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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Y si estamos ante una oportunidad para invertir?

En una coyuntura como la de hoy, hay que ampliar el horizonte temporal: apostar por empresas infravaloradas o con gran potencial de crecimiento

Se dice que cuando te dedicas a la inversión no solo debes centrarte en lo que se describe, sino que hay que saber leer entre líneas. En este sentido, creo que ante la coyuntura actual hay una serie de lecturas muy relevantes. Cierto es que existe un pesimismo que se refleja en mi pantalla mediante números rojos y líneas descendentes, pero que no considero como tales si valoramos un horizonte temporal más amplio. Lo que me lleva a pensar: ¿y si estamos ante una gran oportunidad para invertir? Analicemos el marco regulatorio de la UE, el contexto económico inflacionista y el binomio inversión pública vs. inversión privada para entender por qué digo que estamos ante un buen momento para invertir.

Como ya sabemos, la Unión de Mercados de Capitales (CMU, por sus siglas en inglés) tiene como objetivo conseguir que el dinero, entendido como inversiones y ahorros, fluya por la UE para que pueda beneficiar a los consumidores, los inversores y las empresas, independientemente de su ubicación. El 7 de diciembre, la Comisión Europea aprobó la propuesta de reglamento de la segunda acción denominada Ley de Cotización o Listing Act (CMU2), que entrará en vigor para garantizar la estabilidad y satisfacer las diferentes necesidades de financiación de las pymes y de la economía de la UE en general. Para ello, aboga por ampliar la variedad de canales a través de los cuales las empresas pueden financiarse en condiciones razonables (desmitificando la necesidad de acudir a deuda bancaria para sustentar el crecimiento empresarial).

La razón por la que CMU2 se centra en esto es porque en la UE existe un claro predominio de la financiación bancaria frente a la financiación a través de los mercados de capitales. Predominio que se observa al comparar los niveles de inversiones de los venture capital en Estados Unidos respecto a la UE, que son 10 veces mayores. La financiación basada en el capital puede ofrecer una fuente más eficiente y adecuada que los bancos en sectores de amplio crecimiento que dependen en gran medida de los activos intangibles y, además, es muy eficiente a la hora de reubicar los fondos hacia sectores y tecnologías más verdes.

Esta financiación alternativa equity abre puertas a muchos inversores que, de otra manera, no tendrían acceso a estas oportunidades. Así pues, la CMU quiere utilizar los mercados de capitales para conectar a los inversores con las necesidades de financiación de pymes y startups. Mediante el Listing Act, la UE promueve la clara necesidad de simplificar las normas de acceso, requisitos de cotización y posteriores requerimientos de los mercados financieros de las pymes. De esta forma, hacen mucho más atractivos los mercados para las compañías e inversores, además de facilitar la entrada de capital en las empresas.

Que la inflación se come la capacidad de gasto es una realidad que conoce el grueso de los hogares. Sin embargo, que un entorno de tipos bajos y alta inflación hace que los ahorros pierdan también poder adquisitivo no está tan interiorizada. Por tanto, es curioso ver cómo en la UE la gran mayoría de los hogares sigue manteniendo una parte desproporcionadamente alta de su patrimonio en forma de depósitos bancarios.

La importancia de utilizar una visión a largo plazo en el escenario actual es clave. Según un estudio basado en simulaciones realizado por Efama (Asociación Europea de Gestión de Activos y Fondos), el valor real de los depósitos bancarios a finales de 2001 era un 24% inferior a finales de 2021, y muy probablemente será un 28% inferior a finales de 2022. Esto significa que si, por ejemplo, tuviéramos 100.000 euros en un depósito en 2001, hoy en día su valor sería de casi 76.000. Esta pérdida de poder adquisitivo se produjo en un entorno en el que la inflación en la Unión Europea se mantuvo bajo control, con una media del 1,8% durante el periodo 2002-2021. El actual aumento de la inflación agravará aún más el problema.

La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA, por sus siglas en inglés) señala que los inversores minoristas padecen una “ilusión monetaria”, ya que tienden a considerar su riqueza y sus ingresos en términos nominales, en lugar de reconocer su valor real, ajustado a la inflación. Pero ¿por qué no actuamos consecuentemente? Creo que la principal razón es el desconocimiento de los hogares sobre cómo actuar en estas circunstancias y sobre cómo sacar rentabilidad a la inflación.

En el caso de la inversión directa o creación de patrimonio inmobiliario, debemos tener en cuenta que, a medida que la inflación aumenta, es muy probable que el valor de las propiedades se incremente. Si bien es cierto que las hipotecas variables harán que el efecto sea neto, todos aquellos que tengan una hipoteca fija deberían ver su rentabilidad incrementada. La inversión indirecta, realizada a través de plataformas de inversión alternativa de crowdfunding o crowdlending, permite acceder a oportunidades de inversión que, hasta ahora, solo eran accesibles a grandes patrimonios o inversores profesionales, convirtiéndolos en negocios, analizados y gestionados por profesionales expertos, en los que se pueden obtener rentabilidades anuales superiores a las ofrecidas por el mercado tradicional.

Por otro lado, los históricos de acciones de valor (value stock) indican que tienden a hacerlo mejor durante periodos inflacionarios, siendo también menos sensitivas que las acciones de crecimiento (growth stock).La inversión en commodities también es una buena opción en este contexto. Oro, materias primas y otros recursos naturales que generalmente son críticos para la producción se encuentran con la demanda a medida que esta sube y los precios también.

En los próximos años, la inversión pública va a crecer potenciada, entre otras medidas, por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), instrumento que canaliza la mayor parte de los fondos Next Generation. La pregunta que nos deberíamos hacer llegados a este punto es: ¿la inversión pública es sustitutiva o complementaria de la inversión privada? Como sostiene el artículo del Banco de España sobre el Eurosistema, la respuesta es: depende. Solo se puede responder mediante un análisis empírico. Lo que habría que observar es el horizonte temporal de las inversiones.

Recapitulando, por un lado, tenemos a la UE bajando los requisitos para fomentar la inversión en empresas con potencial. La disminución de los costes, además de potenciar los proyectos interesantes, mejoraría su rentabilidad y, por tanto, la rentabilidad de la inversión. Por otro lado, el intervencionismo gubernamental no parece tener fin, continuó con la crisis sanitaria y ahora tenemos los fondos Next Gen, nada me hace pensar que posteriormente se deje de inyectar capital a empresas de nueva creación. Esto es debido a que la UE está tratando de generar tejido productivo y, para ello, tiene que ayudar a las empresas con mayor potencial, según sus criterios. Obviando el pasado quantitative easing, planes estatales de ayudas y otras medidas llevadas a cabo en los últimos años.

En una reciente entrevista, el abogado e inversor Rusell Napier indicaba que veremos un boom en la inversión de capital y la reindustrialización. Napier indicaba que esto durará entre 15 y 20 años y que, probablemente, nos llevará a una estanflación. Por lo que ¿por qué desaprovechar esta ventana de oportunidad?

La receta de los expertos para suavizar ese golpe es clara: hay que poner a trabajar el dinero, invirtiendo en algún producto con un retorno que pueda batir la inflación. ¿Mi receta? Buscar oportunidades de empresas infravaloradas (value stock) o con gran potencial de crecimiento (startups).

Blas Simón es ‘Head capital markets’ de Orbyn 

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