Aena se impone en la batalla por las tarifas de 2022 ante Ryanair e Iata
La CNMC tumba los conflictos contra la imputación de costes ‘Covid’ o del incentivo por calidad en el servicio
Las tarifas aeroportuarias de Aena para este 2022 salen indemnes de las reclamaciones que Ryanair y la asociación de aerolíneas Iata llevaron a la CNMC en enero. En juego había varias décimas de bajada, pero seguirá vigente el ingreso máximo anual ajustado por pasajero (IMAAJ) de 9,95 euros al que puede aspirar Aena, lo que supuso una reducción del 3,17% respecto a 2021, tal y como aprobó la propia CNMC el 18 de febrero.
La Sala de Supervisión Regulatoria ha decidido desestimar el caso, dando la victoria a Aena, a través de una resolución que agota la vía administrativa. Cabe recurso ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional.
Iata consideró que el gestor aeroportuario no justificó la aplicación de una exención, relacionada con los costes de seguridad, para el cálculo del conocido como índice P (recoge variaciones anuales de precios que afectan a la actividad aeroportuaria y que están fuera del control de Aena). También defendió que se excluyera el término de calidad del servicio prestado (parámetro B en las tarifas) de la estimación del IMAAJ ante la excepcionalidad provocada por el Covid-19.
Las aerolíneas se quejan del premio a la calidad del servicio en aeropuertos vacíos
El colectivo de aerolíneas opina que gratificar a Aena por la satisfacción de los viajeros, limpieza o ausencia de colas en aeropuertos vacíos penalizó a las compañías, que también sufragan los gastos generados por el virus. En este punto, Iata demandaba a la CNMC que dejara en suspenso los incentivos por calidad o parámetro B hasta la recuperación del tráfico.
En un último punto de conflicto, Iata accedía a que las tarifas de este año incorporaran los gastos extra de Aena por el Covid-19 en 2020, pero no los de 2021. La Ley 2/2021, permite a Aena recuperar costes operativos y sanitarios por la pandemia, pero no establece un plazo determinado. En contra de lo demandado por las aerolíneas, la pública sumó la carga sufrida en 2020 y los costes de enero a septiembre de 2021, lo que derivó en un incremento de 0,8 euros por pasajero en las tarifas, frente a los 0,34 euros que suponían exclusivamente los gastos del primer año de crisis sanitaria. Aena trasladó 138 millones y el IMAAJ subió de 9,14 euros por viajero a 9,95 euros.
A juicio de Iata, la repercusión de estos costes debería atenerse al principio temporal de los demás ajustes de la tarifa frente a estimaciones del Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA): dos años, como dicta la Ley 18/2014.
Sin los millonarios costes Covid en los precios de 2022, la rebaja tarifaria para las aerolíneas habría sido del 10,99% y no del 3,17% final.
Argumentos similares
Las quejas de Ryanair, entregadas con independencia de Iata, se refieren tanto al ajuste del parámetro B, para el que pidió la aplicación de un 0% de incentivo, como a la recuperación de los costes del Covid por parte de Aena.
De no cargarse los 138 millones de euros en costes por el virus, las tarifas habrían bajado un 10,99% y no el 3,17% final
La low cost irlandesa criticó la posición de dominio del gestor y argumentó que no está obligado por la citada Ley 2/2021 a recuperar el gasto generado por el coronavirus. Inluso presume que no lo haría en un contexto de competencia. Ryanair argumentó ante la CNMC que “ningún otro aeropuerto europeo ha traspasado los costes derivados del Covid-19 a sus usuarios”, y que la decisión de Aena genera “incertidumbre regulatoria”.
Sobre estos mismos costes, la firma que preside Michael O’Leary cree que no deberían capitalizarse al 6,98% y 6,02% que permiten el DORA 1 y DORA 2, respectivamente. La aerolínea aceptaría, en todo caso, la aplicación de un 2% a la financiación de unas medidas sanitarias y operativas sobre las que pide control a la CNMC al estimar que han sido poco detalladas.
Defensa
Antes estos conflictos con las tarifas, Aena alegó en febrero que la excepcionalidad de los gastos en seguridad incluida en el índice P ya fue resuelta por la CNMC el 30 de noviembre. En ese momento se fijó en un 0,38%, bajando del 0,40% propuesto por Aena, para la determinación del IMAAJ de 2022.
Sobre el parámetro B, que premia la calidad del servicio y que fue del 0,12%, Aena recuerda que así lo determinó la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) en su informe de supervisión del 2 de junio de 2021. En ese momento ya se tuvo en cuenta el hundimiento del tráfico aéreo y Aena añade que esa corrección es coherente con el segundo DORA. La CNMC aconsejó mantener en suspenso incentivos basados en indicadores que mejoran automáticamente con el paso de menos viajeros, pero el DORA 2 no adoptó esa recomendación. La AESA sí corrigió varios indicadores.
Por último, Aena se defendió de la acusación de imputar los gastos Covid por falta de competencia, alegando que no obtiene ventaja al aplicar la normativa. Y apuntó que esos costes, “destinados a salvaguardar un interés general” fueron auditados y transparentes, además de ser supervisados por la CNMC (9 de diciembre de 2021). Si debía, o no, sumar la factura de buena parte de 2021 en las tarifas de 2022, Aena cree que estos costes excepcionales no pueden ser tratados con el mismo enfoque metodológico que el resto de ajustes en el DORA. Argumenta que el traslado a las tarifas de 2023 podría haber lastrado la recuperación, además de contar con margen este año ante la reducción del IMAAJ en 1,13 euros por pasajero.
Alegaciones poco originales y un gasto continuo por la pandemia
En su papel de árbitro entre Aena y las aerolíneas, la CNMC subraya en su resolución que ya valoró los motivos de conflicto contra las tarifas aeroportuarias presentados por Iata y Ryanair.
Fue en la resolución de 17 de febrero sobre la supervisión de los precios que aplica Aena desde el 1 de marzo, no habiéndose presentado alegaciones nuevas que contradigan sus conclusiones.
La CNMC añade que el valor del índice P utilizado por Aena (0,38%), y que ha sido criticado por Iata, fue el determinado por la propia CNMC. También recuerda que su opinión coincidía con la de Agencia Española de Seguridad Aérea (Aesa) en lo que toca a la fijación del Parámetro B (0,12%) pese a la práctica desaparición del tráfico en 2020.
Respecto a la carga de costes por 138 millones generados por el Covid, cuestión que ya creó fuerte controversia entre Aena y sus clientes durante el periodo de consultas sobre las tarifas, la polémica podría continuar de cara al próximo ejercicio. Es previsible que en los precios de 2023 se mantenga cierto impacto relacionado con el virus, según indican fuentes de Aena. Resta por repercutirse el cuarto trimestre de 2021 y un 2022 en el que Aena asegura estar dedicando recursos al control de un virus ya debilitado.