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En colaboración conLa Ley

¿Qué llevan los socios directores en su maleta este verano? Desde los planes de relax hasta un buen libro

Reconocen que la desconexión total es imposible y que tienen que dejar hueco para el móvil y el portátil

GETTY IMAGES

Comienza el mes de agosto, la época de vacaciones por excelencia, también para los socios directores de grandes despachos, que aprovechan el descenso de la actividad propia de estas fechas para bajar el ritmo y recargar pilas.

José Luis Vázquez, socio director de la oficina de Hogan Lovells en Madrid; José Vicente Morote, socio codirector de Andersen en España y Portugal; Rosa Vidal, socia directora de Broseta Abogados; Jesús Zapata, socio director de DLA Piper en España; Cristina Camarero, socia directora de Ontier España; y Mabel Klimt, socia directora de Elzaburu revelan a Cinco Días cómo son sus vacaciones de verano.

Al preparar la maleta los directivos consultados meten sus ganas de disfrutar con sus seres queridos, de descansar y aquellos libros que quedaron pendientes de leer durante el resto del año. Pero también, tienen que dejar hueco para el portátil y el teléfono móvil. Y es que todos ellos coinciden en que la desconexión total es imposible cuando se dirige un despacho internacional, ya que en otros países el ritmo no baja en agosto y es habitual que se cierren operaciones en esta época. A ello se le une el grado de responsabilidad que implica su cargo y les exige estar siempre disponibles para clientes y compañeros del despacho.

Cambiar de aires, dedicar el tiempo libre a diferentes hobbies como cocinar, leer, hacer deporte, pasear o navegar, y, sobre todo, disfrutar de la familia y de los amigos sin mirar el reloj son los mejores planes de verano para los socios directores entrevistados. No importa tanto el destino como la compañía y la buena mesa.

Capitanear un gran bufete no les impide desconectar a ratos y descansar. Para conseguirlo se organizan a conciencia, planificando muy bien las jornadas de asueto y respetando los horarios. Así, muchos de ellos confiesan agendarse determinadas franjas horarias para ponerse al día con los correos y contestar llamadas. La tecnología les permite atender temas urgentes o cerrar importantes operaciones desde la playa, la montaña o, incluso, mientras viajan en barco. Además, mantener ese contacto con el día a día de la firma les ayuda, según comentan, a estar mejor preparados para el inicio de curso.

La última semana de agosto suele ser más activa y de preparación para la vuelta al horario habitual. Ya en septiembre pondrán en marcha las estrategias diseñadas para el último cuatrimestre.

José Luis Vázquez, Hogan Lovells

“Hay que saber distinguir lo urgente de lo importante”

El socio director de la oficina de Hogan Lovells en Madrid afirma que estar al frente de un despacho internacional supone, en muchas ocasiones, adaptarse a un horario y formas de trabajo que no son las habituales en España. Aunque reconoce que es habitual que algunos asuntos se cierren en el mes de agosto, asegura que, con una correcta planificación del tiempo, se puede conciliar perfectamente con el descanso y el disfrute de los “pequeños placeres del verano”. Para él la clave para afrontar el mes de agosto es tomarse en serio los horarios y la organización que uno mismo se marque, así como saber distinguir lo urgente de lo importante. De esta forma, declara, “es mucho más sencillo disfrutar plenamente del tiempo de ocio”. Ir a la playa, hacer deporte o leer un buen libro como La broma, de Milan Kundera, o Fortuna, de Amélie Nothomb, son las actividades que más le gusta hacer en su tiempo libre en verano.

José Vicente Morote, Andersen

“En agosto continúo la actividad a otro ritmo”

José Vicente Morote aprovecha el mes de agosto para hacer lo que no puede hacer el resto del año: organizar su tiempo sin las urgencias y los compromisos del día a día, pasar más tiempo con la familia, leer y pasear. El socio codirector de Andersen en España y Portugal confiesa que sigue madrugando en vacaciones y emplea las primeras horas del día para trabajar. “Me da mucha tranquilidad empezar con el marcador a cero para poder dedicar el resto del día a familia y amigos”. Eso sí, sin dejar de atender el teléfono y revisar el correo durante el día, aclara. Para Morote agosto es un buen momento para planificar y crear nuevas propuestas para el nuevo curso. De hecho, cuando los miembros del consejo de administración que veranean en la misma zona quedan acompañados de sus familias es inevitable que acaben hablando del despacho. El libro que recomienda es Una historia de España, de Pérez Reverte.

