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Arturo Pérez de Lucía (Aedive): “Con ayudas, hoy hay coches eléctricos más baratos que su espejo en combustión”

La asociación para el desarrollo e impulso del vehículo eléctrico pide que la ayuda del Moves III no compute como rendimientos del trabajo en la declaración de la renta Insisten en flexibilizar aún más los requisitos para poner puntos de recarga

El director general de Aedive, Arturo Pérez de Lucía.
El director general de Aedive, Arturo Pérez de Lucía.
Manu Granda

A día de hoy, todos los fabricantes de coches tienen más que claro que el vehículo eléctrico es el futuro. Un futuro, que en algunos países ya es presente, como en el norte de Europa, pero que en España aún queda muy lejos, sobre todo para las clases medias y bajas. Este tipo de movilidad se enfrenta a numerosos hándicaps, como por ejemplo la escasa cantidad de puntos de carga de acceso público que hay repartidos por el país. Para enfrentar este problema, el Gobierno ha puesto en marcha la mesa de impulso a la infraestructura de recarga, a la que se sienta, entre otras organizaciones, Aedive, la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehícu­lo Eléctrico. Su director general, Arturo Pérez de Lucía, se sentó con CincoDías para tratar los desafíos de la movilidad eléctrica.

R. ¿Por qué no termina de despegar la instalación de puntos de carga? ¿Hay un exceso de burocracia?
R. Creo que el despliegue de la infraestructura de recarga pública está avanzando. Tenemos el problema de la concesión de licencias y permisos que no es solo un problema de España, también sucede en otros mercados como el italiano. Hay un exceso de burocracia, efectivamente, porque hay infraestructuras de recarga que dependen de las tres administraciones: central, regional y local. Pero, sobre todo, lo que hace falta es una coordinación entre las administraciones, un mayor flujo de información, porque nos hemos encontrado incluso con ayuntamientos que desconocían el real decreto que facilita la instalación de puntos de carga con una mera declaración responsable [lo que facilita mucho el proceso]. El objetivo que persigue precisamente la mesa de impulso de la infraestructura de recarga es eliminar estas barreras burocráticas.
R. ¿Cómo valoran la primera reunión de la mesa?
R. Positivamente. Se creó antes del verano y luego en julio tuvimos la primera reunión ejecutiva.
R. ¿Qué propuestas llevaron?
R. Varias, entre ellas la necesidad de contemplar que la puesta en marcha de un punto de recarga con una declaración responsable también sirva para instalaciones de más de 250 kws. Con el real decreto ley 29/2021, si la potencia de la instalación es superior a esa cifra [una instalación puede tener más de un punto de carga], dicha instalación pasa a regirse por la ley del sector eléctrico, que estipula toda una serie de licencias y permisos. Habría que incrementar ese techo. Además, ese real decreto establece que, el 1 de enero de 2023, el sector terciario tendrá que tener una serie de puntos de recarga según las plazas de parking que posea. Hay muchos operadores de carga que se están encontrando con que hay empresas del sector que no quieren poner la instalación porque no ven que les vayan a sancionar y, por lo tanto, no le dan importancia. Lo que hemos pedido es que se clarifiquen las sanciones para las empresas que para ese entonces no hayan desarrollado su red de carga en función del número de plazas de parking que tengan.
R. ¿En qué año se producirá el despegue definitivo de la venta de coches eléctricos? ¿En 2025, quizá, con la llegada de la restrictiva normativa de emisiones Euro 7?
R. No sé si se va a producir un año en el que de repente haya un boom y se note un cambio. Como ocurrió con los móviles, no hubo un año específico en el que se notara, si no que hubo un crecimiento continuado hasta que nos dimos cuenta de que todo el mundo tenía un móvil. Con el vehículo eléctrico pasa lo mismo. Lo que notamos es que pese a que caen las ventas de coches en general, las matriculaciones de eléctricos siguen creciendo.
R. Pero su precio sigue siendo alto para la mayoría, ¿cuándo se equipará su coste con el de combustión?
R. Hoy hay coches eléctricos que con las ayudas tienen precios de compra más baratos que su espejo en combustión. Me remito, por ejemplo, al éxito que hubo en la compra en un centro comercial [Lidl] que comercializó una serie de microcoches urbanos que se vendieron rápidamente, porque el coste era muy competitivo y porque cumplía con las necesidades de los usuarios. En menos de un lustro vamos a encontrarnos con una oferta de vehículos eléctricos que va a ser muy competitiva. Además, hay que resaltar las ventajas de tener un eléctrico frente a uno de combustión, el cual a veces va a estar limitado por las zonas de bajas emisiones y otros condicionantes. Hay que tener en cuenta, también, que en el uso, el coche eléctrico es mucho más barato que el de combustión. Eso es algo que la gente no internaliza, porque el coste del vehículo no se limita solo a su compra sino que al salir del concesionario empieza una cascada recurrente de costes en los que el eléctrico es mucho más competitivo.
R. En Alemania se han reducido los incentivos a la compra de eléctricos. ¿Puede pasar lo mismo en España en los próximos años?
R. Aunque somos la Unión Europea, cada país tiene su propia idiosincrasia y evidentemente tenemos que seguir incentivando la compra de coches eléctricos. Estamos en un estadio muy diferente al de países como Alemania o Noruega.
R. Otras asociaciones del motor piden ayudas para renovar el parque con coches de combustión nuevos. ¿Cree que sería efectivo o hay que centrarse en el eléctrico?
R. No somos talibanes de la movilidad eléctrica. Somos coherentes con el desarrollo que tiene que haber en la movilidad. Hay un parque muy avejentado de vehículos en España, con 13 años y medio, frente a los once años de la media europea, y, por tanto, uno de los principales objetivos que hemos de buscar es la renovación del parque. Hoy día, el coche eléctrico no resuelve la movilidad de todos los ciudadanos o empresas, por lo que sería muy presuntuoso decir que se sustituya todo ahora mismo por movilidad eléctrica, porque no podríamos dar una respuesta eficiente.
R. ¿Cómo valora la marcha del Moves III? ¿Están en conversaciones para mejorarlo?
R. Es el mejor plan de incentivos que el Gobierno puede desarrollar en función de cómo está nuestra legislación, con las competencias transferidas a las autonomías. Corresponde a cada comunidad la velocidad o intensidad con la que gestione dichas ayudas. Pero sí es cierto que se pueden hacer muchas cosas para mejorar el programa. Una de ellas es intentar que no sean incentivos que computen como rendimientos del trabajo en la declaración de la renta, porque es algo que en cierto modo desincentiva. Además, estamos trabajando para que haya un incentivo directo en la compra que sería la reducción del IVA.

Sobre la firma

Manu Granda
En la actualidad cubre la industria del automóvil en la sección de Empresas. Previamente pasó por el área de Economía, donde escribió de laboral. Como 'freelance', cubrió la temporada de incendios del verano 2019-2020 en Australia para EL PAÍS. Es graduado en periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y cursó el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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