Juanjo Corral (Baker Mckenzie): El vendedor de palabras que busca soluciones creativas para las empresas
Cuenta con amplia experiencia para asesorar en operaciones ‘crossborder’, pero también a fondos españoles y para acompañar a firmas españolas que salen fuera
Juanjo Corral (La Línea de la Concepción, 1980) llegó al mundo de la abogacía por las relaciones sociales. No tenía una especial vocación por el derecho, y ni siquiera procede de una de esas sagas de abogados, pero fue el jefe de estudios de su colegio el que recomendó a su familia que estudiase en Madrid. Y, una vez allí, como estudiante de la Universidad Carlos III, sus relaciones con compañeros y catedráticos le animaron a ver el derecho como “algo disruptivo”. Fue, en realidad, una vocación construida a través del trato humano, que le ha llevado hasta el equipo de M&A de Baker Mckenzie.
Él mismo se reivindica como un hombre del sur, hablador, y que lleva en el ADN ese alma negociadora imprescindible para un abogado de mercantil. Un perfecto “vendedor de palabras”, como definía Joaquín Garrigues a la profesión del abogado.
“A mi me gusta decir que el de mercantil es el más generalista del despacho. Eres el que mantiene la confianza desde el primer contacto con el cliente y en el día a día. Eso hace que tengas que coordinar al compañero de laboral, de fiscal, de financiero”, explica. “Hay un modelo de abogado muy de película que nos han metido en la cabeza, que suelta el gran speech en el momento final. Ni siquiera el abogado de toga es así”, describe, pese a confesar que “nunca se ha puesto la toga”. En su opinión, los ingredientes necesarios para ser un buen abogado de M&A –ese perfil generalista, la capacidad de negociación y el amplio conocimiento sobre los sectores y negocios que asesoran– permiten alcanzar una amplitud de miras.
“El abogado de M&A debe ser muy honesto y constante y si encima le juntas creatividad, lo que hace es que ante un problema le encuentres solución y que funcione. Tener claramente ese mix para poder llegar a que una persona te ha dicho dónde están los riesgos, las sinergias y lo que quiere lograr. Está muy bien ganar todas las guerras, hay algunas cosas donde puedes ceder”, comenta. Describe como el ADN de Baker McKenzie contar con un equipo cohesionado y fácilmente accesible, sin tanta jerarquía. Y especializado en situaciones complejas que requieran de un punto de creatividad extra.
Más allá de estas dos características, Corral describe su experiencia en las operaciones crossborder (las de extranjeros que entran en el mercado español o de españoles que desembarcan en un mercado extranjero). “El acceso a determinado tipo de jurisdicciones y a determinado tipo de compañeros fuera de tu oficina de España es total y absoluto y muy cercano. Hay mucha relación con ellos. Baker es un club caro, pero es muy caro porque invertimos mucho dinero en que verdaderamente esa relación sea real y que sea muy sencillo. Ya no estás llamando a una oficina extranjera sin saber muy bien cómo te van atender. Llamas a la persona con nombre y apellidos. Y va a atender a tu cliente como si fuera suyo. Es el claro éxito de Baker, ese hermanamiento entre oficinas internacionales”, describe.
La otra gran baza del éxito del despacho, según apunta, es la fortaleza en el resto de áreas de práctica, que son potenciadas por el transaccional, como fiscal, laboral. “Cubrimos verdaderamente todas las áreas del derecho. Da igual en la oficina en la que estamos implantados y da igual la jurisdicción. Eso nos ayuda a ser muy fuertes y a tener mucho posicionamiento con un cliente determinado, ya sea un fondo, ya sea su participada, ya sea mantener el valor de la propia participada del fondo, ya sea una gran cotizada en EE UU que viene a implantarse. No son solamente acompañamiento del transaccional, yo creo que al final crea toda esa confianza máxima”, añade.
En cuanto al cliente modelo, Corral explica que en los años 60, 70 u 80 era la internacionalización de la empresa española. Y ahora se trata más bien de “acompañar” a esa empresa española y seguir poscionándola en un sector específico. Afirma que tradicionalmente han trabajado en el lado de la venta, por parte de grupos españoles familiares que buscan dar entrada a un fondo o un competidor extranjero. Pero que también se han especializado en el otro lado de la mesa, en asesorar al grupo extranjero que quiere desembarcar en España o las grandes multinacionales que quieren desplegar una pata en el país. Pondera, asimismo, el trabajo de acompañamiento a los fondos españoles de mid-market y a los internacionales que quieren llegar a España.
“Complejidad, crossborder y ser muy creativo en este tipo de operaciones y de estructuras. Son las tres patas sobre las que debe apoyarse Baker España”, resume el abogado, que confiesa que cuando sale del despacho trata de aprovechar el mayor tiempo posible con su familia.
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