Los españoles recurren a las parafarmacias para protegerse del Covid
El consumo de vitaminas subió en la primera ola un 34%
A golpe de crónica. Cuenta Alicia G., propietaria de una farmacia del centro de Madrid, que cuando empezó la pandemia muchos productos de parafarmacia para protegerse contra el Covid volaron de las estanterías. Además de las mascarillas –que llegaron a costar 15 veces más que su precio habitual–, hidrogeles, guantes o incluso termómetros, los complejos vitamínicos fueron algunos de los productos más demandados conforme se publicaban noticias sobre sus efectos beneficiosos en el sistema inmunológico.
Solo en la primera ola, la venta de multivitamínicos (A, B6, B12, C y D) creció un 34%, desvela un estudio de la distribuidora Cofares, y casi un 8% en todo 2020. Y la de mascarillas, geles y guantes subió un 1.250%, según un informe de Alliance Healthcare. “En una semana se agotaron las existencias de vitamina C en las farmacias, pero también en los laboratorios, pese a que hay más de una decena de marcas en el mercado; lo mismo ocurrió después con la D”, relata Alicia.
Medicamentos como Multicentrum, Supradyn o Pharmaton y la jalea real y los antibacterianos como Pelargonium desaparecieron y “las farmacéuticas tuvieron que fabricar a marchas forzadas”. “Era tal la demanda que nuevos laboratorios, hasta entonces sin mercado, entraron de lleno en esta área y actualmente la mitad de los visitadores médicos que vienen venden estos productos”, señala.
Las farmacias atendieron 5,5 millones de consultas relacionadas con el coronavirus
La fatiga pandémica también causó efectos parecidos. El impacto emocional por el miedo al contagio y el estrés, además de elevar el consumo de antidepresivos, ansiolíticos y relajantes el 4,5% en 2020 (cifras de Alliance Healthcare), provocó que los españoles recurrieran a productos naturales que se venden sin receta médica, como el triptófano para la depresión y la melatonina o la valeriana para conciliar el sueño. Incluso, se produjo un alza del uso de fármacos para el estreñimiento y la obesidad, y hoy, de “lociones anticaída del pelo”, agrega Alicia G.
Abastecer de todos estos productos que en muchos momentos escaseaban, además de la medicación habitual, ha sido solo uno de los desafíos que han tenido que asumir durante la pandemia las más de 22.000 farmacias comunitarias que hay en España. “Su labor ha sido clave para que los pacientes siguieran con sus tratamientos”, dice Luis González, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, y para ello reforzaron el programa de dispensación de medicamentos a domicilio tanto en las ciudades como en zonas rurales para que los enfermos no tuvieran que desplazarse.
Los farmacéuticos reclaman ser tratados como sanitarios. Dicen que sus programas farmacoterapéuticos reducen un 60% las hospitalizaciones
“Ha quedado demostrado el carácter sanitario de la oficina de farmacia”, insiste, aunque ya se había evidenciado en diversos estudios que resaltan que el desarrollo de programas farmacoterapéuticos reduce hasta un 54% los problemas de salud no controlados y un 60% las hospitalizaciones. Programas que de aplicarse en los pacientes mayores y crónicos ahorrarían al sistema nacional de salud más de 2.200 millones de euros, recoge un estudio del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCOF) y el grupo de investigación de atención farmacéutica de la Universidad de Granada.
Además de atender a más de 5,5 millones de enfermos por consultas relacionadas con el Covid durante la crisis sanitaria, las farmacias han realizado (y aún realizan) test de antígenos en aquellas autonomías que les han dejado; han distribuido fármacos que se dispensan solo en centros hospitalarios, como los retrovirales para el VIH, en Cantabria o Cataluña, entre otras, y se han ocupado de la vacunación de los profesionales, cita González.
Pero “prueba de que no hemos sido tratados como personal sanitario es que, frente a este colectivo, inmunizado con la vacuna de Pfizer, a los farmacéuticos nos ha tocado la de AstraZeneca, pese a los efectos secundarios que presenta”, critica Alicia G.
Allí donde no hay médico
Capilaridad. El 98% de los ciudadanos cuenta con una farmacia en su lugar de residencia, incluso donde no hay ni centro de salud. Hay casi 5.400 farmacias en el ámbito rural, de las que algo más de 1.200 corresponden a municipios con menos de 500 habitantes.
Contribución. Las farmacias han hecho posible el tratamiento hospitalario de más de 7.000 pacientes de grupos de riesgo durante la pandemia.
Productos. Según Alliance Healthcare, la venta de antigripales y medicamentos para el resfriado bajó casi un 20% y un 12,8% los productos de cuidado personal (dermocosmética), así como los probióticos. De septiembre a noviembre de 2020, la venta de mascarillas infantiles aumentó casi el 700%.