Carga bidireccional: así es como el coche eléctrico podrá reducir tu factura de la luz

Esta función permite que el vehículo dé energía a la casa cuando sea necesario o venderla a la red. Todas las marcas comienzan a sumar esta tecnología

Un coche de la marca BYD da energía a un proyector de cine.

El vehículo eléctrico se perfila para dejar de ser un mero método de transporte y comenzar a ser un actor más en la gestión energética. Los principales grupos automovilísticos europeos están empezando a sacar al mercado coches eléctricos bidireccionales, capaces no solo de recibir energía, sino de devolverla también a la casa, a un edificio o la red siempre y cuando se mantenga enchufado. Es el caso, por ejemplo, de la nueva Ram 1500 REV que Stellantis lanzará en 2025 o del ID. Buzz de Volkswagen que ya está preparado para esta función.

Las compañías europeas van, en este caso, por detrás de las automovilísticas asiáticas que llevan años desarrollando la bidireccionalidad. “La tecnología está embarcada de serie en el conector Chademo [el conector estándar en corriente continua en Japón] de todos los vehículos que salen de la línea de fabricación desde septiembre de 2013″, explica el fabricante Nissan a CincoDías. “El Chademo es el único que a día de hoy ofrece esta posibilidad a raíz del desarrollo que hizo Nissan en 2011 para convertir los vehículos eléctricos en respaldos para la red en caso de incidencia, como fue el accidente nuclear de Fukushima”, añade el fabricante. Además de Nissan, compañías como Mitsubishi (socio de la nipona en la Alianza con Renault) o el gigante chino BYD también ofrecen la bidireccionalidad. En el caso de la china, BYD cuenta con esta tecnología en todos los modelos que vende en España.

Un ejemplo de cómo sacarle partido a esta función, implicaría a tres actores: un panel solar, un coche eléctrico y un cargador bidireccional. El usuario almacenaría la electricidad producida por el mencionado panel fotovoltaico en su coche eléctrico y este la devolvería a la red en el momento más conveniente para obtener un rédito económico. “De esta manera, los vehículos adquieren un papel activo aportando mayor flexibilidad al sistema, no solo realizando la carga en los momentos de alta producción renovable, sino también vendiendo la energía almacenada en las baterías e inyectándola a la red en los momentos de mayores precios y producción con tecnologías fósiles”, indica Arturo Pérez de Lucía, director general de Aedive, la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehícu­lo Eléctrico.

Falta de regulación

Sin embargo, en España todavía hace falta regular esta actividad para permitir que el vehículo devuelva energía a la red. Un país en el que sí existe legislación al respecto es Reino Unido, donde existe la figura del agregador de red. Este agregador es una especie de intermediario que se encarga de gestionar la carga y el suministro de una comunidad energética. Dicha comunidad energética puede estar conformada, por ejemplo, por una comunidad de vecinos, un concesionario y una fábrica, que cuentan con paneles solares y coches eléctricos enchufados a la red. El mencionado agregador tendría que usar la energía de todos esos elementos como un conjunto y decidir en qué momento coge energía y cuándo la vende a la red. Esto, señalan fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, “está contemplado dentro de los nuevos posibles negocios de la transición energética”.

“El mercado eléctrico inglés está más avanzado y liberalizado que el español que es mucho más regulado y establece parámetros mucho más exigentes a la hora de que cualquier activo participe en el sistema”, comenta, por su parte, Nissan. “Desde Aedive propusimos al Gobierno una modificación del Real Decreto 244/2019 para equiparar las pequeñas instalaciones de almacenamiento a instalaciones de generación, siempre que estén asociadas a un consumidor”, añade De Lucía.

No solo las automovilísticas están apostando por esta tecnología, sino también fabricantes de soluciones de carga para coches eléctricos como la catalana Wallbox. Esta compañía, que tiene plantas en EE UU, China y España, vende el Quasar, un cargador que funciona con el mencionado enchufe Chademo (por lo que solo se puede usar en coches japoneses), que ofrece la opción bidireccional. El Quasar tiene un sistema que impide que una casa se quede sin luz en caso de que se corte la corriente, algo bastante normal en países como EE UU, según explica la compañía. Ahora, prepara el lanzamiento del Quasar II, que estará disponible para el conector estándar europeo. “Una familia que adquiera un Quasar 2 podrá cargar el coche cuando la energía sea más barata y alimentar su casa en horas punta, sin tener que hacer nada para que esto suceda. De ello se encarga el mismo cargador bidireccional. Además, en ciertos países europeos donde los excedentes se remuneran de una forma importante, Quasar 2 podrá vender energía a la red”, asegura Guillem Iváñez, responsable de carga bidireccional en Wallbox.

La compañía, que cotiza en Wall Street, lleva desde 2020 valiéndose de la bidireccionalidad en sus instalaciones de Barcelona para evitar quedarse sin luz. Para que no haya apagones, Wallbox utiliza su software Sirius, que se encarga de gestionar la energía de la red, de los Nissan Leaf que tiene aparcados en su estacionamiento, de un grupo de baterías estacionarias y de los paneles solares instalados en el techo. El uso eficiente de todos esos elementos permite a Wallbox ahorrarse unos 85.000 euros anuales, según afirma la empresa. La catalana prevé lanzar en los próximos años una versión de este software para la casa.

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