turismo a lo largo de 2023. Al igual que el resto de compañías hoteleras que operan en España, Hotelatelier ha visto como sus ingresos se han disparado, gracias a la combinación de una mejor ocupación y de unos precios hoteleros en máximos históricos, lo que ha obligado a revisar al alza las previsiones del negocio y ha revaluado el activo. En ese escenario, la compañía habría optado por frenar la desinversión, bien porque ya no estuviera interesada en desprenderse de la cartera o bien porque estuviera esperando a que los inversores interesados mejoren sus ofertas.

La segunda ha sido la falta de ofertas que alcanzaran el precio fijado por los propietarios. En junio de 2022 llegó a haber hasta 40 ofertas que oscilaban entre los 165 y los 230 millones y a principios de 2023 solo quedaron tres grupos estadounidenses en la puja, a los que se les marcó un precio de salida de entre 200 y 230 millones de euros. “La cartera no tiene ese valor y el principal contratiempo para cerrar un acuerdo es la abultada deuda que arrastra la compañía y que iría dentro del precio”, asegura una fuente hotelera que estuvo inmersa en el proceso.


Las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, correspondientes a 2021, revelan que el pasivo de la compañía ascendía a 74,58 millones de euros, de los que 55,16 millones correspondían a un contrato de financiación suscrito con dos entidades, “accionistas del accionista único de la sociedad” distribuido en cuatro tramos que en principio vencían en junio de 2023 y cuyo vencimiento se extendió dos años más en septiembre de 2021. La otra gran partida de deuda corresponde a los créditos con los bancos, que sumaban un total de 15,57 millones pendientes de devolución, de los que la mitad (7 millones de euros) correspondían a créditos ICO otorgados por tres entidades a lo largo de la pandemia: BBVA (4 millones), Santander (2 millones) y Bankinter (1,5 millones). Las cuentas señalan que la compañía pidió la ampliación de los plazos de carencia y de vencimiento.


La compañía sumó 28 hoteles en solo seis años

Historia.  La compañía arrancó su aventura en 2001 con el nombre de High Tech Hoteles, con atributos muy ligados a la tecnología. Con una política muy agresiva de crecimiento, gracias al fácil endeudamiento en esos años, sumó una cartera de 28 hoteles en seis años hasta que estalló la crisis financiera en 2008. Ese crecimiento financiado con deuda llevó a la compañía a acumular más de 80 millones de euros de pasivo. Por ese motivo, la segunda fase se concentró en reducir el apalancamiento y en aumentar la cartera en Madrid, donde la crisis fue intensa y la tarifa media cayó un 43%. En 2019 optó por salir al extranjero, con hoteles en Italia, Portugal y Perú. La irrupción del coronavirus frenó todos los planes de expansión.

Accionistas. El banco de inversión N+1 controlaba el 52% de la cartera de Hotelatelier en 2017, coincidiendo con una etapa de crecimiento en la llegada de turistas a España. En esa fecha optó por deshacerse de esa participación y vendérsela a tres family offices: Kias Investments de la inmobiliaria sueca Stahl, Miño de Seguros Santa Lucía, e Inversiones El Piles de la familia asturiana Arrojo. El fondo franco-belga Kartesia Securities ya contaba con una participación.

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Sobre la firma

Carlos Molina
Periodista de la sección de Empresas, especializado en hoteles, turoperadores, agencias de viajes y aerolíneas. Trabajó en la sección de Especiales entre 2001 y 2005 y escribió sobre comercio exterior, política económica y macroeconomía en la sección de Economía entre 2005 y 2015. También ha trabajado en ABC, Interviú y el diario Mediterráneo.

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