Oportunidades y estragos en la inversión con un precio del dinero más caro
El alza de los tipos de interés no está motivada por el sobrecalentamiento económico, lo que debilita a los sectores cíclicos, y se lleva por delante a las tecnológicas
Puede que estemos mal acostumbrados y por eso las alzas de tipos que se avecinan estén siendo un jarro de agua fría para la inversión. Han sido muchos años de fuertes subidas –con el parón del Covid en las Bolsas en 2020– tanto en la renta variable como en unos bonos dopados durante décadas por la mano de los bancos centrales. Inflaciones muy altas, la invasión de Ucrania y ahora el temor a un menor crecimiento económico o una recesión han hecho saltar las alarmas y el pesimismo. Pero no estaría de más recordar que el ahora castigado índice tecnológico Nasdaq –cae este año casi el 30%– ronda los 11.400 puntos pero estaba hace solo un lustro tonteando con el nivel de los 6.000.
El signo negativo se impone en los índices de las Bolsas y los bonos. En el caso de las acciones en este 2022 de duro ajuste, solo se salvan el MSCI World Energy, con un alza superior al 35%, y el MSCI EM Latam, que sube más del 5%. Incluso los sectores defensivos o ganadores con unos tipos de interés más altos, como los de consumo cíclico o los bancos, registran pérdidas en sus indicadores mundiales a lo largo del presente ejercicio.
Víctor Alvargonzález, director de estrategia y fundador de Nextep Finance, recuerda que “la diferencia entre el Nasdaq y los índices que mejor se comportan en un entorno de inflación ha sido superior al 20%. Por lo tanto, también será de dos dígitos la diferencia de rentabilidad si se acierta con la ecuación inflación/activo, sector o país elegidos para invertir. Si la inflación acaba siendo menor de lo esperado, se perderá una magnífica oportunidad para entrar al mercado”, concluye.
También los bonos recogen esas pérdidas. La deuda de los Gobiernos europeos ha caído de media el 8%, y en el mismo nivel se mueven las minusvalías generadas por los títulos empresariales, tanto en sus versiones investment grade o high yield. Unos movimientos que afectan a la renta fija estadounidense y que han puesto fin a la ganancia de los tres últimos años en estos activos.
Solo los índices de energía y de Bolsa latinoamericana logran ganancias en el año
En el lado opuesto destacan las materias primas, cuyo índice general se apunta una subida del 30% en lo que va de 2022, apoyada sobre todo en el petróleo y su revalorización del 43,42%. Mar Barrero, directora de análisis de Arquia Profim Banca Privada, destaca el buen comportamiento de los fondos de inversión en materias primas. En concreto, los de la gestora española Azvalor, que superan en el año una ganancia del 30%, y el JP Morgan Global Natural Resources, que ha rentado el 27% en estos casi cinco meses.
El panorama de volatilidad continuará en todo caso para los mercados hasta que los bancos centrales sean capaces de mandar mensajes más moderados sobre su disposición a elevar los tipos de interés. Será señal de que se está doblegando a la inflación.
Valoración
La subida de los tipos de interés afecta negativamente a las acciones por varios motivos. De entrada, a las compañías se les encarece la financiación y, por tanto, ganan menos al dedicar parte de sus beneficios a esos mayores costes de la deuda. También la propia competencia entre productos: con un bono al 3% o 4%, por ejemplo, muchos inversores no se molestan en asumir el mayor riesgo de las acciones.
El otro aspecto tiene que ver con las propias valoraciones de las compañías y muy especialmente de las tecnológicas (valores de crecimiento), en las que se utiliza el sistema de flujo de caja. Los analistas de IG Markets explican este fenómeno: un flujo de efectivo de 100 euros de aquí a un año, con una tasa de descuento del 5%, equivale a un valor actual de 95,24 euros. Cuanto mayor sea la tasa de descuento, menor será el valor actual. El valor actual de un flujo de efectivo de 100 euros de aquí a cinco años, al 5%, es de entorno a 78,35 euros (cuanto más tarde en el futuro se sitúe el flujo, menor será el valor actual)”, explican.
La cuestión de determinar la tasa de descuento correcta es de vital importancia y es aquí donde la inflación entra en juego. “Si la tasa de inflación se utiliza como dato para determinar la tasa de descuento, entonces una tasa de inflación más alta provocará una tasa de descuento más elevada”, concluyen desde IG Markets. Esto explica que las tecnológicas caigan bruscamente al actualizar su valor con tipos de interés más altos.
Esta forma de valoración también sería aplicable a los dividendos. Así, una inflación más elevada disminuye el valor actual de cada dividendo futuro previsto. Esto, a su vez, reduce el precio actual de la acción.
Sin embargo, la inversión en valores de grandes dividendos ha tenido historias de éxito como la del fondo DWS Top Dividend que acumula en el año una revalorización del 4,7%, “muy interesante si se compara con la pérdida media en torno al 5% de los fondos de renta variable, que se elevan hasta el 20% para aquellos especializados en tecnológicas”, explica Mar Barrero.