Rosa Vidal, Broseta

“El descanso aporta claridad para afrontar los desafíos”

La socia directora de Broseta Abogados reconoce que la disminución de la actividad en agosto le permite disfrutar de una notable desconexión, “aunque siempre manteniendo el compromiso con los clientes”, matiza. Disfrutar de tiempo en familia, en particular con sus hijos y su pareja, y relacionarse con sus seres queridos y amigos es lo que más le ayuda a desconectar del día a día en vacaciones. No obstante, Rosa Vidal señala que precisamente en esos momentos de descanso y disfrute con los suyos ha conseguido la claridad necesaria para analizar algunos temas de gestión o del día a día de su trabajo desde otro enfoque. “Ese cruce entre lo personal y lo profesional es un reflejo de cómo en ocasiones el ambiente influye directamente en la forma en que miramos las cosas”, deduce. Sus lecturas recomendadas son Adiós, pequeño, de Máximo Huerta, y La batuta invisible, de la directora de orquesta Inma Shara.

Jesús Zapata, DLA Piper

“Disfruto de la familia, el mar y la gastronomía”

Agosto es, para Jesús Zapata, socio director de DLA Piper en España, un oasis, el momento del año para disfrutar “de la familia, el mar, la lectura, la gastronomía y el gin-tonic”. En las firmas internacionales, admite, la desconexión total es imposible, pero puede compatibilizar sus obligaciones con las vacaciones. Su secreto es planificar dos franjas horarias concretas al día para revisar correos y devolver llamadas. Aprovecha hasta el último día, si bien la víspera de la vuelta a la oficina repasa la agenda para tener todo atado. El mar es una de sus pasiones y navega a diario sin importar el rumbo, salvo cuando tiene alguna call para la que necesita un destino con cobertura telefónica. “El simple hecho de estar en un entorno diferente al habitual, con actividades y compañía distintas, ayuda muchísimo a desconectar”, afirma. Para este verano recomienda una novela ligera, Un caballero en Moscú, de Amor Towles, en su opinión, “exquisita”.

Cristina Camarero, Ontier

“Me olvido bastante del reloj y de las prisas”

Cristina Camarero asumió la dirección de Ontier España el pasado mes de febrero, así que estas son sus primeras vacaciones al mando del despacho. El bufete no cierra en agosto, por lo que sigue operativa, pero, aun así, confiesa que habitualmente consigue “descansar muchísimo y tener grandes momentos de desconexión”. La última semana es, junto con la primera, la más activa del mes para la socia directora. Como buena malagueña, disfruta del mar, y le encanta ir algunos días al sur y otros al norte, para descansar del calor. Es el momento del año en el que deja que el tiempo pase con la familia y los amigos: “Me olvido bastante del reloj y de las prisas”, declara. Camarero acaba de leer el último libro de Rafael Tarradas, La voz de los valientes, una novela que homenajea a quienes se opusieron al nazismo en la Segunda Guerra Mundial, y cuenta que le ha entretenido “muchísimo”.

Mabel Klimt, Elzaburu

“Slow living en estado puro y tiempo de calidad en familia”

Para Mabel Klimt, socia directora de Elzaburu, las vacaciones son momentos de descanso para leer, dormir, cocinar... “Slow living en estado puro, dedicando tiempo de calidad a la familia”. Aun así, su cargo y el compromiso profesional le impiden desconectar del todo: “Tengo una vinculación muy personal con el proyecto y nunca hago un apagón tecnológico completo por periodos de tiempo prolongados”, comenta. Cuando su hijo tenía dos años, el cierre de una operación la mantuvo colgada al teléfono los tres primeros días de playa. Según finalizó la última llamada y comunicó al pequeño que había terminado, recuerda, “ilusionado me quitó el teléfono de las manos y lo tiró a la piscina. Volvió sonriente y me dijo: ‘Ahora vamos a jugar”. Klimt recomienda la lectura de El cobertizo que alimentó a un millón de niños, que cuenta la historia de Mary’s Meals, una asociación benéfica ganadora del Premio Princesa de Asturias de la Concordia.

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