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La tormenta en el sector financiero complica la creación de un banco malo para créditos de empresas

Las cuatro grandes entidades estudian un vehículo para agilizar reestructuraciones

De izquierda a derecha y de arriba a abajo, la presidenta de Santander, Ana Botín; el presidente de BBVA, Carlos Torres; el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar; y el CEO de Sabadell, Cesar González-Bueno.
Pablo Monge

La tormenta que ha sacudido al sector financiero en la última semana complica el proyecto de crear un banco malo para gestionar los créditos dudosos de empresas. Las cuatro grandes entidades españolas (Santander, BBVA, CaixaBank y Sabadell) vienen manteniendo reuniones en los últimos meses para explorar la creación de un vehículo que permita añadir carteras dudosas de créditos a empresas y agilizar su reestructuración.

El último de los encuentros, de carácter técnico, tuvo lugar este viernes. Todavía no ha trascendido ningún avance significativo para acelerar ni desechar un proyecto que está en una fase muy inicial, pero fuentes conocedoras del proceso aseguran que el nuevo entorno de incertidumbre en el sector, que ha llevado a importantes caídas en Bolsa a nivel mundial tras el colapso del banco estadounidense Silicon Valley Bank y la crisis de Credit Suisse, complican un lanzamiento inminente.

Según explican fuentes de los bancos, se ha llevado a cabo una prueba piloto con empresas clientes de las cuatro entidades para testar su funcionamiento. El objetivo es contar con un mecanismo que permita gestionar la deuda compleja de empresas ante la previsión de un repunte de los impagos en 2023. La intención es que los bancos tengan que dotar menores provisiones y evitar la quiebra de empresas por no acometer reestructuraciones del crédito a tiempo.

Aunque el proyecto contempla que los bancos puedan agregar a este banco malo carteras con préstamos a empresas, tienen especial relevancia los créditos a pymes. Las previsiones que maneja el sector sobre la evolución de los impagos anticipan un primer golpe en este segmento.

También en las líneas que con aval del ICO habilitadas durante la pandemia del Covid-19 para paliar las necesidades de liquidez. Se da la circunstancia de que estos créditos con aval del Estado no pueden traspasarse a un tercero, dentro de las habituales operaciones de venta de carteras de dudosos, sin perder la garantía. Además, hay que tener en cuenta que el ICO avaló entre el 70% y el 80% de los préstamos, por lo que para que un banco acepte desprenderse de estas carteras, los fondos interesados deberían ofrecer un precio superior a ese 80%. Por ello, lo normal es que con las circunstancias actuales la banca tenga que gestionar estas carteras. Y con la creación de un banco malo permitiría externalizar esa tarea y agilizar la reestructuración de los activos.

Las fuentes financieras consultadas explican que se trata de un proyecto aún en fase de maduración y que para salir adelante deberá contar con el visto bueno del Banco de España y del Ministerio de Economía. De momento los cuatro grandes bancos ya han movido ficha, pero no se espera una resolución a corto plazo.

La mora, contenida, a la espera de un repunte

Aunque la mora bancaria se encuentra contenida (cerró 2022 con una ratio del 3,54%, la más baja desde 2008) el sector descuenta un repunte este año debido al entorno de alta inflación, las continuas alzas de tipos y la finalización de medidas de alivio como carencias y moratorias aplicadas a los créditos avalados por el ICO.  Aunque las entidades aseguran que ese impacto será manejable también buscan soluciones para evitar una avalancha de impagos. A finales de 2022 el sector acordó junto al Gobierno un Código de Buenas Prácticas para ayudar a los clientes hipotecarios en riesgo de vulnerabidliad a pagar la cuota. Con la creación del banco malo para préstamos empresariales, buscarían una solución en este segmento.

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