Los nubarrones que condicionan (pero no limitan) a los hosteleros
La ola de ómicron, la inflación y la escasez de suministros preocupan al sector, pero su capacidad de adaptación es alta
El inicio del nuevo año siempre viene acompañado de los nuevos propósitos, las metas que nos proponemos conseguir y cómo hacerlo, tanto en la esfera personal como en la profesional. A nivel general, existe una gran preocupación ante la situación de incertidumbre económica, ya que los expertos afirman que es evidente la amenaza de una crisis económica mundial, sumada a la que nos enfrentamos en la actualidad y que afecta al acceso a los suministros. No obstante, y ya pudiendo dejar en el retrovisor la grave crisis sanitaria de 2020, el sector hostelero va volviendo a la normalidad tras estos tres largos años, y eso a pesar de la pequeña ola de nuevos contagios de estas semanas, que ha provocado otro bache a finales de año.
Ahora mismo, cabe destacar que la preocupación mundial hacia la futura crisis es evidente. Esta viene provocada desde hace meses por el endurecimiento de la política monetaria, fruto de la inflación en la energía y los suministros, en gran parte, aunque no de forma exclusiva, debidas a la guerra en Ucrania. Sin embargo, uno de los aspectos positivos es que se considera una crisis más moderada que las anteriores y carece del factor sorpresa que tanto perjudicó, por ejemplo, en la crisis financiera y del ladrillo de 2008 o la sanitaria de 2020. Y es que, a punto de cumplirse tres años desde que empezó el estado de alarma, todavía recordamos como si fuera ayer todas las consecuencias negativas que trajo consigo la pandemia. Entre ellas, el desplome de la economía que afectó directamente al sector hostelero, uno de los más perjudicados con el cierre temporal de los establecimientos, el control de aforos a posterior, el toque de queda…
Aun estando prevenidos, sin duda se avecinan fuertes inconvenientes para la hostelería este 2023, y hay varios aspectos que preocupan mucho al sector. En primer lugar, la actual ola de contagios de la ómicron, que ha provocado un difícil comienzo de año, pero que prevé una mejora en las próximas semanas. Por otro lado, una subida notable de los alquileres, hasta incrementarse incluso un 8%. Y también la conocida crisis de suministros que afecta directamente en la subida del precio de la energía y en el coste de las materias primas. Y en cuanto a los clientes, los consumidores, ¿cuál es la principal consecuencia negativa? Sin duda, la subida de precios, la tan temida inflación que les resta poder adquisitivo y que hace que deban destinar más dinero a la devolución de su endeudamiento por la subida consiguiente de los tipos de interés.
Sin embargo, a pesar de los posibles inconvenientes que afectaran a este sector, el Observatorio 2022 de la Restauración de Marca, elaborado por Marcas de Restauración, prevé que la facturación crezca considerablemente en 2023, hasta la recuperación de las cifras de empleo y facturación. Esto puede deberse también al cambio que han experimentado los españoles en sus hábitos de consumo, ya que, si algo bueno nos trajo el confinamiento, es apreciar más el aquí y ahora y el valorar, entre otras cosas, pasar tiempo con los nuestros. Esto ha hecho que estemos priorizando las cenas y comidas con nuestros seres queridos y que los planes en restaurantes o bares sean, con más fuerza si cabe, nuestros favoritos.
Por otro lado cabe destacar que la restauración es un sector muy resiliente, un sector que siempre ha estado acostumbrado a adaptarse a transiciones y cambios. Actualmente, uno de los cambios más demandados por la sociedad es la importancia de la sostenibilidad y la salud. En este aspecto, en España nos encontramos bastante atrasados respecto a nuestros vecinos europeos. Aunque cada vez más son los restaurantes que implantan medidas para fomentar la sostenibilidad, es cierto que que todavía mucho por mejorar. Los consumidores, por su parte, demandan algunos factores como, por ejemplo, una reducción de los alimentos desperdiciados y también una menor utilización de envases de plástico posible, tanto en su consumo como en su producción. Asimismo, la creciente identificación de alergia e intolerancias, o el creciente interés por seguir una vida saludable evidencian la necesidad de ofrecer menús que satisfagan todas las necesidades de los grupos, también para aquellos que intentan evitar alimentos con origen animal, con una oferta con alternativas vegetales y más saludables.
Uno de los puntos más importantes para la hostelería sigue siendo la búsqueda de eficiencias, que se consiguen con inversiones, sobre todo, en tecnología. De hecho, es difícil escuchar que un comercio de restauración no ofrezca su consumo fuera del establecimiento, ya que, el take away y delivery representan actualmente casi un 25% de la facturación de las cadenas, y fueron la salvación para la hostelería durante la crisis sanitaria.
Por último, aunque parece que la recuperación se retrasa un poco, una muy buena noticia es que la hostelería ha conseguido frenar la caída del empleo en este sector, al cerrar este pasado 2022 con mejores cifras que 2021.
En conclusión, es evidente que el sector ha empezado el año con importantes amenazas. Y, sin embargo, siempre se ha caracterizado por ser un mercado muy luchador y adaptativo; y que los resultados siempre serán mejores con una visión positiva y optimista, así que confiamos en que, con la nueva normalidad, este va a ser un año que, sin duda, nos va a sorprender gratamente.
Guillem Boira es CEO de The Original Tonic