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El efecto de la caída de Silicon Valley Bank en ‘startups’ y fondos españoles

Unicornios como Fever o Devo o un fondo de Varsavsky admiten una exposición limitada a la entidad

Álvaro Bayón
Una sede de Silicon Valley Bank.
Una sede de Silicon Valley Bank.BRITTANY HOSEA-SMALL (REUTERS)

Europa contiene la respiración ante el temor de que el tsunami iniciado por la quiebra de Silicon Valley Bank (SVB) termine por arrasar al sector tecnológico también en el Viejo Continente. EE UU era El Dorado para aquellas startups nacidas en los garajes españoles que habían crecido y acudían a los fondos americanos para recabar la gasolina necesaria para crecer y hacerse con el título más preciado, el de unicornio, aquel reservado para las compañías emergentes valoradas en más de 1.000 millones.

En este contexto, Silicon Valley Bank era el surtidor. Las fuentes consultadas indican que cualquier startup, también las españolas, con cierto tamaño y con rondas de financiación en su haber en las que hayan participado fondos estadounidenses trabajaba con SVB. Era un requisito que ponían muchos fondos americanos para invertir en compañías europeas.

Los fondos buscaban minimizar el efecto del cambio de divisa al invertir en dólares en compañías europeas. Pedían poder inyectar el dinero en la divisa americana y para ello las startups necesitaban operar con bancos americanos. Muchas de estas compañías decidieron trasladarse a EE UU. Además de los beneficios fiscales de territorios como Delaware, estos movimientos trataban de facilitar la inversión de los grandes fondos norteamericanos.

Fuentes del sector coinciden en señalar que la mayoría de los unicornios españoles y, fundamentalmente, aquellos que llevaron sus sociedades matrices a EE UU han trabajado con Silicon Valley Bank, la entidad reina en el ecosistema emprendedor californiano.

La aplicación de ocio Fever y la compañía de ciberseguridad Devo, la primera radicada en Nueva York y la segunda en Delaware, reconocen una exposición limitada al banco californiano.

Por otra parte, Cabify admite una exposición reducida, ceñida a un “capital residual para gastos corrientes de una sociedad del grupo en Estados Unidos sin significancia operativa”, según explican a CincoDías fuentes de la firma. “España es el país donde Cabify aglutina todas las operaciones internacionales y desde donde gestiona la caja para ellas”, añaden estas fuentes.

No son las únicas compañías que han mirado más allá de España en los últimos años. Wallbox optó por cotizar en la Bolsa de Nueva York a través de la fusión con una SPAC. Job and Talent, por su parte, ha llevado su matriz al Reino Unido. Estas dos compañías aseguran que no tienen ninguna exposición a Silicon Valley Bank. También Domestika, Letgo o Travelpeck han llevado su sede a EE UU.

Las buenas noticias para las compañías españolas son dos. La primera es que sus posiciones de tesorería estarán cubiertas por la acción de la Fed, que garantiza el 100% de los depósitos y trata de blindar la liquidez del resto de entidades del sector. La otra es que la operativa de las empresas españolas y europeas está más diversificada que la de las estadounidenses y buena parte de su caja está en bancos del Viejo Continente.

No obstante, el pánico se apoderó del sector durante todo el fin de semana. Fuentes financieras indican que muchas startups de todo el mundo acudieron a fondos de deuda y hedge funds para solicitar créditos puente que garantizaran que pudiesen abrir la trapa esta semana, pese a asumir un alto interés. El principal temor estaba en no poder abonar el pago de las nóminas. Miguel Carranza, confundador de Revenue.Cat, admitía este fin de semana que la situación les complicaba operar durante esta semana.

La Fed ha aflojado la tensión. El mercado confía en que su intervención disipe las dudas del mercado, pese al castigo en Bolsa al sector financiero.

La otra cara de la moneda está en los fondos. En el caso de que la quiebra de Silicon Valley Bank atrapase los ahorros de muchas startups y estas entrasen en una quiebra masiva, la siguiente pieza en caer serían sus accionistas. Estos son fondos de venture capital. Muchos de estos fondos españoles han salido durante el fin de semana a calmar a sus partícipes con cartas en las que explicaban el efecto de la situación en sus participadas. MVB Fund, un fondo de Martin Varsavsky, Bankinter y la gestora Kantoar, afirmaba que solo afectaba a algunos de los 54 fondos en los que participa. El español Kibo Ventures lo limita a dos participadas.

Financiación

Más allá de que startups y fondos españoles consideran que han conseguido contener los daños por la quiebra de Silicon Valley Bank, la incógnita está en qué efectos tendrá esta deblacle a largo plazo en el sector. Que quiebre un banco es una señal muy potente. La subidas de tipos ya han lastrado la capacidad de las startups de captar capital en rondas de financiación. Es de prever que los inversores ahora se muestren aún más cautelosos. Otro de los problemas es el endurecimiento del mercado de la deuda y los recelos de la banca a conceder préstamos. Con una entidad menos en el panorama, la cuestión es qué bancos asumirán la parte de la tarta de la deuda que hasta ahora prestaba Silicon Valley Bank. Y si el resto de entidades tendrán el apetito suficiente para hacerlo o supondrá un parón mayor en el mercado de financiaciones.

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Sobre la firma

Álvaro Bayón
Redactor de la sección de empresas especializado en operaciones corporativas, banca de inversión y capital riesgo. Graduado en Estudios Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Periodismo UAM-El País, ha desarrollado toda su carrera en Cinco Días, donde trabaja desde 2016.

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