César Pérez (Pictet WM): “Solo entraría en Bolsa si el S&P cae a los 3.200 o 3.500 puntos”
El experto tiene una posición plenamente defensiva en sus carteras, con farmacéuticas y energía en renta variable y sin deuda ‘high yield’ en renta fija
Es un veterano de la gestión de activos y la banca privada. César Pérez, director global de inversiones de Pictet WM, es responsable de un patrimonio bajo gestión de 262.000 millones de euros. Afirma que la línea que separa la situación actual de una recesión es cada vez más delgada y ha optado de forma rotunda por proteger las carteras, sin interés por reforzar posiciones en Bolsa. Solo si el S&P se desfondara aún más, al territorio de los 3.200 a 3.500 puntos, sería momento para comprar. Y apunta además a una nueva e inquietante tendencia en el mercado, la conversión de los activos en arma de guerra, como ha puesto de manifiesto el conflicto de Ucrania, con la energía y los alimentos como evidentes ejemplos.
- R. ¿Cuál es su previsión para la inflación en los próximos meses?
- R. Aunque los economistas de Wall Street digan que va a caer y que bajará hacia el 3% en los próximos 12 a 18 meses, en la calle se dice que los precios van a subir. Yo creo que caerá, pero a un nivel más alto de lo que el mercado anticipa y de una manera más estructural. A qué velocidad baje será la clave para ver si la Fed se carga el ciclo económico o no. Si sigue subiendo los tipos de interés con agresividad, acabará con el ciclo. Si no lo hace, la inflación puede hacerse estructuralmente más alta. Y en ambos casos lo previsible es que bajen los múltiplos de valoración de las acciones.
- R. ¿Cree que la solución a la inflación está en las subidas de tipos?
- R. Algunos economistas consideran que estamos ante un problema de demanda. Otros lo consideran de oferta. Yo creo que hay parte de las dos, un problema con la oferta y también con la demanda. Si es de demanda, se soluciona con la subida de tipos de interés y destrucción de riqueza. Si es un problema de oferta, debido a cuellos de botella del suministro, como en energía y alimentos, la subida de tipos de interés no ayuda. ¿Y por qué hacen esto entonces los bancos centrales, si es peor el remedio que la enfermedad? Lo hacen porque tienen que demostrar que están haciendo algo. Los cuellos de botella no se van a solucionar, de momento.
- R. ¿Qué decisiones está tomando ante la incertidumbre actual?
- R. El chip ha cambiado significativamente. En los últimos diez años se ha estado comprando en las caídas y ahora es el momento de vender cuando la Bolsa sube. Estamos neutrales en renta variable, bastante defensivos. Sobre todo, evitamos compañías de crecimiento jóvenes sin beneficios. Teníamos crecimiento de calidad en las carteras de acciones y lo hemos cambiado más al sector energético, saliendo de banca y de cíclicas y comprando, por ejemplo, farmacéuticas. Queremos flujo libre de caja. Además, hemos pasado de acciones de Europa a acciones de Suiza, más defensivas.
- R. ¿Están preparando las carteras para una recesión?
- R. Estamos moviendo las carteras, a la vista de que la probabilidad de recesión aumenta. La línea para evitarla es cada vez más fina. Pero para ponerme aún más negativo, dado que ya estamos defensivos, habría que pensar que no es posible eludir la recesión, y no estamos ahí. Con la caída en renta variable, nuestras carteras están ya infraponderadas en acciones y no voy a recomprar Bolsa. Sí compraría en los 3.200-3.500 del S&P.
"La incertidumbre política le ha pesado mucho a la inversión en España. El Gobierno actual no es muy funcional"
- R. ¿El mercado está subestimando el riesgo de recesión en su actual previsión de beneficios?
- R. De momento, para este año estimábamos un crecimiento de los beneficios empresariales del 8% al 10%, por ventas, no por apalancamiento operativo como el año pasado. Ahora bien, la previsión de beneficios sin el sector energético está en el 4% al 5%. Si hay recesión de beneficios, puede irse al 0%, y hemos empezado a ver que algunas compañías, como Apple o Microsoft, indican que los márgenes se empiezan a ajustar. El mercado solo puede digerir esto si empieza a mirar 2023 con optimismo.
- R. ¿Y la renta fija? ¿Han empezado a comprar ante el acelerón al alza de las rentabilidades?
- R. También estoy defensivo en renta fija. En todas las carteras he reducido riesgo de crédito, deuda de alta rentabilidad o bonos convertibles contingentes. Y seguimos muy infraponderados en deuda de Gobiernos periféricos. Pero estoy empezando a estar neutral en sensibilidad a variaciones de tipos de interés y empezando a comprar duración y grado de inversión en Estados Unidos. La inflación a diez años difícilmente va a ser del 3,5%, con los problemas de demografía y crecimiento que existen. Y el bono partir del 3,2% empieza a ser atractivo. También comienza a haber valor en bonos de grado de inversión de corta duración. Incluso a diez años vista, según nuestras estimaciones, la deuda grado de inversión puede proporcionar el 4,5% anual, frente a solo algo más del 6% de las acciones.
- R. ¿Es momento de dar más peso a la renta fija en las carteras?
- R. Los bonos van a empezar actuar como diversificador en las carteras. Podríamos ver la revancha de la estrategia de asignar el 60% a acciones y el 40% restante a la renta fija. Aun así, el cliente conservador no se explica cómo ha podido perder dinero en la renta fija, que ni es renta ni es fija. Ahora estamos viendo que entra dinero en acciones por razones equivocadas. La gente está vendiendo renta fija, incluso bonos con rentabilidad a vencimiento del 4,5%, para comprar acciones porque piensa, erróneamente, que están más protegidos. Creo que va a haber accidentes en renta fija, con impagos, sobre todo en deuda de alta rentabilidad. Ha habido muchos inversores turistas en renta fija.
- R. ¿Le interesan los activos españoles? ¿Qué lugar ocupan en las carteras?
- R. Para ser totalmente honesto, he estado bastante negativo en España los últimos cuatro años. La incertidumbre política ha pesado mucho. Pero vemos el final del túnel en el turismo y España cuenta con exposición a Latinoamérica, gran beneficiaria de los altos precios de las materias primas. Por otra parte, hay que estar seguro de la situación política y de las intenciones regulatorias al invertir en España, o en cualquier otro país, y el Ibex tiene bastante sector regulado. El problema es que el Gobierno actual no es muy funcional. Sería bueno cualquier combinación, sea la que sea, que tenga una mayoría más funcional y menos intención de penalizar al sector empresarial.