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La automedicación, una práctica de riesgo

Los médicos dicen que puede restar eficacia a las terapias

Getty Images

La automedicación es una práctica de riesgo que, para la Organización Mundial de la Salud (OMS), puede ser una herramienta más en el autocuidado de las personas, pero cuyo uso indebido puede conllevar peligros importantes. “Desde el punto de vista de la capacidad de las personas para autocuidarse, puede ser una ventaja, así como para reducir la demanda a nivel sanitario”, explica María Pilar Arroyo Aniés, miembro del grupo de utilización de medicamentos de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC). “Pero es un riesgo grande si no se sabe manejar bien, que nos expone a que el tratamiento sea ineficaz, a que se retrasen los diagnósticos o a que puedan llegar las reacciones adversas”, advierte.

Casi uno de cada cuatro españoles, el 24%, se automedica sin prescripción médica, según un estudio reciente de la aseguradora Aegon. La cifra se eleva en las mujeres de mediana edad al 31,1%. Entre los principales motivos citados por los encuestados para automedicarse están el creer saber de antemano lo que el médico les va a recetar (40%), porque piensan que lo que les pasa no es grave (el 36%) o por las largas listas de espera para conseguir cita con un médico (17,6%).

El presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), Luis González Díez, señala que otra de las razones que las personas esgrimen para automedicarse es la falta de tiempo para acudir al médico. “Los jóvenes, por ejemplo, para no perder un día de colegio o de universidad. En los adultos, para no perder un día de trabajo”. Oriol Yuguero, profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), apunta también que “hemos convertido en enfermedad muchas cosas que quizás no lo son”, lo que lleva a los pacientes a tomar fármacos para “situaciones que son consideradas normales”, que podrían “mejorar con el tiempo y sin tratamiento”.

Analgésicos y antiinflamatorios, los más consumidos

En este sentido, Arroyo Aniés, quien también es especialista en medicina de familia y comunitaria en el centro de salud de Huarte en Navarra, pone el foco en las cosas que podemos hacer antes de tomar un fármaco: “Una medicina nos puede venir bien, pero hay otro montón de cosas que podemos hacer antes para el autocuidado, como la hidratación, el ejercicio, el evitar el consumo de tóxicos, alcohol, cuidar las comidas o dormir bien”.

Los más ingeridos

Los analgésicos y los antiinflamatorios encabezan la lista de fármacos ingeridos sin prescripción (76,9%), seguidos de antibióticos (12,9%) y ansiolíticos o antidepresivos (11,1%), según el estudio de Aegon. En cuanto a las consecuencias de esta práctica, Yuguero comenta que “el principal peligro es que los fármacos siempre tienen sus riesgos. Hay mucha gente que se toma el omeprazol, que está indicado para determinadas situaciones, sin saber que si lo tomas en exceso puede causar debilidad en los huesos”. Y agrega: “Igual con la gente que toma antiinflamatorios de forma continua sin ningún tipo de control. Eso puede acabar provocando un daño en el riñón”.

El uso indebido de antibióticos puede contribuir a crear bacterias resistentes. La OMS proyecta que para 2050 estas superbacterias superarán al cáncer como una de las principales causas de muerte en el mundo. Según el informe Nuevos desafíos en la lucha contra las resistencias antimicrobianas, presentado recientemente en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados, ya fallecen en España cerca de 3.000 personas al año por este problema, rebasando a las muertes por accidentes de tráfico.

“Hay que tomar conciencia”, dice Rafael Cantón, jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Ramón y Cajal y principal asesor del informe. “La automedicación hace que los pacientes muchas veces tomen antibióticos inadecuados para tratarse una infección, y luego lo toman de manera inadecuada en cuanto a la dosis y duración del tratamiento”, generando la resistencia, asegura. Y añade, a modo de advertencia: “El perjuicio es para el propio paciente, pero también para el resto de la población, porque esos microorganismos pueden transmitirse a otras personas”.

El uso responsable y la compra por internet

El estudio de Aegon refleja que el uso de medicamentos sin prescripción médica ha repuntado ligeramente en España en 2021 tras reducirse en 2020, y alerta sobre el incremento de personas que se automedican con productos recomendados por influencers o famosos. “Aconsejamos ponerse siempre en manos de un profesional”, dice el presidente del COFM, Luis González Díez.

Además, exhorta a los ciudadanos a que “no adquieran medicamentos por internet ni de las empresas que ofrecen servicio a domicilio, sino que vayan directamente a la farmacia”. En caso de tener un botiquín en casa, María Pilar Arroyo Aniés, de la semFYC, recomienda “leer los prospectos y verificar las fechas de caducidad”.

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