Las claves comunicativas de Zelenski, un actor convertido en líder
El pasado interpretativo del presidente ucraniano se percibe en su elocuencia al enfrentarse a la cámara La capacidad de adaptar el mensaje a cada público es uno de sus puntos fuertes
La realidad siempre supera a la ficción, y así lo demostró Volodimir Zelenski cuando alcanzó la presidencia de Ucrania en 2019. El actor, comediante, guionista, productor, director y ahora político de 44 años saltó a la fama en su país cuando se convirtió en la estrella de la serie Servidor del pueblo, donde interpretaba a Vasyl Petrovych, un joven profesor de historia que gana las elecciones tras viralizarse un vídeo en el que critica la corrupción gubernamental en Ucrania. Tan solo cuatro años después, era Zelenski y no Petrovych el que asumía el mando del país, pero lo que ningún guion contempló es que le tocaría liderarlo en guerra.
Desde que Rusia invadió Ucrania el pasado 24 de febrero Zelenski ha dejado de ser una figura apenas conocida para convertirse en un referente de liderazgo que protagoniza informativos y es aplaudido en los Parlamentos de todo el mundo. Mientras muchos lo consideraban un objetivo fácil por su escasa experiencia en la política, ha sido precisamente su pasado como actor el que le ha dotado de la que ha demostrado ser su mejor arma: la comunicación.
Esa preparación se percibe claramente en su oratoria, su capacidad expresiva y su manera de enfrentarse a la cámara, según el profesor del Máster en Dirección de Personas y Desarrollo Organizativo de ESIC Carlos González. “Su entrenamiento como actor le ayuda a transmitir mucha credibilidad porque se dirige al público con mucha normalidad y naturalidad”, asegura.
Sus discursos telemáticos han sido aclamados en las cámaras de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Israel, Canadá, Japón... y en todos ellos ha conseguido transmitir mensajes claros y coherentes. Así lo señala Francesc Pujol, profesor de la Facultad de Económicas de la Universidad de Navarra. “Es espectacular cómo en cada una de las comunicaciones que hace en cada uno de los Parlamentos adecua el mensaje para conectar con el mapa mental de los que le escuchan”, sugiere.
En el Congreso de EE UU, por ejemplo, evocó el ataque de Pearl Harbour y convirtió el “Tengo un sueño” de Martin Luther King en su propio “Tengo una necesidad”. En el Parlamento británico citó a Churchill y a Shakespeare, y en el alemán hizo referencia a “un nuevo muro” y al “nunca más” posterior al Holocausto. Para la profesora de EAE Business School Maite Moreno, se trata de discursos gloriosos. “Cada vez que le oímos, es capaz de emocionarse y emocionarnos. Ha tenido que pasar de ser un presidente común a tener que comunicar tristeza ante aquellos a quienes pide ayuda sin que su discurso pierda fuerza. Su mensaje es contundente, tajante y no da lugar a dudas”, apunta.
Imagen cercana
Pero la eficacia de las intervenciones de Zelenski no solo se apoya en su trabajada oratoria, sino también en la propia imagen que transmite a través de la pantalla. Cambiar el traje y la corbata por el uniforme verde militar o el despacho presidencial por salas iluminadas artificialmente que evocan a un búnker no son decisiones tomadas al azar. “Hay consonancia entre lo que dice y lo que vemos, y eso es muy importante para hacerlo creíble. A veces aparece cansado, sin afeitar, con ojeras, hinchado. Todo eso nos transmite la gravedad del momento y que no vive en su burbuja de cristal”, explica González. La imitación, además, aumenta la sensación de cercanía y comprensión entre sus conciudadanos, recuerda Moreno.
Y más allá del detalle, los expertos advierten de que todos los vídeos del presidente de Ucrania comunican algo fundamental: que permanece en Ucrania. Tanto sus palabras como su vestimenta manifiestan que no piensa abandonar su puesto, un mensaje clave en la comunicación de crisis, según indica el coordinador del Grado en Ciencias Políticas de la Universidad Internacional de La Rioja, Víctor Renobell. “Al contrario de lo que se podía esperar de que no era alguien predestinado a ser una persona fuerte y dominante y que en dos días se iba a marchar como otros mandatarios, él optó por seguir ofreciendo una imagen de que estaba al mando del país. Eso es lo primero en su discurso, marcar que sigue ahí”, reconoce.
Ejemplar es la palabra con la que Pujol define la actitud del líder ucraniano en sus retransmisiones. “Les está diciendo que es un soldado más como ellos y que defiende su país desde ahí”, comenta. El reto, dice, es conseguir mantener ese proyecto contra un enemigo que es 50 veces más fuerte.