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A fondo
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Unicaja, cuando la política se mezcla con la banca

Exdirectivos del banco critican la gestión de Medel en la Fundación, mientras el consejo de adminitración de la entidad financiera defiende al expresidente del grupo

Si hay un sector sensible a la rumorología y a los ataque políticos, ese es el de la banca, una actividad mercantil que comercia con el dinero de sus clientes (ahorro, préstamos, inversión, etc). Esa es su definición. Por ello, su negocio se basa en a confianza y en la reputación. Pese a estos principios, la banca lleva años envuelta en algunas encrucijadas políticas que no hacen más que enturbiar su imagen, y a las que inicialmente son ajenas, o por lo menos tenía que serlo.

Este es el caso de las antiguas cajas de ahorros, instituciones que, dada su procedencia y vinculación con la región en la que fueron creadas, sufren aún los pin pan pun de los gobernantes de turno.

Este es el caso de Unicaja, banco que acaba de absorber a Liberbank y que está aún en proceso de encaje de su nuevo organigrama, estrategia y proceso de reestructuración. Alteraciones estás que propician todo tipo de rumores y fricciones que tensionan a accionistas, plantilla y cúpula directiva. Nada bueno para su negocio, ni para su cotización.

El banco ya ha logrado solucionar su conflicto con los sindicatos tras llegar a un acuerdo para llevar a cabo la salida de 1.513 empleados, el 16% de su plantilla. Pero ahora se ha acrecentado otro conflicto. Un grupo de exaltos cargos de Unicaja envió el viernes un manifiesto en el que reclama la “profesionalización” de la Fundación, principal accionista del banco, con el 30% de su capital. Reclama que se “elimine cualquier duda sobre la idoneidad, los conflictos de intereses o las decisiones tomadas al margen de los órganos de gobierno”, en referencia a las últimas polémicas en torno a la gestión de su presidente, Braulio Medel. Alegan que la entidad resultante de la fusión se llevará la sede de Málaga a Madrid, y que al final los mayores poderes ejecutivos han recaído en la entidad absorbida y más pequeña, Liberbank. Todo maquinado por Medel.

La Fundación ya emitió un comunicado hace semanas desmintiendo estos rumores. El viernes fue el turno del consejo de administración de Unicaja, que por “unanimidad” decidió también desmentir estas especulaciones a través de un comunicado, que decía textualmente: “Ante las noticias publicadas en el día de hoy [por el viernes pasado] en diversos medios, relativas a que exdirectivos de Unicaja han difundido un manifiesto en el que advierten de un supuesto cúmulo de circunstancias adversas, que según su opinión dañarían la reputación de la entidad y realizan alusiones al presidente de la Fundación Unicaja, la entidad, a través de acuerdo unánime de su consejo de administración, desea manifestar que no reconoce ninguna representatividad a dichos exdirectivos y que cualquier manifestación que considere oportuno realizar la hará a través de sus medios habituales de comunicación”.

De esta forma, el banco y su máximo órgano de gobierno intentan acallar estas críticas que, según coinciden varias fuentes financieras conocedoras de la situación de Unicaja, están instigadas por grupos políticos, como Ciudadanos, que han iniciado ya su precampaña ante las próximas elecciones andaluzas, previstas para junio de 2022. La política otra vez mezclada con una antigua caja de ahorros. En Unicaja, mientras, insisten en que la fusión se logró aprobar gracias a dos puntos fundamentales “inamovibles”: que la sede de la entidad se quedase en Málaga, y que el primer ejecutivo fuese Manuel Azuaga, presidente ejecutivo de Unicaja, que seguirá así dos años más.

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