El Covid frena en seco la senda iniciada por España en 2016 para reducir la pobreza
El año 2020 cierra con un 27% de la población en riesgo Son cinco puntos porcentuales más que la media comunitaria
La crisis sanitaria y económica provocada por la pandemia mundial de Covid-19 ha asestado un duro golpe a la tendencia que inició España hace un lustro para ir reduciendo poco a poco la tasa de pobreza y exclusión social severa de la población. Según muestran los datos publicados el viernes por la oficina estadística europea, Eurostat, el país cerró el año 2020 con un 27% de sus ciudadanos en riesgo, ocho décimas más que el dato anotado a cierre de 2019, inmediatamente antes de la entrada en escena del coronavirus.
El ejercicio marcado por el Covid es, a su vez, el primero en un lustro en el que no se mejoran las cifras del año previo. En 2016 el porcentaje de la población en riesgo llegaba al 28,8%, una cifra que se situó tres años después en el 26,2% tras las respectivas mejoras de 2017 (27,5%) y 2018 (27,3%).
Además de evidenciar un cambio de rumbo en la tendencia española, y a la espera de ver si el parón obedece a un momento puntual, los datos de Eurostat permiten analizar el impacto de la pandemia en las diferentes tipologías y colectivos poblaciones del país. Así, se observa cómo el Covid-19 ha golpeado indiscutiblemente con más fuerza en las capas económicamente más vulnerables. Al desagregar la población en quintiles de renta (un método que divide el colectivo estudiado en cinco partes iguales) se observa cómo las franjas más pobres son las más dañadas.
En el quintil uno, que agrupa al 20% de la población más pobre, el 100% de sus miembros viven en riesgo, una cifra que lleva inalterada desde hace más de cinco años. Es en el segundo quintil donde se observa la primera gran subida, de más de tres puntos porcentuales, que pasa del 17,7% anotado en 2019 al 21,1% de 2020. También empeora en más de un punto porcentual, al pasar del 7,3% al 8,4%, el tercer quintil de ingresos.
Las personas en riesgo que se enmarcan en los dos quintiles más acaudalados caen o permanecen prácticamente inalteradas. Así, en el cuarto grupo la proporción pasa del 4,1% al 3,7%, mientras que en quinto avanza tímidamente del 2% al 2,1%.
En la UE
La información publicada por la oficina estadística, pendiente todavía del dato final de socios como Italia o Irlanda, permite avanzar que España cerró el año 2020 siendo el cuarto país de la Unión Europea (UE) con mayores proporciones de población en riesgo, solo por delante de Rumanía (35,8%), Bulgaria (33,6%) y Grecia (27,5%). Cabe recordar que Italia, para la que todavía no existen datos oficiales y donde el Covid-19 también golpeó con fuerza, se ha situado tradicionalmente en niveles levemente peores a los españoles.
Uno de los datos más llamativos lo da Alemania, el socio comunitario que más empeora entre 2019 y 2020 al pasar su población en riesgo del 17,3% al 22,5%.
En la UE, en total, había durante 2020 cerca de 96,5 millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social, lo que representa el 21,9% de la población comunitaria. Eurostat detalla en una nota que en el grupo de los 27 se alcanzaban los 48,5 millones de habitantes en riesgo de pobreza, los 11,3 millones con graves privaciones materiales y sociales y los 8,1 millones viviendo en un hogar con baja intensidad laboral. Son las tres grandes tipologías de pobreza que analiza la UE.
Sin embargo, también había personas que sufrían más de uno de estos riesgos. Así, 11,8 millones habitaban en un núcleo familiar con baja intensidad laboral y riesgo de pobreza; 9,1 millones sufría riesgo de exclusión y carencias severas; y 1,3 millones sufría graves privaciones y una mala estabilidad laboral. Casi 6 millones, por su parte, sufrían simultáneamente las tres tipologías de riesgo, pobreza y exclusión.
Los resultados de Eurostat confirmaron también que el riesgo de encontrarse en esta situación es mayor entre las mujeres, jóvenes adultos, personas con un nivel educativo bajo y desempleados.
a situación laboral es, confirma Eurostat, una de las principales características socioeconómicas que influyen a la hora de caer expuesto. En este sentido, mientras que el riesgo de pobreza o exclusión en la UE era del 11,8% para los trabajadores por cuenta ajena y del 19,2% para los jubilados, alcanzaba más de dos tercios (66,2%) en el colectivo de los desempleados.
Los datos mostraron que dentro de los Estados miembros también existían variaciones, ya que, por ejemplo, en los países bálticos, en el este o en el sur de la UE el riesgo de pobreza o exclusión era mayor en las zonas rurales que en las zonas urbanas, mientras que en muchos Estados miembros occidentales –entre los que se incluye España– la pobreza o la exclusión social era más común en las ciudades.