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Quiebra técnica de una pyme: qué es y cómo evitarla

Es la situación que ocurre cuando la empresa no puede hacer frente a sus obligaciones exigibles con su activo

La quiebra técnica de una pequeña o mediana empresa es una situación que ocurre cuando la empresa no puede hacer frente a sus obligaciones exigibles con su activo. Cuando esto ocurre, es preciso declarar la empresa en situación de insolvencia.

Inicialmente, la presencia de una empresa en una situación de quiebra técnica resulta en un estado de insuficiencia financiera. Esto implica que ya no será capaz de cumplir con sus compromisos de deuda, o anticipa que no podrá hacerlo en el futuro a través de la utilización total de sus activos, según apuntan desde el portal Consultoría y Peritaciones.

En esta perspectiva, la detección de la quiebra técnica de una entidad se manifiesta cuando esta no cumple con sus obligaciones generales y mantiene relaciones con diversos acreedores.

En España, cuando una compañía enfrenta dificultades para cumplir con sus obligaciones legales y cae en un estado de insolvencia, está obligada a solicitar la apertura del concurso de acreedores.

Sin embargo, cabe destacar que la insolvencia puede ser temporal, en cuyo caso se activan otras estrategias para que el deudor pueda cumplir con sus compromisos financieros. Algunas de estas estrategias incluyen la liquidación de activos, acuerdos previos al concurso o la conversión de deuda en capital. No obstante, si la insolvencia se confirma como definitiva, se procede a declarar formalmente el concurso.

Cómo evitar la quiebra técnica

Desde el momento en que el deudor toma conciencia de su estado de insolvencia, dispone de un período de dos meses para presentar la solicitud de concurso. De igual forma, los acreedores también pueden iniciar este proceso si la empresa no puede cumplir con sus obligaciones crediticias.

Para evitar una situación de quiebra técnica, los expertos de Ineaf aconsejan mantener un control constante sobre la situación financiera en el ámbito bancario en cada momento, abordando la conciliación de manera regular en lugar de limitarla al cierre del ejercicio. Generar informes periódicos que detallen la salud económica y financiera de la empresa es fundamental para detectar posibles desequilibrios, dicen los expertos.

Además, para evitar esta situación es necesario vigilar de cerca cualquier posible tensión en la tesorería y evitar tener recursos inactivos. Una comunicación fluida y eficiente entre los departamentos operativos, financieros y comerciales resulta vital para el funcionamiento óptimo de la empresa.

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