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Los grandes fabricantes del motor pierden más de 3.500 millones por abandonar Rusia

Entre Renault y Nissan registraron un efecto negativo de más de 3.000 millones Traton (Volkswagen) se deshará de activos por 550 millones

Línea de montaje en una planta de Avtovaz, compañía de la que Renault vendió su participación del 67,7%.
Línea de montaje en una planta de Avtovaz, compañía de la que Renault vendió su participación del 67,7%.Getty Images
Manu Granda

Rusia se ha quedado sin grandes fabricantes del automóvil. La invasión de Ucrania y las posteriores sanciones de Occidente han provocado que las compañías del sector presentes en el país hayan decidido, no solo paralizar su producción, sino que en algunos casos abandonar definitivamente Rusia. Entre estos últimos están Nissan, Renault y Traton (pertenece al grupo Volkswagen), compañías que han sufrido o sufrirán en conjunto un impacto negativo en sus cuentas de más de 3.500 millones.

Renault, el grupo que más ha sufrido las sanciones a Rusia, ya que era su segundo mayor mercado solo por detrás de Francia, fue la primera compañía en anunciar la venta de sus activos en el país. El consejo de administración del fabricante francés aprobó por unanimidad en mayo la entrega de su participación del 67,69% en Avtovaz, el fabricante que produce la marca Lada, y las acciones de Renault Rusia. La operación ha supuesto un impacto negativo para el fabricante de 2.323 millones de euros, según sus cuentas del primer semestre.

Nissan, por su parte, ha seguido la misma senda que su socio en la alianza y ha entregado sus activos en el país al Instituto Central de Investigación y Desarrollo de Automóviles y Motores (NAMI), lo que provocará un impacto en las cuentas de Nissan de 707 millones de euros. A estas salidas se sumará en el primer trimestre de 2023 la del fabricante de vehículos comerciales Traton, que ha anunciado que venderá sus operaciones en Rusia, con un impacto negativo de 550 millones.

Toyota también se irá

El mayor fabricante de coches del mundo, Toyota (lleva dos ejercicios consecutivos como el grupo con más ventas), ha indicado que también dejará de producir coches en Rusia de forma definitiva. Allí tiene una planta en San Petersburgo que lleva paralizada desde el 4 de marzo. La compañía emplea en el país a algo más de 2.300 personas, de las cuales 1.900 trabajaban en la mencionada factoría que ensamblaba los modelos Camry y RAV4.

“Durante ese período hemos mantenido la totalidad de nuestra plantilla y hemos asegurado que nuestra instalación estaba lista para reiniciar la producción si las circunstancias lo permitían. Sin embargo, seis meses después, no hemos podido reanudar las actividades normales y no vemos indicios de que podamos retomarlas en el futuro”, explicó la automovilística.

Mazda, otro constructor japonés, también ha mostrado interés en irse de Rusia. Según adelantó el medio nipón Nikkei, la automovilística negocia con su socio local Sollers para venderle su participación en la joint venture que ambas tienen en Rusia. Esta empresa conjunta cuenta con una planta en Vladivostok.

Otros grandes grupos que han parado su producción

Volkswagen. El grupo automovilístico Volkswagen anunció a principios de marzo que paralizaba la actividad de sus dos plantas rusas en las localidades de Kaluga y Nizhny Novgorod. A la par, anunció que también detenía la exportación de vehículos al país.

Stellantis y Mitsubishi. Por su parte, el grupo Stellantis y la nipona Mitsubishi también se vieron obligados a parar la producción de la factoría de vehículos comerciales que ambas compañías comparten en Kaluga. La planta (cuya titularidad pertenece en un 70% a Stellantis y un 30% a Mitsubishi) ensamblaba modelos como la Expert de Peugeot, la Jumpy de Citroën y la Vivaro de Opel.

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Sobre la firma

Manu Granda
En la actualidad cubre la industria del automóvil en la sección de Empresas. Previamente pasó por el área de Economía, donde escribió de laboral. Como 'freelance', cubrió la temporada de incendios del verano 2019-2020 en Australia para EL PAÍS. Es graduado en periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y cursó el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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