Las automovilísticas europeas venden menos por la crisis de chips pero ganan más dinero
En este contexto adverso las compañías del motor se centran en priorizar la venta de sus modelos más caros Volkswagen, Stellantis y Renault mejoraron notablemente sus números durante el pasado año
El año 2021 parecía que iba a ser la luz al final del túnel para la industria del automóvil. Después de un 2020 marcado por el inicio de la pandemia que afectó de lleno a las cuentas y a las ventas del sector, las automovilísticas confiaban en la recuperación de la actividad una vez que las vacunas hiciesen efecto. Sin embargo, en 2021 llegó el cuello de botella de la crisis de semiconductores que impidió a los fabricantes producir al mismo ritmo que le pedía la demanda.
A pesar del contratiempo que supuso, esta crisis de chips no se notó en los resultados de los principales fabricantes de coches europeos que, pese a reducir ventas, aumentaron notablemente sus beneficios. Ese fue el caso, por ejemplo, del grupo Volkswagen. El mayor productor europeo (que no mundial, esa carrera la ganó Toyota el año pasado), vendió 600.000 coches menos en 2021, pero disparó su beneficio neto un 74,8%, hasta los 15.428 millones de euros. Su beneficio operativo, por su parte, se duplicó hasta los 19.275 millones.
Gran parte de esas ganancias del consorcio alemán fueron culpa de Porsche, una firma a la que VW priorizó a la hora de suministrarle chips por encima de otras firmas con menores márgenes de ganancias. La marca prémium fue una de las pocas firmas del grupo que consiguió incrementar sus entregas en 2021 (la otra fue Seat), superando por primera vez en su historia la barrera de las 300.000 comercializaciones en un solo año. En volumen, esos poco más de 300.000 vehículos apenas supusieron el 3,4% de las ventas del grupo, pero Porsche representó el 27,5% del beneficio operativo de todo Volkswagen, gracias a su alto margen sobre ventas, que fue del 16%.
Ya en el primer trimestre del presente año, un periodo marcado por el inicio de la guerra en Ucrania y la continuidad de la crisis de microchips, la tónica ha sido la misma para el consorcio alemán. VW volvió a reducir su entregas, esta vez un 21,9%, con 1,89 millones de unidades, pero sus beneficios se duplicaron hasta los 6.724 millones.
Otro caso similar aunque lejano a esas cifras es el de Renault. La compañía del rombo, que está centrada en desarrollar su plan estratégico ‘Renaulution’, redujo sus comercializaciones por tercer ejercicio consecutivo en 2021 (cayó un 4,5%), pero ganó 888 millones, saliendo así de las abultadas pérdidas que había registrado en 2020 cuandos sus números rojos fueron de 8.008 millones. El fabricante señaló que lo importante para la compañía no es ganar la carrera de las ventas, sino priorizar la creación de valor por sobre el volumen.
El grupo Stellantis, por su parte, sí consiguió incrementar sus comercializaciones un 3,9% el pasado año, hasta las 6,579 millones de unidades, según datos facilitados por el fabricante. Esta subida en las entregas quedó muy pequeña en comparación con el vertiginoso aumento de sus beneficios, que casi se triplicaron respecto a 2020 hasta los 13.354 millones (la subida fue del 179%). La compañía tuvo un margen operativo de ventas del 11,8%, lo que supone una mejora de 4,9 puntos respecto a un año antes. En cuanto a la cifra de negocio, esta fue de 152.000 millones, un 14% más.
En el primer trimestre de 2022, Stellantis continuó por la senda de subida de ingresos, con una facturación de 41.500 millones (un 12% más), pero sus ventas cayeron en idéntica proporción, un 12%, hasta las 1,37 millones de unidades. “Los ingresos netos del primer trimestre han aumentado un 12% gracias a la solidez de los precios netos, a la favorable combinación de vehículos y a los efectos positivos de la conversión de los tipos de cambio”, explicó Richard Palmer, director financiero de Stellantis.
Mal trimestre para Renault por la guerra
Venta de Avtovaz a Moscú. La guerra en Ucrania afectó especialmente a Renault por su alta exposición al mercado ruso, el segundo más importante de la compañía tras Francia. En Rusia, la compañía poseía el 67,69% de Avtovaz, el fabricante de la marca Lada. Ante la imposibilidad de continuar con su negocio en suelo ruso por las sanciones europeas, el grupo vendió la mencionada Avtovaz y el 100% de acciones de Renault Rusia a la ciudad de Moscú. La compañía no especificó el monto de la operación, pero el Gobierno ruso había señalado a finales de abril que se realizaría a un precio simbólico “de un rublo”. Renault indicó que en sus resultados del primer trimestre se debe registrar un cargo por ajustes no monetarios correspondiente al valor de los activos del grupo en Rusia, unos activos que el fabricante valoró en 2.195 millones.