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¿Gestión pasiva para el ahorro? Sin consenso

En BBVA puede representar el 70% en las carteras de renta variable

Getty Images

Como todo en la vida, para gustos los colores. Y eso, trasladado al sector de la gestión, significa que cada entidad tiene unas preferencias de inversión diferentes. Algo que se ve claramente cuando analizamos si la gestión pasiva ha sido adoptada por las grandes gestoras españolas a la hora de conformar las carteras de sus principales fondos de pensiones.

VidaCaixa, por ejemplo, deja la gestión indexada solo para determinados productos. BBVA, en cambio, demuestra una apuesta clara por la pasiva, mientras que en Ibercaja no ven su utilidad. Tampoco está en el centro de la estrategia de Santander.

Para Ibercaja no es interesante su uso en estrategias de largo plazo

Jaime Martínez, director global de asset allocation de BBVA Asset Management, asegura que “los vehículos de gestión pasiva son una herramienta más para implementar una asignación de activos eficiente. Lo vemos atractivo para cualquier tipo de fondo [de pensiones] que combine diferentes tipos de activos, ya sea individual o de empleo”. Y su utilización depende del perfil de riesgo de cada fondo y de la proporción entre bonos y Bolsa, pero, “por ejemplo, en la parte de renta variable de las carteras tenemos alrededor del 70% en gestión pasiva, mientras que en la de renta fija el porcentaje indexado es mucho menor, cerca del 15%”.

En concreto, utilizan estrategias de este tipo sobre todo para lograr exposición a Estados Unidos y Japón, en el caso de la renta variable, y a bonos de renta fija privada de zona euro para la renta fija. Y lo hacen tanto para planes individuales como para los de empleo o los colectivos.

Se utilizan para lograr exposición sobre todo a emergentes, EE UU o Japón

Una visión muy diferente a la de Ibercaja. “Por nuestra filosofía, no creemos que sea interesante añadir productos de gestión pasiva para estrategias de largo plazo como son las de ahorro para la jubilación”, asevera Óscar del Diego, director de inversiones de Ibercaja Gestión, por lo que solo utilizan ETF, fondos indexados y derivados de una manera táctica. De hecho, este tipo de estrategias no llega a ocupar ni el 1% de sus carteras, y “los que tenemos o hemos usado alguna vez son de emergentes, de Bolsa americana, de Bolsa europea y alguno temático o sectorial, pero de una manera táctica, no estructural”, reafirma Del Diego.

En cuanto a VidaCaixa, aplican un término medio, y mientras que principalmente se centran en la gestión activa, se sirven de la pasiva para, por ejemplo, articular los fondos de pensiones de la gama CaixaBank Destino, con carteras objetivo que se basan en una hoja de ruta predefinida de inversión y distribución de activos adaptada al horizonte temporal disponible hasta la jubilación. Desde su creación, todas las inversiones se realizan a través de instrumentos indexados: ETF, fondos de inversión o futuros, explican desde la entidad.

VidaCaixa ofrece una gama de planes de pensiones que solo usa indexados

“La utilización de estos productos para invertir en los diferentes activos es la forma más eficiente de construir las carteras en esta gama. Los indexados aportan una gran eficiencia al plan de ahorro porque nos aseguramos de que se invierte con una alta diversificación en cuanto a activos, zonas geográficas y divisas para reducir la volatilidad”, destacan.

En el resto de los planes de pensiones se aplica el modelo de VidaCaixa basado en gestión activa, tanto de la exposición táctica a los diferentes activos como desde el punto de vista de selección, o bien a través de ETF o bien a través de fondos indexados, sin tener preferencia sobre ninguno de los dos vehículos.

Sin embargo, en los últimos años se ha elevado el peso de la inversión pasiva en aquellos activos donde “nuestra experiencia nos ha demostrado la dificultad de generar retornos de forma sostenida”, apuntan.

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