Sectores
Además de los valores energéticos, para Roberto Ruiz-Scholtes, director de estrategia de UBS en España, “solo el sector financiero (bancos y aseguradoras) se beneficia de la subida de los tipos de interés, ya que la valoración del resto de sectores es presionada a la baja por el aumento del coste del capital. La banca aumentará su margen por intereses y además cotiza como si la morosidad se fuera a disparar en una recesión que seguimos viendo improbable”.
La banca sigue de favorita con tipos al alza, pero sufre también el miedo a la recesión
El experto de UBS apunta a que los valores cíclicos no lo están haciendo bien ya que, a diferencia de otras crisis, esta subida de tipos no indica recuperación económica. “El enfoque correcto ahora es ir a las causas de esas subidas de tipos (la inflación por la crisis de las materias primas), y por eso recomendamos invertir en el sector petrolero y en las eléctricas integradas”, explica Scholtes. Y añade: “Ahora bien, el bache económico ya está metido en el precio y si no entramos en recesión, serán precisamente los valores y sectores cíclicos los que liderarían el rebote: bancos, industriales, construcción, siderúrgicas y autos”, concluye. Ya hay fondos industriales con una buena trayectoria, aunque son los menos. En Arquia Profim Banca Privada apuntan al Fidelity Global Industrials, que acumula en el año una subida del 4,67%.
Sin duda, la gestión activa está marcando la diferencia en las rentabilidades de los distintos fondos de inversión. Sean Markowicz, responsable de estrategia, estudios y análisis de Schroders, explica en un estudio su preferencia por el sector energético (petroleras y gas) que superan la inflación el 71% de las veces y ofrecen una rentabilidad real anual del 9,0% de media. “Los ingresos de los valores energéticos están naturalmente ligados a los precios de la energía, un componente clave de los índices de inflación”, comenta.
Sin embargo, Markowicz no ve tan claro que la inflación y las alzas de tipos favorezcan a las empresas de servicios públicos, ya que presentan una tasa de éxito algo decepcionante del 50%. “Como monopolios naturales, deberían poder trasladar los aumentos de costes a los consumidores para mantener los márgenes de beneficio. En la práctica, la regulación les impide a menudo hacerlo plenamente”. Además, su habitual comparativa con los bonos –con los que compite por la regularidad de sus rentas– tampoco les favorece. Marta Díaz-Bajo, directora de soluciones de Inversión de Atl Capital, recomienda fondos mixtos con renta fija a corto plazo y con las acciones centradas en compañías sólidas y que puedan trasladar la subida de la inflación a sus precios sin que se dañen sus márgenes. En este sentido apuesta por el fondo Spinosa Partners Inversiones, que obedece a esta filosofía de inversión y que ha esquivado las caídas con una revalorización en el año del 1,25%.
Inmobiliario
Otra alternativa más exótica para proporcionar protección a las subidas de tipos son las sociedades inmobiliarias cotizadas (REIT y socimis) –adquieren inmuebles para su posterior alquiler– o aquellos que invierten directamente en inmobiliarias cotizadas. Por ejemplo, el fondo español GVC Gaesco Oportunidad Empresas Inmobiliarias acumula este año una rentabilidad del 20% y lidera el ranking del sector europeo, según datos de Morningstar. Desde Schroders explican que estos fondos han superado a la inflación el 67% de las veces y obtienen una rentabilidad real media del 4,7%.
Los REIT poseen activos inmobiliarios y proporcionan una cobertura parcial de la inflación a través de la transmisión de los aumentos de precios en los contratos de alquiler y los precios de las propiedades. Por el contrario, los REIT hipotecarios, que invierten en hipotecas, se encuentran entre los sectores con peor rendimiento. Al igual que los bonos, los pagos de sus cupones pierden valor a medida que aumenta la inflación, lo que hace que sus rendimientos suban y los precios bajen para compensar.
La clave de este complicado año estará en la política de los bancos centrales y su comunicación a los mercados. De momento, la subida de tipos sigue en el calendario, siempre mirando de reojo el efecto que produce en la evolución de las economías, lo que marcará su intensidad y duración.
¿Aún hay vida en los bonos?
El movimiento de tipos. Dada la actual situación económica de incertidumbre, los expertos no esperan grandes movimientos en los plazos largos de la curva de tipos. El alemán al 1%, el estadounidense cerca del 3% o el español en el 2% parecen niveles aceptables si las economías no van bien. Cosa distinta es la esperada alza de los tipos de intervención. Desde A&G Banca Privada apuntan que “si bien el gran movimiento de tipos al alza creemos que ya está hecho, no vemos aún suficientemente remunerado el riesgo de duración (y menos en Europa). Esperamos una muy lenta recuperación cuando comiencen a ajustarse las expectativas de inflación”, explican.
Monetarios. En este mismo mes de mayo ha vuelto la rentabilidad de algunos fondos monetarios (invierten en renta fija a corto plazo) debido a que estos activos han vuelto a ofrecer rentabilidades positivas después de muchos meses en negativo. Una ganancia que, como indica Mar Barrero, obedece sobre todo a la renta fija privada en productos de comisiones muy bajas que, de momento, solo están abiertos a grandes patrimonios.