Grifols avanza en su vacuna contra el alzhéimer
El laboratorio anuncia resultados positivos en seguridad y recopila indicios de efectividad
Grifols avanza en su vacuna frente al alzhéimer. El laboratorio catalán, cotizado en el Ibex 35, avanzó este miércoles resultados positivos de la fase II de los ensayos clínicos (con voluntarios) de este producto llamado ABvac40. En esta etapa de estudio, la empresa, a través de su filial Araclon Biotech, adelanta que la terapia cumple con resultados de seguridad favorables y comunica que tiene indicios de efectividad.
Araclon Biotech hizo una presentación en la conferencia Clinical Trials on Alzheimer’s Disease (CTAD), tras la que comunicó el avance en este vacuna. Según la compañía, los resultados muestran que ABvac40 tuvo un “perfil de seguridad favorable, provocó una respuesta inmunitaria robusta y demostró algunos beneficios cognitivos potenciales en pacientes con enfermedad de Alzhéimer en fase inicial, cumpliendo los objetivos primarios y observándose diferencias entre el grupo tratado con vacuna y el grupo tratado con placebo en algunos objetivos secundarios exploratorios”. Los datos confirman los hallazgos preliminares que indican un perfil de seguridad comparable entre los grupos de la vacuna y placebo.
ABvac40 tiene un diseño exclusivo dirigido un extremo del péptido llamado Aβ40, por lo que se cree que previene reacciones nocivas y evita los desencadenantes inmunitarios responsables de la meningoencefalitis, una complicación observada en vacunas anteriores contra el alzhéimer, según la compañía.
Según estimaciones de la Alzheimer’s Association de EE UU, se espera que el número de pacientes con alzhéimer se duplique para el año 2050 solo en ese país (el principal mercado farmacéutico del mundo), frente a los 6,7 millones de 2023.
En esta fase II, no se mide la eficacia, que debe estudiarse en un ensayo en fase III, con muchos más voluntarios (que pueden llegar a miles en este tipo de estudios). En esta etapa han participado 23 centros de la UE y 134 pacientes. El laboratorio, el de mayor tamaño de España, de esta forma reconoce que aunque el ensayo no tenía la potencia necesaria para determinar la eficacia en las escalas neuropsicológicas, el grupo tratado con ABvac40 mostró una reducción de hasta el 38% en la progresión de la enfermedad, “lo que sugiere la eficacia potencial de ABvac40 para abordar el deterioro cognitivo asociado al alzhéimer”. Una potencial fase III podría tardar varios meses en armarse y varios años en tener conclusiones.
Un informe de este miércoles de Morgan Stanley considera que este proyecto “es muy arriesgado” y es poco probable que los datos estén disponibles antes de 2028, considerando la duración de los estudios sobre el alzhéimer.
“Nos complace informar de los resultados positivos finales del estudio de fase II de ABvac40, que incluyen una respuesta inmunitaria robusta con cierta reducción significativa de la progresión de la enfermedad, todo ello con un perfil de seguridad favorable”, afirmó José Terencio, consejero delegado de Araclon y vicepresidente de innovación y nuevas tecnologías de Grifols. “Las vacunas anteriores en desarrollo para la enfermedad de Alzhéimer sufrieron reveses debido a los efectos secundarios nocivos de la meningoencefalitis. Los resultados obtenidos hasta la fecha con ABvac40 validan su potencial clínico y la posicionan como un prometedor candidato terapéutico para el tratamiento precoz. Estamos impacientes por determinar los próximos pasos de este programa”, agregó.
La empresa no ha comunicado cuándo ni cómo afrontará la fase III de este medicamento. Grifols es uno de los mayores fabricantes del mundo de hemoderivados y esta actividad de las vacunas contra el alzhéimer, dentro de su filial biotecnológica Araclon, no se encuentra dentro de su negocio habitual de derivados plasmáticos. La compañía también mantiene ensayos del uso del plasma frente a esta enfermedad neurodegenerativa.
La doctora Mercè Boada Rovira, cofundadora y directora médica del Ace Alzheimer Center de Barcelona e investigadora principal del estudio, apuntó que a pesar de los recientes avances en el tratamiento, existe una gran necesidad no cubierta de terapias modificadoras de la enfermedad para la cada vez mayor población de pacientes con esta patología, especialmente en el tratamiento de las primeras fases de la enfermedad. “Al dirigirse específicamente al péptido Aβ40, ABvac40 está aprovechando un mecanismo central que se cree que impulsa el deterioro cognitivo con potencial para alterar el curso de la enfermedad”, destacó.
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