_
_
_
_
Tecnología

Cómo fabricar agua en el desierto de Chile donde no llueve nunca

La Reserva Ecológica Cerro Grande, en la localidad de Ovalle, tiene 16 paneles solares, capaces de cosechar unos 540.000 litros de agua al año

Ruinas del pueblo Aldea de Tulor, desierto de Atacama, norte de Chile, Sudamérica.
Ruinas del pueblo Aldea de Tulor, desierto de Atacama, norte de Chile, Sudamérica.Getty Images
Virginia Gómez Jiménez

En el cada vez más árido norte de Chile se aprovecha cada gota de agua. En esa zona del pais, 16 paneles solares de 9 metros cuadrados cada uno captan la niebla que cubre a diario este sector, donde el sol es esquivo y el viento y el frío se cuelan por la ropa.

Situado en la Reserva Ecológica Cerro Grande, en la localidad de Ovalle, se trata de uno de los parques de atrapaniebla más productivos de América Latina, capaz de cosechar unos 540.000 litros de agua por año y que en más de una década de funcionamiento logró convertir en un vergel un territorio caracterizado por la aridez, informa AFP.

Cuando llega la nube y choca contra la malla, las partículas se transforman en gotas que se recolectan con simples sistemas de tuberías. Dependiendo del tipo de nube, si llega cargada, se obtiene más o menos agua. En lugares donde el suelo está árido es posible aprovechar la humedad del aire que se lleva una densa niebla.

La humedad, pasando a través de la red y condensándose, se transforma en agua que se canaliza y se almacena en tanques. Los tipos de almacenamiento varían de acuerdo a la pluviosidad de la zona de captación y del uso que se le dé al agua recogida. El agua se considera lo suficientemente pura para beber. Sin embargo, se utiliza por lo general para regar los campos.

De esta forma se han convertido zonas desiertas en áreas vitales para la agricultura y el comercio. De hecho, el sistema de las mallas atrapaniebla ha tenido mucho éxito en instalaciones en Chile a unos 600 metros de altura desde hace décadas. El agua se va decantando cada 100 metro en estanques y se va filtrando hasta abajo, donde se emplea en campos de aloe vera. En los Andes, el agua obtenida gracias a las mallas atrapaniebla se transporta incluso con camiones cisternas y se utiliza a gran escala. Los mejores lugares para captar agua de niebla están por encima de los 1.000 metros de altitud con vientos de entre 25 y 35 kilómetros por hora. En el caso de la niebla, que es una nube con baja concentración de agua, hay entre 50 y 100 gotitas en un centímetro cúbico.

En Chile, la niebla es muy intensa a una altura de 600 a 800 metros. Esto sucede porque hay choque entre aire húmedo y cálido con corrientes frías y se produce condensación. No obstante, no llueve porque no se forman nubes y el clima es desértico.

A los lados de la cordillera de los Andes, el desierto de Atacama es una de las regiones más áridas del mundo, pero en la zona costera se forma mucha niebla. Carlos Espinosa Arancibia, físico de la Universidad de Chile, inventó el primer sistema que tenía como objetivo “captar agua contenida en las nieblas”. No es la única parte del mundo donde se usa este sistema. Los entornos más desérticos de Israel, Perú y otros países de Latinoamérica y varios africanos ya los tienen instalados desde hace décadas.

En este sentido, desde hace unos años, se ha puesto en marcha el proyecto Life Nieblas. Su objetivo es estudiar y poner a prueba innovadores sistemas de captación de niebla. También se quiere evaluar la efectividad y beneficios derivados de estas prácticas en varios puntos de España, tales como las islas Canarias y Cataluña. Incluso también en otros países como Portugal.

Atrapaniebla, la cerveza de las nubes

Cerveza artesanal. Elaborada con agua de niebla, la cerveza artesanal Atrapaniebla es la única en Chile con estas características. Tiene un proceso de fabricación similar al de otras bebidas confeccionadas de manera artesana, aunque el uso de este tipo de agua le permite diferenciarse en el mercado, explica a la agencia AFP Miguel Carcuro, uno de sus dueños.

Nubes del Pacífico. El agua llega directamente de las nubes del Pacífico, en la reserva ecológica Cerro Grande, Comunidad Agrícola de Peña Blanca. El tipo de agua, más del 90% de la cerveza, es el buque insignia de esta bebida que lleva cinco años en el mercado y no para de crecer.

Clima y geografía. “Con la utilización de los atrapanieblas hemos logrado un producto que incorpora el clima y la geografía de este lugar; por lo tanto, la gente lo siente como propio”, agrega Carcuro.

Una rubia y otra más oscura. El año pasado produjeron 80.000 litros y alcanzaron ventas por 186.000 dólares.

Cuatro paneles. Los paneles de atrapaniebla de la cervecería le permiten surtirse de entre 2.000 a 3.000 litros de esta agua a la semana, que es incorporada directamente al proceso de macerado. “Algunos catadores han dicho que tienen pequeñas notas salinas que no encuentran en otras cervezas”, cuenta Carcuro sobre el origen marino de la niebla que cubre la reserva ecológica.

Sobre la firma

Virginia Gómez Jiménez
Periodista económica, con 25 años de experiencia como redactora. En la web de Cinco Días desde 2007. Anteriormente, desarrolló su actividad profesional en las secciones de Mercados de La Gaceta de los Negocios y Expansión, sin olvidar su paso por la agencia de noticias Fax Press, como experta en las materias económica, empresarial y bursátil.

Archivado En

_
_