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Unicaja cesa a Menéndez como consejero delegado tras dos años de guerra interna

El banco abre el proceso para buscar un nuevo primer ejecutivo

Manuel Menéndez, consejero delegado de Unicaja Banco.
Manuel Menéndez, consejero delegado de Unicaja Banco.Pablo Monge

Unicaja ha cesado a Manuel Menéndez como consejero delegado tras dos años de guerra interna en el consejo de administración del banco. La entidad andaluza ha acelerado en los últimos días los planes para resolver el futuro del primer ejecutivo, uno de los flecos pendientes tras la fusión entre el banco de origen malagueño y Liberbank, acordada hace dos años.

El consejo de Unicaja se ha reunido este jueves por la tarde en una convocatoria exprés y ha decidido cesar a su primer ejecutivo. “El consejo de Unicaja ha acordado por unanimidad, con el objetivo de avanzar de manera más ágil y eficaz en la definición del modelo de gobernanza del Banco conforme a las previsiones del proyecto común de fusión entre Unicaja Banco y Liberbank, el cese en el cargo de consejero delegado Manuel Menéndez”, ha comunicado la entidad en un hecho relevante remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Según el último informe de remuneraciones de Unicaja, correspondiente al ejercicio 2022, el consejero delegado cuenta con un blindaje por el que, en caso de cese, percibiría dos anualidades de su sueldo fijo anual (unos 1,16 millones de euros). La primera anualidad como indemnización y la segunda por una cláusula de no competencia durante los 12 meses siguientes. En cualquier caso, Unicaja ha confirmado que Menéndez se mantendrá todavía en el cargo hasta que la entidad nombre un sustituto “garantizándose así la plena funcionalidad de la dirección de la entidad hasta dicho nombramiento”.

Se trata de una decisión respaldada por la Fundación Unicaja, principal accionista del banco con el 30% del capital, y que antes del consejo del banco reunió a su patronato para dar el visto bueno al cese de Menéndez. De esta forma, se pone fin a una pugna al más alto nivel de la cúpula directiva por ostentar el control del banco que se ha prolongado desde el inicio de la fusión.

Lucha de poder

Cuando se firmó la operación entre Unicaja y Liberbank en 2021, se acordó que antes del 31 de julio de este año el presidente del banco perdiese sus poderes ejecutivos y los traspasara al consejero delegado, adoptando un modelo de gobernanza anglosajón que viene demandando el Banco Central Europeo (BCE). Igualmente, en ese momento se debía reevaluar la idoneidad del responsable para decidir si continuaba en el cargo o no.

Se trataba de un punto clave porque llegada esa fecha se iba a decidir quién controlaba el poder de decisión en Unicaja. Y a partir de ahí se formaron dos bandos. Por un lado, el frente asturiano, formado por consejeros cercanos a Menéndez y al expresidente de la Fundación Unicaja, Braulio Medel. Por otro, el frente malagueño, integrado por consejeros afines a Azuaga y al actual presidente de la Fundación Unicaja, José Manuel Domínguez. A partir de ahí, cada uno ha movido sus fichas sobre un tablero de ajedrez que ha dejado como ganador a los malagueños.

En un primer momento, Menéndez y el bloque asturiano contaba con mayoría de apoyos. Pero tras la dimisión de Braulio Medel como presidente de la Fundación Unicaja, cuestionado por su gestión, la composición del consejo ha dado un vuelco. Aunque Medel se aseguró antes de su salida la renovación de sus cuatro consejeros en el máximo órgano de gobierno del banco, el nuevo equipo gestor, con José Manuel Domínguez a la cabeza, sustituyó a los cuatro, buscando unos representantes más alineados con la nueva etapa.

Crisis de gobernanza

En el camino, el consejo de Unicaja ha sufrido una profunda renovación, con una continua salida de consejeros que ha provocado una crisis de gobernanza que hizo saltar las alarmas tanto del Banco de España como del Banco Central Europeo. El punto de inflexión llegó a finales de 2021, cuando la familia Domínguez, propietaria del grupo Mayoral, pidió ocupar un puesto en el consejo tras convertirse en el segundo accionista de la entidad.

Dado que los estatutos del banco no permiten que el consejo pueda ampliarse a más de 15 miembros, se intentó que el empresario Ernesto Tinajero cediera su puesto. Ante su negativa, Manuel Conthe, uno de los consejeros independientes, anunció su decisión de renunciar al cargo, en el mes de febrero. Una semana después, presentó su renuncia otra consejera independiente, Ana Bolado. Dos semanas más tarde, le siguió el también independiente Manuel González Cid. En ambos casos, las renuncias se produjeron por discrepancias con la decisión del consejo de reducir el número de consejeros independientes que en ese momento pasaban a representar el 33%.

Tras la nueva etapa de la Fundación Unicaja, liderada por José Manuel Domínguez, dimitieron los cuatro consejeros que en ese momento se sentaban en el consejo del banco, representando al primer accionista de la entidad: Juan Fraile, Manuel Muela, Petra Mateos y Teresa Sáez. La propia Fundación había buscado sustituirlos para poner a unos candidatos más afines a la nueva cúpula y que borrasen el rastro de Braulio Medel.

En los últimos meses, también han salido del consejo los consejeros independientes Maite Costa e Isidoro Unda, después de que la junta de accionistas rechazase su reelección. El también independiente Jorge Delclaux dimitió en abril argumentando “falta de medidas que garanticen “el buen gobierno corporativo” del banco. En total, 11 consejeros han abandonado el máximo órgano de administración de la entidad en el último año y medio.

El consejo de Unicaja se encuentra momentáneamente formado por 11 miembros a falta de buscar cuatro candidatos para completarlo. Igualmente, la cuota de independientes se reduce a solo dos, muy alejado del tercio que viene recomendado por la CNMV.

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