Cómo aumentar la seguridad en los pagos digitales en el Black Friday
La ciberdelincuencia se ha disparado con el Covid-19 La banca puede proteger al usuario con herramientas como la tokenización o la biometría
En la cuenta atrás para el Black Friday, el gran día del comercio con grandes descuentos y promociones en el que se espera que los españoles gasten de media unos 200 euros (este año se celebra el 26 de noviembre), la seguridad en los pagos digitales no es baladí. La ciberdelincuencia ha aumentado a raíz del Covid-19 (un 32% según el Ministerio del Interior) y no son pocos los bancos que sufren ciberataques como el phising. El uso de la tokenización (código único identificativo) o la biometría (reconocimiento de voz, facial, huellas dactilares...), entre otras herramientas, puede ayudar a aumentar la protección de los usuarios.
Según datos de un estudio de Mediapost, compañía de marketing relacional, el 70% de los españoles asegura que realizará compras tanto en el canal físico como en el online durante el Black Friday, pero casi tres de cada diez reconocen que lo harán solo de forma online. Estarán más expuestos al robo de datos, las transferencias sin consentimiento y la apropiación de fondos por parte de los delincuentes cibernéticos. Y es que el cibercrimen se ha disparado al calor del aumento del uso de canales digitales para realizar operaciones financieras.
En términos tecnológicos, las entidades financieras pueden incorporar herramientas para incrementar la seguridad de los canales digitales que ofrecen a los usuarios. Entre ellos, se incluyen la tokenización, el uso de un segundo factor de autenticación, la biometría, las tarjetas virtuales y las notificaciones push (mensajes instantáneos que se envían desde el servidor a los dispositivos).
Los mecanismos de seguridad informática reducen el riesgo al cibercrimen
Desde Veritran, compañía que desarrolla soluciones digitales a través de su plataforma Low-Code, sostienen que el uso de la biometría es una gran oportunidad para la industria financiera. “Es como el punto de equilibrio entre el usuario y los bancos y presenta beneficios transcendentales para ambas partes”, aseguran. A su juicio, la banca encuentra en la biometría “una mayor capa de seguridad” que les permite digitalizar servicios que antes requerían la presencia física de la persona en la sucursal. En el caso de los usuarios, les permite lograr una experiencia de uso fácil y rápida sin tener que recordar innumerables contraseñas.
Por otro lado, las tarjetas virtuales ofrecen una generación de códigos únicos para una transacción y monto específico, evitando su uso para otros fines en caso de que los datos sean robados. De su lado, las notificaciones push facilitan una capa extra de control al usuario, pidiéndole su aprobación para transacciones fuera de los patrones usuales.
Si bien no existe un mecanismo que garantice al 100% la disminución del riesgo al crimen cibernético, la multiplicidad de mecanismos de seguridad informática aumenta las probabilidades de combatir la ciberdelincuencia. La biometría se puede combinar con soluciones como la tokenización, un mecanismo mediante el cual se reemplazan los datos y la información más sensible del titular de una tarjeta o medio de pago por un “token” aleatorio que cambiará constantemente siempre que el usuario realice una transacción.
En 2025, los pagos instantáneos supondrán el 25% de las transacciones
Se tratan todos de factores que ayudan a blindar el proceso de autenticación del usuario en el momento de hacer un ingreso en cuenta o de realizar una transacción.
Un reciente informe de Capgemini destaca que, en 2025, los pagos instantáneos y los pagos con dinero electrónico representarán más del 25% de las transacciones mundiales sin efectivo, frente al 14,5% en 2020.
Antes del verano, la plataforma de pagos Adyen y Mastercard unieron fuerzas para ofrecer el servicio de “network tokens”, que genera un código asociado a las tarjetas y protege los datos del usuario ante posibles fraudes. Marcas como Cabify, PcComponentes, Glovo o Tiendanimal ya ofrecen esta tecnología.
Ante el incremento de transacciones online, que se disparará con el Black Friday, desde ING dan varias claves para realizar una compra segura: conocer al vendedor o a la empresa, fijarse en que los precios no sean anormalmente bajos, usar una navegación segura como Chrome, Edge o Firefox, no facilitar datos de la tarjeta de crédito en páginas donde no se observe el dominio https, revisar que el diseño de la página web sea legítimo y leer las opiniones de otros consumidores.
Nuevas formas de consumo
Del offline al online. El promedio de gasto de los españoles en este Black Friday será de 180 euros, un 20% más que en 2020, según datos de un informe de Webloyalty. Los productos tecnológicos encabezan el ranking de compras. Le siguen la electrónica, los productos de belleza (cosmética), moda y estilo de vida. Otros sectores como el e-learning o productos culturales han experimentado un gran crecimiento. Aunque hace años el Viernes Negro estaba más orientado a las compras offline, en los últimos tiempos, y en especial tras la pandemia, las compras online han adquirido un mayor volumen de transacciones y muchos establecimientos han optado por trasladar las ofertas también al ámbito online. “Se ofrecen ventajas en los envíos o devoluciones para facilitar las compras a los clientes”, señalan en Huawei.
Motores de búsqueda. Los principales ecommerce ya apuestan por la búsqueda tradicional, una nueva generación de buscadores que utiliza inteligencia artificial (IA) para ofrecer resultados más relevantes para el usuario, puesto que es capaz de hacer una conexión semántica con palabras similares. Por ejemplo, no solo entiende vaquero, sino también jean o tejano. “El objetivo principal de estas tecnologías es comprender las peticiones de los usuarios en línea, de forma natural, sea cual sea su forma de expresarse”, explica David Fernández, customer success director en Inbenta.